Cap.39

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"...Nadie piensa que lo estes pasando mal.", Rebobine en mi mente, mientras el agua se escurría por mi cuerpo.

"Lo estas ocultando bien, siempre has salido adelante, sabes manejar estas situaciones sin explotar.", el agua se mezclaba con mis lagrimas, pero sabían diferentes cuando las gotas tocaban mis labios.

Asi que, eso era. Todos creían que yo era una especie autosuficiente. Pero no era asi.

Mientras todo el mundo daba por hecho que yo estaba bien, por dentro me estaba rompiendo.

Y lo peor, era que nadie me conocía lo suficiente para notar que en mi sonrisa se escondia la incertidumbre de no saber cual era mi camino, mi destino, mi propósito en el mundo.

La puerta sono, por lo que con mas paciencia que apuro, enrolle una toalla sobre mi cuerpo, acomode mi cabello en una especie de turbante y camine chorreando hasta el portero.

-¿Quién es?-dije algo cansada, suspirando.

-Soy yo.-escuche la voz de mi padre... ¿en serio?

-¿papa?-Pregunte incrédula.

-Si.-abri la puerta, y al rato se aparecio.

Mi padre era un ser de lo mas callado. Jamas discutía, serio y silencio. Trabajador nato, pésimo para las relaciones sociales... me recordaba en parte a mi. Solo que yo si hablaba, pero lo que decía no era tomado bien.

Con su timido paso, cruzo la puerta saludándome.

-Hola, hija.

-Hola pa...-camino mirando alrededor.

-Es lo que me toco por parte de Sergio... lindo ¿no? Excepto cuando llueve, que gotea por doquier... notaras las manchas de humedad. En fin...

Papa tomo lugar en un sillon y espero por mi.

-¿quieres te, café, agua?-ofreci sin comprender aun que hacia el ahí.

-Agua estará bien... solo he venido un segundo.

-Bien.-Busque el vaso. "Solo un segundo", siempre era asi. Era como si no pudiera mantener una charla extensa de dos segundos.

Coloque el vaso de agua frente a el, en un porta vasos en forma de sol y espere. Mi padre, bebió intranquilo, apretando sus manos sobre la tela de su pantalon.

Desde mi perspectiva, el sujeto era un raton, sin embargo, con los números era otra cosa. Treinta años siendo el contador de su empresa lo decía. Aunque, jamás un ascenso. Ya saben, no todos nacemos con alma de empresario.

-¿ha pasado algo...?-Mi padre se puso de pie, y camino mirando los diferentes muebles, cuadros, fotos... tenso. Nervioso.

-Yo... uh... ¿Cómo has estado?

-Bien.-De nuevo la mentira, de nuevo la respuesta me sabia tan mal como un huevo podrido, pero no podia decírselo al hombre con menos capacidad de manejar problemas personales.

Algunas veces pensé que mi padre tenia miedo a las mujeres en general, y que con el no podia llevarse una conversación normal. Que si exponías un punto de vista contra de el, explotaba, o actuaba de esta manera, tenso como si tuviera una bomba entre manos.

-ah... no has llamado.-Claro, porque el si lo hizo.

-He estado ocupada.-Nunca entenderé su comportamiento, menos el de mi padre.

El también fue abandonado por su mujer, que lo llamaba "aburrido y sin futuro", el, mejor que nadie debería haberme hablado, o suponer que habia tenido ideas suicidas mil veces.

Aun no comprendía que me mantenía respirando. Y lo cierto, era que me avergonzaba de pensarlo... como si querer morir fuese una especie de tabu.

-Me dijo tu hermana que has tenido citas.

-Asi es...-dije sin comprender mucho a donde iba esto.

-Asi que... Tu y Sergio... ¿ya no funcionara?

-Bueno, si quieres llamarle por mi, y hacerlo cambiar de opinión sobre que soy fea y gorda, por mi, encantada...-bromee.

-Esto es serio. No puedes tomarlo a la ligera.-Me miro un segundo y bajo la vista frunciendo el ceño.

-¿Qué?

-Tu tenias una buena vida con el, tu matrimonio era bueno... ¿Por qué renunciaste tan fácilmente?

-¿renunciar fácilmente?-Abri mis ojos, no lloraba solo porque la pregunta en si, me pareció absurda.-¿Tu que sabes sobre mi relacion?

Mi tono, entre sopresivo y molesto, lo desato.

-¡Siempre es un drama contigo, Nerea! ¡siempre discutes! ¡Jamas te callas!

-¿lo estas defendiendo a el? ¿dices que es mi culpa?

-¡Digo lo que todo el mundo dice! ¡Vives aislada en tu mundo! Tal vez, deberías analizarte, ver porque nadie te soporta...

Quede mirándolo, media sonrisa de incredulidad.

Muy VIEJA para tanto DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora