Cap. 27

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-Lo siento…-musite. Se me partia la cabeza en mil partes, me sentía avergonzada, sucia, débil, inmoral, mala empleada y mala amiga.
Hikari rio un poco, mirando hacia la ventana.
-¿es todo lo que sabes decir?
-¿Cómo?
-Disculparte, es todo lo que sabes hacer…
-Bueno, es lo usual… pedir perdón cuando haces algo mal.
-Pues, no quiero tus disculpas. Quiero que me devuelvas el favor…
-¡Ya te dije que te lo pagare! ¡¿Qué mas quieres de mi?!-Unas lagrimas asomaron en mis ojos. El me miro, alzo el extremo de su labio, acerco su mano hacia mi y quito una de las lagrimas.
La miro en su dedo, contemplándola.
-Quiero que me demuestres la clase de persona que eres… Te he dicho que no debes llorar mas…
De inmediato, me seque, mirando por la ventana. Tal vez seria la única manera de poder hablarle sin querer romper en llanto.
-Es todo lo que puedo hacer… pedir perdón. Es lo que siempre hice con…-Suspire.-Siempre me cargue las culpas, porque… debían ser mias. Todos decían que Sergio era genial, simpatico, agradable. Todos querían ser amigos de Sergio, todas las chicas morían por el.
Cuando se fijo en mi, ¡En mi!-Sonrei señalándome.-¿Lo entiendes? De todas las posibles chicas bonitas, adineradas, perfectas, se fijo en mi. Una doña nadie.
Incluso a Azul le gustaba, pero el me elegio a mi, entonces, siempre crei que algo malo pasaba conmigo…
-Quizas, el te eligio porque le gustaba eso, tu imperfección.
-Pues, con el tiempo, dejo de gustarle. ¿Sabes?-Nos detuvimos en un semáforo.-Con el tiempo, ese carácter respondon y frio al que tanto el se habia esforzado por conquistar, esa chica imposible, cayo rendida a sus pies… ¡ME enamore! Y el… el perdió interes. Cuanto mas me esforzaba por amarlo, mas lo alejaba…
-¿Qué paso entonces?
Sonrei, rememorando las épocas oscuras de nuestra relacion.
-Lo que pasa siempre, estaba a punto de dejarlo, harta de su dualidad, de su coquetería con otras, de sus malos tratos, elegiendo a todo el mundo por encima de mi… el… me pidió que nos casaramos.
-¿Y tu aceptaste?-Asenti.-¿Por qué te casaste si planeabas dejarlo?
Me movi en mi sitio, incomoda por lo que iba a decir.
-Lo cierto es que… amaba a Sergio, pero amaba mas la idea de ser libre…
-¿Qué?
-Mi hogar. Queria huir de allí. Queria… escapar. Y Sergio llego como un comodin.
-Es decir que… ¿lo usaste?
Senti como mi cerebro hacia corto circuito al escuchar esas frases.
-Supongo… pero juro que lo ame, y que volvi a enamorarme de el. Te puedo asegurar que el solo me amo un 20% de lo que yo a el… aun asi, no consigo perdonarme. Por eso, siempre fue mi culpa. Siempre lo fue… ¡Dios!-Puse mi rostro sobre mis manos, para que Hikari no me viera llorar.
-Nerea.-Dijo desde su distancia.-Deja de pedir perdón.
En eso, senti su mano sobre mi cabeza. Me estaba acariciando.

-¿Llegaste bien la otra noche?
-Si, yo… eh… lo la…-iba a disculparme, pero me frene. El hombre, me miro expectante por lo que iba a soltarle, pero recordé las palabras de Hikari, por lo que tome un vaso de agua y bebi hasta el fondo.
El hombre, alzo ambas cejas.
-¿Qué ocurrio la otra noche?
-Bebi.
-Eso es evidente.-¡Vaya! ¡Buena esa Doc!
-Si, bueno, Sali con mi hermana, y supongo que no calcule bien…
-¿Por qué crees que bebiste de esa forma?
-¿Cómo?
-Recien, ibas a decir algo, pero lo suprimiste bebiendo un vaso de agua. Es una manera de reaccionar ante algo que te perturba.
-¿me esta diciendo… alcoholica?
-Estas buscando tapar el dolor. Estas creándote un vicio. Cuidado.-Señalo.
ME quede pensativa en eso. Tenia razón. Lo primero que hice cuando Sergio me solto lo de la separación no fue lanzarle un plato a la cabeza, no. Fui directo a la bodega de mi padre, sujete su whiscky de ocasiones especiales y le di un sorbo.
-¿Qué cambios has estado intentando?
-Estoy trabajando.-Dije con orgullo-No es la gran cosa, pero… mi jefe es genial.
-Hablame de el.
-Creo que lo he nombrado, Hikari. ¿Lo recuerda?
-No. Hablame mas.
-Bueno…-Me quede pensativa, al mismo tiempo las cosas buenas me hicieron sonreir.-el, es genial. Es decir, es como una amiga, pero en chico. ¿Me explico?
-Completamente. Es bueno que tengas amigos.
-Si, y el es de lo mas raro. Es algo asi como un buda, tiene una cola de caballo, y es japonés. Tiene el mercado y me corto el pelo, y me ayudo a salir por primera vez… y…-El recuerdo de la piedra sobre la puerta, la tire con tanta ira.
Un fuego interior reavivo en mi las fuerzas. Me levante del sillon mientras el doctor se quedaba pasmado por mi reacción.
-¡Ya se lo que tengo que hacer!-Dije embravecida.-¡Gracias doc!
-Nerea… ¡Nerea! ¡La sesión aun no ha acabado!-Pero yo ya me habia marchado.

Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora