P.O.V Ana.
Corrí lo más rápido que mis piernas me lo permitían hasta mi casa, el camino era un sin fin necesitaba llegar ya. Cuando por fin llegué mi corazón se aceleró a un punto en que mis costillas me dolían de la dureza y firmeza que este provocaba. Mis piernas me flaqueaban, se sentían como unas gelatinas que hasta tuve que apoyarme en la puerta para no perder el equilibrio.
Necesitaba hablar con Adam el posiblemente podría saber algo que yo no, abrí la puerta lentamente intentando tranquilizar este corazón rebelde cosa que no logré.
-¿Kate? -grite al vacío.
No había absolutamente nadie en la sala, pero me podrían escuchar desde su habitación sí es que se encontraban aquí.
-¿Kate estás en casa? -pregunté sintiendo una terrible decepción al no obtener respuesta alguna.
Llame al número de Kate pero ella no respondía, ¿Qué coño estás haciendo Kate? Es viernes por la noche Ana ella si tiene cosas que hacer me reprendí por pensar estupideces, dejando a un lado la opción de Kate que era la más probable de contestar su móvil me fui al contacto de Adam y como era de esperarse él tampoco respondía. Mi corazón se hizo pequeño por tener que esperar hasta mañana para poder obtener las respuestas que necesitaba, si es que él tenía la respuesta.
Aún con mi decepción me fui a la cama y esperar que la noche acabará e ir a donde me propuse desde un principio, sin más me consumí en un sueño.
Unos cálidos y suaves labios se posaron en los míos, esos labios tan conocidos.
Christian.
Abrí los ojos como platos casi era increíble lo que mis ojos me estaban haciendo ver. Era él, mi amor, mi Christian estaba aquí a un lado de mi, por alguna extraña razón él estaba aquí conmigo y yo no tenía intención de dejarlo ir, no de nuevo.
-¡Christian!.
Salte a sus brazos los cuales me recibieron gustosos. Nuestro abrazo se volvió más potente, más asfixiante en cuanto él me apretó con mayor fuerza hacia él, su cara estaba escondida en el espacio de mi cuello respirando todo mi aroma como si ya jamás lo fuera a oler de nuevo.
-Hola amor -su voz era grave.
Tan solo basto esas dos palabras para que mi corazón dejará de palpitar, esto era real. Esto estaba sucediendo aquí y ahora, no lo podía creer y creo que mi mente tampoco se planteaba que esa idea fuera real. Christian, mi Christian la persona que creí que estaba muerta todo este tiempo me tenía entre sus brazos.
Me aparté solo lo suficiente para poder ver a esos bellos ojos grises que tanto amaba ver.-¿A donde fuiste? -pregunte con lágrimas en los ojos.
Christian negó un par de veces con la cabeza, claramente no me lo iba a decir.
-Mi amor ¿A dónde fuiste? -no respondió- ¿Por qué no me llevaste contigo?.
Sus hechizantes ojos grises me miraron inspeccionando mi rostro en busca de una verdad- ¿Te irías conmigo? -preguntó.
-Es la pregunta más estúpida que me has echo jamás -sonreí.
-Dímelo -me pidió.
Sus labios se apoderaron de mi cuello haciéndome soltar pequeños gemidos de satisfacción, esto que estaba sintiendo era tan real. No sabía exactamente lo que Christian me pedía que le dijera así que me volvió a repetir.
-¿Me amas? -su pregunta me confundió, él sabía perfectamente que lo amaba más que a nadie en el mundo. Sus labios hicieron un camino desde mi clavícula a mi oído.
-Te amo -suspire.
-Dilo -insistió.
-Te seguiré a donde sea pero con tal de estar contigo.
-¿Estás segura de lo que dices?.
Lo mire directo a los ojos- Nunca estuve más segura en mi vida.
Sus labios se sellaron con los míos provocando nuevamente esa electricidad que no sentía durante tantos y eternos días. Sus manos viajaron desde mi espalda hasta ambos lados de mi cintura apretándome más con su cuerpo. Mis brazos alrededor de su cuello. Nuestras lenguas hicieron un baile exótico. Christian me acerco más a él sintiendo toda su urgencia y deseo que yo le provocaba. Ambos nos separamos por falta de aire, quería todo de él, quería sentirlo de nuevo para saber que esto no era una fantasía si no una realidad una muy buena realidad.
-Te deseo -le susurre al oído sabiendo lo que le provocaría.
-Yo también Ana, y no tienes idea de lo mucho que te he extrañado durante este tiempo pero créeme que aún no es el momento.
¿Qué? ¿De qué hablaba?- No entiendo.
-Aún no podemos estar juntos, todavía no.
Su voz irradiaba honestidad con cada letra que decía y a mí me destrozaba que lo dijera de esa manera ¿A qué se refería? ¿Por qué no podemos estar juntos? Si no podemos estar juntos ¿Por qué está en mi habitación? ¡Estamos aquí solos! ¡JUNTOS! Joder, mi cabeza dolía inimaginablemente, no comprendía lo que me decía. Tome asiento en mi cama con mis codos apoyados en mis rodillas mientras mi frente era cubierta por mis manos.
-Explícamelo.
Christian se pasó ambas manos por la cabeza estirándose un poco el cabello como forma de exasperación- No puedo explicártelo, no por ahora.
-¿Qué nos impide estar juntos? -mi furia creció, yo quería estar con él y él me decía que aún no era tiempo ¡Vaya mierda!.
-Son tantas cosas que aún no sabes, Ana -su voz carecía de enojo aunque por más que tratará de soñar tal cual.
Solté una carcajada fría- ¿La muerte? ¿El dinero? ¿La felicidad? ¿El amor? -si definitivamente era lo último no había nada más que hacer, nada excepto dejar ir lo que simplemente nunca fue para mí.
-Nunca repitas lo último -gruñó y vaya que fue aterrador.
-¿Entonces qué es? ¿POR QUÉ NO ME LO DICES DE UNA PUTA VEZ?.
-No te puedo decir nada, aún no, pero te prometo que estaremos juntos pronto -una de sus rodillas toco el suelo y después la segunda hizo lo mismo, ahora tenía a Christian arrodillado frente a mí. Tomó mis manos y me miró a los ojos- Te amo y eso nadie va a cambiarlo -beso mis labios de una forma diferente, con más cariño que antiguas veces.
Alguien acariciaba mi cabello una y otra vez, momentos más depósito un beso en mi mejilla- Te prometo una vida junto a mí -susurro una voz que se escuchaba demasiado lejos.
Intente abrir los ojos pero se sentían pesados, con mucho cansancio. Volví a intentar y lo logré, al abrirlos estaba en mi habitación justo como hace unos momentos solo que esta vez no estaba Christian a mi lado ¿Había soñado con él? Sí, eso parecía, ¡Joder! Se sentía tan real. -Solloce- juraría que fue real, me limpie las lágrimas con el dorso de la mano. Una sombra en mi habitación me saco de mis pensamientos mi corazón se detuvo nuevamente ¿Christian? Me talle los ojos un par de veces para comprobar que mi visión no me estaba dando una buena jodida, pero al volver a mirar ya no había nadie.
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Mi Vida Junto A Ti.
FanfictionChristian y Anastasia tuvieron un encuentro solo de vista, algo extraño pasó en ellos , con tan sólo una mirada supieron que esa no sería la única vez que se verían, de extraños a conocidos, de conocidos a amigos, de amigos a novios y de novios a...