Capítulo 27.

3.2K 251 14
                                    

P.O.V Ana.

-¿Quieres ir a un restaurant que conozco? -me pregunta Ethan.

Comida, no se me apetece comer nada en estos momentos ni en esta semana que pasó estúpida subconsciente de mierda.

-No tengo hambre, ¿Otra opción? -que no sea de comida, por favor suplico en mi mente.

-Ana tienes que comer, Adam me decía que no has comido lo suficiente de estos días -me recuerda a Christian, todo me recuerda a él.

-¿Adam te lo decía? O ¿Tú le preguntabas por mí? -entrecierro los ojos y veo que él se sonroja ¡Santísima Mierda! Es adorable verlo así.

No vayas por ese camino Ana.

-Yo le preguntaba -confiesa un poco avergonzado.

-Esta bien vayamos a comer -una idea pasa por mi mente y de verdad que es una idea loca- pero primero acompáñame a un lugar.

-Si claro, ¿A dónde quieres ir? -definitivamente no es buena idea pero tengo esa jodida costumbre de tomar las ideas terribles.

-Vamos a un salón de belleza -el frunce el ceño pero aún así me acompaña.

Hemos pasado media hora en este lugar y cada minuto que pasaba yo tenía los nervios al mil por ciento haré esto ¿Sólo por él? Christian decía que le gustaba mi cabello largo, si si haré esto sólo por él, estoy loca en definitiva. A Ethan se lo estaban comiendo con la mirada la mayoría de las chicas en este lugar y como no si es guapísimo no las culpo.
Por fin la estilista a terminado y para ser un arranque de locura vaya que me a quedado muy bien.

-¡Wow Ana! Te vez preciosa -a Ethan le gusta entonces no todo está perdido.

-¿De verdad? -asiente- Gracias, ¿Nos vamos?.

-Sí, vayamos a comer.

Ethan no paraba de hablar en todo el camino de lo sabrosa que sabe la comida en ese lugar y que esperaba que me gustará lo cual le confirmé que me gustaría aún sin saber cuál era pero ahora me arrepiento de haberlo dicho, no me gusta, aquí fue donde vi a Christian por primera vez, me quiero ir de este lugar, correr y huir de todo lo que me recuerde a él pero no, no lo haré, debo tratar de vivir con todo lo que me recuerde a él.

Ambos elegimos una mesa del final y esperamos a que la mesera nos atienda.

-Buenas tardes ¿Qué van a ordenar? -Natalia voltea a verme y se sorprende- ¡Ana! -chilla de emoción.

-Hola Nat -me levanto de mi asiento para poder abrazarla.

-¿Cuánto tiempo ha pasado? -río, Natalia siempre fue muy exagerada en todo y ella solía ser mi única amiga en este lugar.

-Un pequeño tiempo.

-Eres una mentirosa Ana -me acusa- han pasado meses que no te veo -hace pucheros.

Oh mierda, pareciera que no tengo modales.

-Nat él es mi amigo Ethan -él al escuchar la palabra amigo hizo una cara de desilusión, pero es lo que es -Ethan ella es mi amiga Natalia -ambos se saludan pero después Nat vuelve su atención hacía mi.

-¿Por qué te has cortado el cabello? -me encojo de hombros.

-Casi no se nota -créete eso tú misma.

-Ana eres una mentirosa sin remedio -reímos- pero te vez preciosa.

-Gracias Nat.

Natalia toma apuntes de lo que está ordenando Ethan y se retira.

-¿Has venido ya a este lugar? -me pregunta Ethan.

-Sí, yo trabajaba aquí pero nunca probé la comida -le respondo.

El al ver mi cara lo entiende -¿Aquí fue donde lo conociste cierto? -le diste justo en clavo.

-Sí.

-¿Quieres que nos vayamos? -me pregunta.

-Ya has pedido la comida no no podemos ir -sonrío.

-Siempre podemos llevárnosla a casa.

-No, está bien, no pasa nada -lo tranquilizó.

Minutos después la larga lista que Ethan a echo aparece en nuestra mesa.

-Pediste comida para todo un ejército -digo sorprendida por la montaña de comida que tenemos enfrente.

Ethan ríe, se ve feliz, quisiera estar como él, puedes serlo si intentas darle una oportunidad al pobre.

-Créeme que en menos de media hora estas montañas ya no estarán, sabe deliciosa la comida que estos platos parecerán el postre -me confiesa.

-Eso veremos -le sonrió.

Él tenía razón la comida sabe deliciosa y aún más extraño es que trabaje aquí y nunca me di la oportunidad de probar un bocado de este lugar ¡Grandísima estúpida! Me arrepiento de no haberlo probado antes.

-Estoy llena -si pruebo un pequeño trozo de algo más explotaré.

-Yo también -dice Ethan- ¿Nunca me verás como algo más que tú amigo? -su pregunta me incomoda.

-Yo... no lo sé, Ethan entiéndeme que Christian aún es parte de mi corazón y es muy difícil sacarlo después de todo lo que pasamos juntos -es verdad lo que digo.

-Ana él ya te a hachado de su corazón y sale con mi hermana ¿Por qué para ti es difícil hacer lo mismo? -punto para Ethan.

-Eso duele -le confieso.

-Lo siento Ana, solo que me da coraje verlo a él como si nada y a ti sufriendo, mereces otra oportunidad.

Lo que dice es cierto, tiene mucha razón.

-Lo siento, tengo que ir al tocador -le digo.

Estúpido tocador está del otro lado de donde estamos sentados, camino y al momento de pasar por la puerta me encuentro a Christian y a Ashley tomados de la mano eso fue un golpe bajo, demasiado bajo, Christian me miraba con los ojos entrecerrados y yo camino lo más rápido que puedo no quiero que me reconozca.

Entro al baño y me siento segura porque él no puede verme. Me miró al espejo y no me reconozco, estoy terrible, me siento terrible, el vino con ella, el la ama, lágrimas tras lágrimas caen de mis ojos, la puerta se abre pero no volteo no quiero que la persona que haya entrado me vea llorando y me de su compasión.
Alguien me toma de la cintura haciendo que de un pequeño respingo del susto... Christian.

-¿Qué haces aquí Christian? -le digo tras soltarme de su agarre, quedando cara a cara.

-¿Qué te pasó Ana? ¿Porque te cortaste el cabello? -me pregunta.

-¿Acaso ya no me reconoces? Esto es en lo que me convertiste y a tu última pregunta me habías dicho que te gustan las chicas con el cabello largo y me lo corte -él niega con la cabeza.

-Ana cálmate, ¿Vienes sola? -para que mierdas quiere saber eso.

-¿A ti qué te importa? -le respondo.

-Ana déjalo ya, ¿Vienes sola? -me repite

-Estoy con Ethan -mis palabras le han dolido lo sé porque su cara lo refleja.

-¿Por qué vienes con ese imbécil? -me grita.

-No me grites Christian no tienes derecho -le digo.

-Lo siento Ana, ¿Puedes responder mi pregunta? -me dice en un tono más calmado.

-¿Porque vienes tú con esa zorra? -le preguntó.

Él se pasa ambas manos por la cabeza, está frustrado -No lo entenderías -me dice.

-Explícamelo entonces -por favor, Christian.

-Me odiarás si te lo digo -confiesa.

-No lo haré Christian, por favor dímelo -le ruego.

-Ana, yo ...

Mi Vida Junto A Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora