Cap. 25

186 21 0
                                        


— ¡Y entonces… el muy maldito me dijo que… yo era gorda y fea y…!
— Lo se, lo has dicho ya un millón de veces.— Bufo el sujeto a mi lado, bebiendo con molestia.
— ¡Tu si me entiendes!— Le sonreí.— Tu eres mi amigo, ¿no es asi?— Le abrace, pero este se movio incomodo.
— Oye, Luis, ¿nos vamos?— Luis, estaba pasando la garganta de mi hermana, llegándole casi hasta el duodeno, cuando se detuvo y negó sin prestarle atención.
Mi hermana tampoco parecía importarle. Solo mi nuevo amigo estaba enfadado y yo ebria… muy ebria.
No se como, pero Luis y Azul, logrando escabullirse, o quizás ya habia perdido mi campo visual, como sea, solo habíamos quedado mi amigo y yo, su amiga.
Me rei a carcajadas, dándole unas cuantas palmadas en las espalda, haciendo que se tire la cerveza sobre su pulcra camisita de rosas.
— ¡Mira lo haces! ¡Me canse! ¡Me ire! ¡busca la manera de vovler!— Se alejo de mi, tirando humos.
Segui riéndome un rato mas hasta que note mi realidad. Estaba sola, en un bar y borracha hasta decir basta.
Mire mi celular, con la visión doble, marcando un poco mal, porque busque al primer contacto que pudiera teclear bien.
Comenzo a sonar. Espere.
— ¿Hola?— Escuche. Dios, no de nuevo. Corte de inmediato. No llamaría a Sergio a rescatarme de una borrachera.
Volvi a intentar, buscaba desesperadamente el numero de Azul, pero lo que logre fue marcar a “Antonio Lic. Psico.”
— ¿Diga?— respondio con voz paciente aunque firme.
— ¿Quién habla?— Pregunte, sin reconocer la voz a través del teléfono.
— Nerea, soy tu psicólogo… ¿Qué ocurre? ¿va todo bien? ¿Estas teniendo una crisis?
— No… yo… solo… ¡estoy borracha!— Me rei al final ¿Qué era tan gracioso? No lo se, pero mi psicólogo no capto la pista.
— ¿quieres que te llame un taxi?
— Tal vez…— me volvi a reir.
— Dime la dirección.
— No la se… ¡Alguieeeen digameeee la direccioooon!— Exclame a… la nada. Nadie me oiría con la música asi.
— Nerea, acercate al cantinero y preguntale.
— Oye… tu…— LE señale. El sujeto suspiro. Supongo que estaba acostumbrado a eso.

Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora