Capítulo 48.

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P.O.V Ana.

El olor a césped recién cortado inundó mis fosas nasales mientras que el viento se ocupaba de darme suaves brisas en la cara, también provocando que mi cabello se eleve en el aire y uno que otro mechón se me pegue en el rostro.
Había pasado una semana desde que deje de venir a ver a Christian porque algo en mi interior me decía que estaba visitando a alguien que no era el amor de mi vida, puede ser que en realidad no haya nadie ahí adentro. Piénsalo hasta que te lo creas me repetí una y otra vez. El panteón estaba en total soledad, eso creía hasta que una voz detrás de mí me sobresaltó.

-La vida se te puede ir en tan solo un segundo y nunca hiciste lo que más deseabas en ella -dijo Carrick.

-Desperdiciamos los momentos para ser felices y cuando tienes deseos de hacerlo ya es imposible, se acaba el tiempo.

-Así es mi niña -dijo con ternura- mi hijo no tuvo tiempo para hacer lo que siempre luchaba por hacer y ahora ya es tarde.

-Siempre que pensaba en mi futuro él estaba ahí, y cuando vuelvo a pensar en el Christian sigue estando presente en esos planes -suspire tratando de alejar estas lágrimas amenazantes.

-Estoy más que seguro que él también se imaginaba dentro de unos años contigo a su lado.

-Es tan injusto que la vida me lo haya arrebatado de esa manera tan cruel.

Carrick se limpió una lágrima traicionera que rodaba por su mejilla- La vida no es justa Annie y menos para las personas que aparentan ser fuertes... como tú.

-Él mejor recuerdo hasta el momento que tengo con Christian fue la primera vez que ambos nos miramos -recordé- esa mirada gris que parecía mirar más allá que una apariencia simple, como si sus ojos mirarán mi alma, ese gris impresionante que me hizo perderme en ellos, nada más existía solo él y yo.

-Sus ojos brillaban como un hermoso diamante cada vez que mencionaba tu nombre -sonrío- la primera vez que Christian y yo tuvimos nuestra platica de cómo conquistar a una chica fue para ti, él deseaba con todas su intensidad ser él chico de tus sueños aquel que jamás olvidarías.

-Cumplió lo que se propuso, lo logró y me alegro de que lo haya echo.

-Al principio creí que solo era un capricho, un amor juvenil de un rato pero mi parecer cambio cada vez que lo miraba hablando de ti a su hermana, le contaba todas las noches lo maravillosa que eres y lo enamorado que está de ti -mis lágrimas por fin fueron liberadas- él decía que ya no existía otra mujer en su mundo... que si alguien estuvo echa para él fuiste tú y que nadie cambiaría su parecer porque no lo lograrían. No había ni un sólo día que no hablará de ti y de la manera en que lo haces sentir -soltó una risita muy corta- aveces él me preguntaba qué si era normal sentirse de esa manera, la cual crees que el corazón se saldrá de su lugar.

Apenas y sonreí, no hacía falta que me dijeran como se sentía Christian respecto a mí puesto que yo me sentía exactamente igual que él- Esa era una de las cosas que compartíamos.

-Lo sé pequeña -su tono cariñoso me sobrecogió- se nota en tu mirada.

-Me delata -acerté.

Tras un silencio demasiado cómodo para ser real Carrick decidió romperlo- Llevo tiempo viniendo a verlo y aún me es imposible aceptar su partida -confesó.

No podía mirarlo a los ojos porque sabía que me destrozaría su mirada entristecida y no quería caer en la tentación de decirle todo lo que mi mente estaba pensando, no quería ilusionarlo a él también con alguna de mis posibles locuras. No quería que si todo lo que había estado investigando fuera mentira y se decayera aún más, no llevaría a nadie en mi camino, no hasta tener las pruebas necesarias de que todo lo que pienso es una verdad.

-No creo que lo hagamos -me limité a decir.

-Tienes razón no lo haremos y eso es lo que más me duele porque él no está siendo liberado de nuestro mundo a donde está el de Christian, no es justo para él tenerlo entre dos mundos porque puede estar sufriendo más que nosotros mismos.

-Dejémoslo ser libre entonces.

Jamás había tantas mentiras acumuladas en una sola frase, ni aunque la muerte nos intente separar no lo logrará no dejaría a Christian en paz, sería su tormento.

-Trataremos de lograrlo pero dudo que podamos.

-No perdemos nada con intentarlo -mi nueva frase favorita.

-¿Cómo lo estás llevando? -preguntó y al fin me miró a los ojos.

Siendo sincera de la mierda- Aún no me he consumido completa así que creo que eso es un bien -me encogí de hombros.

-Grace a estado terrible desde el día en que se enteró de lo sucedido, no para de echarte la culpa de la muerte de Christian -¿Qué mierdas?- ella a cambiado últimamente. Ya no es la mujer dulce y tierna de la cual me había enamorado años atrás.

Esa confesión me sorprendió más de lo debido ¿Qué le había pasado a Grace?.

-¿Cambiado? ¿En qué aspecto? Digo si no es un atrevimiento saberlo.

-Se convirtió en una completa desconocida, ya no queda nada bueno de ella. Se convirtió en un ser malvado y egoísta, yo traté de enamorarla de nuevo, darle detalles y cosas que solía hacer cuando quería que fuera mi esposa pero nada de mi esfuerzo sirvió, todo fue en vano, ya no había amor y si eso no se encontraba en una relación lo mejor era darse por vencido.

Pensé que Carrick estaba exagerando su punto con la señora Grey pero al escucharlo tan sincero me dijo que no lo hacía. Tal vez ella si se convirtió en un ser malvado como para que su esposo con el cual a compartido incontables cosas y que todo eso se vaya a la basura, es doloroso.

-¿Está planteándose divorciar? -ese era un paso demasiado grande si él decidía darlo.

Negó con la cabeza- Ya lo he hecho, no podía seguir siendo yo quien tratará de resolver nuestros asuntos, es cansado y doloroso ver que ella no hacía nada por remediarlo.

¡Pobre de Mia! Si antes estaba destrozada ahora quedará echa polvo y necesita a una amiga a su lado y esa seré yo, así como ella siempre estuvo para mí era mi momento de estar para ella. Sin darme cuenta Carrick me tenía envuelta en sus brazos y extrañamente yo hacía lo mismo.

-Extraño tanto a mi hijo -sollozo y sentí como las lágrimas calientes resbalaban desde sus mejillas hasta aterrizar en mi cabello. Hagas lo que hagas no le confieses nada me decía mi subconsciente.

-Primero me quitas a mi hijo y ahora a mi esposo -dijo una tan conocida voz a nuestras espaldas.





¡Stop! ¡Aquí termina el maratón! Este maratón fue especialmente para @Deicajur quien ganó en el pequeño mini-juego que hice. Espero haya sido de su agrado. Se les quiere, besos❤️.

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