Mi Vida Junto A Ti.

Epílogo.

10 años después.

-Buenos días Señor Grey ¿Quiere algo para beber? -pregunto aquella chica justo después que entro a la oficina y cerró la puerta.

Él sonrió de manera que podría notarse lo feliz que se encontraba en este día, dejó a un lado los papeles que inundaban en su escritorio, la pluma que antes estaba en su mano ahora se encontraba en algún lugar de él.

-Buenos días Señorita Steele -dijo- no tengo sed -él la miró como si sus ojos estuvieran viendo oro- pero sí me atrevería a decirle que muero de hambre.

La joven y hermosa castaña tragó saliva con fuerza haciéndose notar que esas palabras de parte de su jefe tenían gran efecto en ella, Christian lambió su labio inferior haciendo que la Señorita Steele sufriera un poco más con la tortura que él le estaba provocando.

-Y ¿Qué es lo que se le antoja Señor Grey? -preguntó.

Él sonrió y fue una de esas sonrisas traviesas, de chico malo y por supuesto con malas intenciones- A usted sobre mi escritorio desnuda y gritando mi nombre.

-Eso sería muy imprudente tomando en cuenta que tiene muchos empleados trabajando para usted y que probablemente escucharían todo.

Para ella no era una sorpresa que su jefe le propusiera cosas indecentes como esas. Christian levantó las manos en modo de rendición, en cambio ella camino hasta donde él se encontraba y con seguridad se sentó a horcajadas en sus piernas, él no perdió su tiempo y comenzó a acariciar en círculos las desnudas piernas que ella tenía, la falda era corta así que eso le daba mucha ventaja.

-Podría callarla con un interminable beso -dijo él.

-Entonces moriremos por falta de oxígeno -bromeo ella.

-Siempre arruinando momentos calientes como estos Señorita Steele.

-¿Calientes como esto? -ella movió sus caderas haciendo fricción su parte íntima con la de él, sin dejar de torturarlo de aquella forma puso un beso en su cuello y así continuó hasta llegar a su oído, ella mordió el lóbulo de la oreja de su jefe, un gruñido salió de sus labios y ella sonrió de manera triunfante al sentir como un bulto se formaba en el pantalón de su novio- Y recuerda que pronto seré la Señora Grey.

-Que bien suena eso -sonrío- Suficiente quiero estar dentro de ti -dijo con firmeza, antes de darle un fuerte apretón a su culo.

-Siempre tan romántico -sonrío ella- Pero alguien se te a adelantado.

La sonrisa de él desapareció pensando lo peor, Anastasia rodó los ojos aunque él no dijera lo que pensaba, ella lo conocía demasiado bien como para saberlo.

-¿Qué? -las caricias se detuvieron.

-Que ya hay alguien dentro de mí -dijo ella tomando pausas entre palabras.

La cara de él era confusión total y ella se encargó de aclarárselo.

-Un bebé crece dentro de mí, nuestro bebé -tomando la mano de él ella la puso sobre su vientre plano, la sonrisa de ambos era de oreja a oreja y podría decirse que una lágrima traicionera salió de sus ojos.

-¿Estás bromeando? -preguntó el incrédulo, negando con la cabeza ella le dio la respuesta.

Eso fue suficiente para que la felicidad de él fuera inimaginable, la tomo de sorpresa cargándola así como se encontraban sentados momentos antes haciendo que ella enrollará las piernas en su cintura. Saliendo de la oficina de aquella manera todos los veían confundidos aunque ya sabían lo que pasaba entre ellos.

-¿A dónde me llevas? -preguntó ella.

-Vayamos a festejar al nuevo integrante de la familia -dijo él con una sonrisa que no cabía en su rostro.

El amor que ambos se demostraban era único.

Su amor no terminaba de esa manera.

No terminaría mañana.

Eso no pasaría jamás.