Capítulo 56.

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P.O.V Ana.

Recorrer los pasillos del panteón siempre fue una de las cosas que más me incomodaban y por supuesto que más odiaba.
Nunca visite la tumba de mi madre, jamás en mi corta vida lo he hecho y no creía poder hacerlo por dos claras razones, Ray nunca me dijo en donde la habían enterrado y segunda aunque me hubiera dicho el lugar, no hubiera tenido el coraje suficiente como para hacerlo. Todo en mi vida solía ser "hubiera" pero siendo sinceros el hubiera nunca existió, aveces me pregunto ¿Qué pasará el día en que diga "lo hice"?, ¿Qué pasará? O la verdadera pregunta ¿Pasará?, no podría saberlo pero quería.

La tumba de Christian seguía intacta, limpia y reluciente, con su nombre escrito en la lápida. Si otra fuera la ocasión sentiría un nudo en la garganta y falta de oxígeno así lo era, lo era cuando en verdad creía que esto sucedía pero ahora no tanto.

El cielo se había tornado un poco oscuro casi igual que mi estado de ánimo, advirtiendo de una posible llovizna, a mi alrededor habían más personas algunas traían flores y otras simplemente venían de paso, pero una chica en particular me llamó mucho la atención, ella se encontraba a tres largos pasillos lejos de mí pero aún así podía verla con claridad, se encontraba recostaba sobre el pasto recién cortado enfrente de una lápida mis ojos no me permitían ver el nombre y casualmente me recordó a mí la vez que creí que Christian estaba muerto, yo pasé por su dolor sólo que el mío fue temporal.

-Ha pasado mucho tiempo Annie -había pasado tanto tiempo que no escuchaba esa voz y ahora sabía porque eso pasó.

Carrick.

Tan concentrada me encontraba en la chica morena que no me había dado cuenta de los pasos de Carrick. No podía irme ahora, él me había visto ya y sería muy descortés salir huyendo sin ni siquiera saludarlo.

-Así no es como yo lo sentí -dije sin dejar de mirar a aquella chica que bien podría ser un reflejo mío meses atrás.

Carrick suspiró con pesadez- Lamento lo que pasó la última vez que nos vimos -mientras él seguía disculpándose por el comportamiento de su ex esposa, poco a poco su voz se fue haciendo más lejana y yo solo podía pensar en todo lo que me ha pasado los últimos meses, el dolor que sufrí y que creía que nunca acabaría, ese dolor tan jodidamente profundo y asfixiante que tanto suplicaba que parara pero no lo hacía, el reencuentro que tuve con Christian tan inesperado pero a la vez muy en el fondo yo sentía que eso pasaría de nuevo, el sufrimiento de los padres de mis amigas al saber que ellas están desaparecidas, si tan solo ellos supieran que la culpable soy yo, el abandona miento de apoyo de parte de las personas en quien más confiaba, todo me estaba saliendo mal y todo lo que yo estaba haciendo era evadir lo que estaba destinado a pasar...- ¿Ana? ¿Te encuentras bien? -la voz de Carrick me devolvió de mi perdición.

Sabía que tenía mis ojos abiertos como platos era una de las cosas que pasaba cuando tenía miedo y ahora lo estaba sintiendo, lentamente y con cuidado me giré para encararlo, mis ojos se posaron fijamente en los de él y verlo así tan vulnerable me hizo sentir peor de lo que ya me sentía. A él también le estaba ocultando lo de Christian, estaba siendo egoísta no estoy pensando en el dolor que el está pasando con la pérdida de su hijo, su único hijo varón, mi cerebro estaba procesando muchas cosas pero también pensándose si lo correcto sería decírselo mi conciencia estaría muchísimo más tranquila si lo hiciera pero estaría defraudando la confianza de Christian, si tomaba una decisión alguien saldría perjudicado y era lo que menos quería.

-Ana estás muy pálida ¿Quieres que te lleve a tu casa?.

Quería  hacerlo, de verdad quería hacerlo, tome una larga respiración ahora me sentía un poco más segura.

-Siempre estamos realmente solos ¿Verdad? -pregunté.

No no podía hacerlo.

El ceño de Carrick se frunció- ¿A qué te refieres Ana?.

-En realidad nunca tuvimos el apoyo de alguna persona, nosotros somos nuestro propio apoyo.

Claramente estaba hablando de Kate y Adam que seguían sin hablarme, no los culpo siempre suelo tomar decisiones estúpidas y ellos son los que salen lastimados. Esta mala decisión los mataría.

-¿Por qué es tan difícil recibir apoyo cuando más lo necesitas? ¿Por qué cuando estás a punto de caer no hay nadie que te sostenga y no permita que eso suceda? ¿Por qué tenemos que estar solos todo el tiempo? -pregunté con lágrimas en los ojos, todos estos días me la había pasado llorando ya que era una manera de aliviar un poco de dolor.

Carrick no entendía lo que yo trataba de decirle pero aún así él no pregunto.

-Solemos estar solos en las peores guerras para darnos cuenta de cuanta fuerza llevamos en el interior -me sonrió de manera paternal.

La manera en que me sonrió provocó que mi corazón se despedazada una vez más por la culpa y las mentiras, me odiaba por no tener ese valor de contarle con detalle la verdad- ¿Por qué somos tan cobardes?.

-No somos cobardes Ana, nos están dando las peores peleas que tienen y míranos no los estamos enfrentando bien pero estamos sobreviviendo, somos sobrevivientes Ana -dijo sin apartar la vista de la lápida de su hijo.

-No creo sobrevivir por mucho tiempo -confesé, no podía seguir mintiéndole.

-Mi hijo te ayudará Ana, él lo está haciendo.

Sus palabras me tomaron por sorpresa, me quedé helada y sin palabras lo cual es extraño, no sabía si tomar sus palabras como... ¿Cuál manera? No lo sé, nunca sé nada.

-¿Qu... qu... qué? ¿Qué es lo que dijo? -la inseguridad en mi voz solo me delataba más.

-Se que él está vivo Ana, sé que lo está y no me refiero a vivo en nuestros corazones, sé que está en alguna parte de este terrible lugar y también sé que tú lo sabes -la tranquilidad de su voz me revolvió el estómago ¿Debía tomarme eso como culpabilidad? ¿Debía? Sí debía- Y sé que no estás lista para decírmelo pero esperaré  el tiempo que sea necesario para volver a ver a mi hijo y abrazarlo con fuerza.

Al menos no fui yo quien se lo dijo, pero... ¿Quién fue?.

-¿Cómo es que se enteró? -supuestamente solo sabíamos, Kate, Adam, Elliot, y yo, nadie más.

-¿Alguien más lo sabe? -preguntó sorprendido- Tus ojos te delataron Annie, recuerdo cada vez que Christian hablaba de ti, el brillo en sus ojos era inconfundible y la manera en que los tuyos lo hacían jamás lo olvidaría, y a pesar de que te encuentras muy mal físicamente y que tus ojos están llorosos es imposible no ver ese brillo especial.

Carrick lo sabía, él sabía que su hijo está vivo.

Mi Vida Junto A Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora