Capítulo 49.

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P.O.V Ana.

Si en el momento en que estuvimos solos el padre de Christian y yo hubo una comodidad y tranquilidad se acaba de esfumar en el instante en que Grace hizo su aparición y decidió hablar, sólo eso bastó para que alrededor de ambos se hiciera incómodo y a la vez hacerme sentir fatal.
¿Quitarle a su esposo? ¿Yo? ¿De verdad? ¡Por amor de Dios! Yo para que carajos quiero a un señor que me doble la edad ¿Para qué? ¿Quitarle a su hijo? Christian murió pero realmente no fue mi culpa o eso era lo que decían todos, el murió haciendo lo que a él le gustaba y yo odiaba, no fue mi decisión que el muriera porque si mi decisión le afectará a Christian créanme que bien podría estar vivo en estos momentos y cuando digo vivo es COMPLETAMENTE VIVO.

Carrick y yo nos separamos de nuestro cálido abrazo a regañadientes ya que fuimos interrumpidos por su ex-esposa.

-Buenas tardes señora Grace -le dije cortésmente, no sería tan grosera y gritarle lo bastarda que es en la cara.

Ella ignoro mi saludo que con mucho esfuerzo salió de mi boca.
Carrick decidió tomar un poco de aire antes de comenzar en la discusión que se aproximaba con Grace, así que se alejó disculpándose.

-¿Qué haces aquí? Tú no eres bienvenida en este lugar.

-El panteón es libre -me limité a contestar.

Realmente no quería pelear frente a la tumba de Christian pero si esta señora seguía así me sería demasiado difícil de contenerme a sacar todo lo que llevo más que guardado en semanas. Como no encontró manera de buscar alguna otra excusa prefirió ir al grano y preguntarme una absurda y estúpida cosa.

-¿Qué se siente quitarle el marido a una dama? -tuve que contenerme a soltar una carcajada ¿Dama? Dama mi culo.

-¿Quitarle a su marido? -repetí- Usted lo perdió por comportarse como toda una bruja sin corazón.

De acuerdo. Estaba enfadada, demasiado como para no ser capaz de notarlo.
Si una cosa odiaba de las personas es que quisieran cubrir sus estúpidos actos con culpar a otra persona, ¡Por favor! Tú tomaste una decisión si salió mal nadie más tiene la culpa ¡Tú la cagaste, coño!. Me sentía frustrada porque puede que mi hermano me allá mentido en lo que casi me mata, que Carrick esté destrozado por la muerte de su hijo, y Mia por su hermano, que Ashley casi se casa con el amor de mi vida y aunque suene estúpido hubiera preferido que se casarán y saber que Christian por lo menos está vivo a perderlo por completo, y para terminar con mi suerte la madre de Christian me culpaba de su muerte y yo como toda una estúpida lo creía, todo me estaba consumiendo y no era consciente que no podía soportarlo, ya era momento de sacar todo lo que me jode por dentro.

-Tú no sabes nada -dijo entre dientes. Eso es lo que crees cariño.

Levante mi mano y me lleve un dedo a la comisura de los labios y mire al cielo como si estuviera pensando- En realidad lo sé todo -era hora de desatar la bruja que llevo dentro- Madre digo si a eso se le considera madre verdad, que obliga a su hijo a casarse con alguien que no ama. Golpear a su hija sin razón alguna. Tratar de la mierda a la única persona en él mundo que de verdad la amaba aún con todos los defectos que tiene. Echarle la culpa a una chica de la muerte de su hijo. ¿Se me escapo algo? -la mire directo a los ojos.

Sus ojos eran como vivas chispas de fuego. Me acababa de ganar todo su odio.

-No te echo la culpa -me sorprendió- sé que tú tuviste que ver con su muerte -bueno era demasiado bello para ser cierto.

-¿Para qué quisiera matar a Christian? ¿Para hacerme cenizas de mi propio sufrimiento? Piénselo bien, analice y al final se dará cuenta que suena patético.

-El huía de ti porque no te amaba -contraatacó y que buen golpe bajo me dio.

No le hagas caso Ana, no lo hagas- El huía de el monstruo bastardo en que se convirtió su madre.

Sin ni siquiera verlo venir sentí como mi mejilla estaba siendo consumida por el calor asfixiante que la mano de Grace había dejado. Tampoco fui consciente de que a su lado estaba Ashley, ni cuánto tiempo llevaba aquí. Sólo sentí como los brazos de Carrick me apartaban de la cercanía entre ella y yo, su expresión de horror hacía esa mujer que alguna vez fue buena jamás la olvidaría, ni él mismo conocía esta parte de ella.

-¡Pero qué cojones pasa por tu cabeza Grace! -el grito lleno de enfado de Carrick inundó el silencio que había antes.

-¿Cómo puedes aceptar estar a lado de una asesina? -sollozo Grace- ¡Cómo es posible que siquiera puedas soportar estar a su lado!.

-Ella no mato a nuestro hijo ¡ELLA NO LO HIZO!.

-Si lo hizo y lo sabes -dijo ella, su cara con maquillaje corrido, sus ojos cristalinos inundados por la la claridad del odio... me miraba de una forma indescriptible- y la haré pagar por lo que le ha echo a mi bebé.

No sé que mierdas hacía yo aquí, ¡Vete idiota! Me gritaba mi subconsciente pero yo no era capaz de obedecer esa orden ni aunque quisiera, mis piernas no respondían. Todo lo que ella estaba diciendo me estaba afectando de manera mortal, todo lo que ella decía yo lo creía como toda una verdad sin ser cegada por el odio.

Carrick se volvió a mí con expresión cansada y me dijo:- Tienes que irte Ana, sólo vete por favor -suplico.

Pedí fuerza a mis piernas para que me ayudaran a salir de este lugar.
Salí y corrí, corrí tan rápido sin detenerme a pensar a un lugar a donde ir, no quería estar acompañada, quería estar completamente sola quería pensar en los gritos de desesperación que Grace me gritaba al salir del panteón esas frases como ¡Tú mataste a mi hijo! ¡Asesina! ¡Pagarás por esto! Y la más dolorosa de todas ¡El jamás te quiso! Me hizo perder la cabeza y no en el sentido bueno, todo lo que me dijo me lo creí.
Así de estúpida estaba siendo, como para creer en sus sucias palabras.

Seguía corriendo sin rumbo alguno, llegue tan lejos y me di cuenta de eso porque me encontraba en el Montlake Bridge. Mi mirada se dirigió hacía abajo y solo una cosa paso por mi mente, estaba dispuesta a hacerlo. Ya todo el dolor y sufrimiento se acabaría, ya no más lágrimas de tristeza, ya no más noches sin dormir, todo se acabaría en cuestión de segundos.

-¿No piensas saltar de ahí verdad? -los vellos de mi nuca se erizaron, mi respiración se detuvo, tenía tanto tiempo de no escuchar esa voz, sonreí con nostalgia.







Espero que les haya gustado el capítulo.
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