Reborn en la casa Sawada

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Chapter 3: Reborn en la casa Sawada

Disclaimer: KHR! no es mío es de Akira Amano-sensei (sería hermoso que tuviera los derechos de autor, pero me conformo con poder escribir este humilde fic).

Nota de la autora: Hola, aqui con la continuación. Eto, pues no se me ocurre que mas decir, solo puedo darles las gracias por leer este fic.

Advertencias: Perdonen mis errores de dedo (como siempre) y no podía faltar como siempre mi título (spoiler) del capítulo, sin más que decir a disfrutar el capítulo...

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Era una completa y descabellada locura, Reborn vivía en su casa al parecer su padre lo había contratado como tutor gracias a que su supuesto jefe de su padre había intercedido o algo por el estilo, mientras una persona a la cual solía llamar "abuelito" en su niñez mandaba al susodicho hitman, para convertirlo en todo un líder mafioso; todo parecía tan descabellado. Y su madre al parecer no sospechaba nada acerca de la identidad de su nuevo tutor, Nana preparaba felizmente la comida, después de todo por lo general casi siempre solo eran Tsu-kun y ella los que comían en aquella solitaria mesa, pero esta vez se encontraba un nuevo miembro en la mesa, además de que esperaba impaciente la llegada de su esposo a casa.

Comenzaron a comer Nana, Reborn y Tsuna, este último miraba de reojo al italiano, ya que a pesar de ser extranjero parecía no tener problemas para comer con los palillos.

Tsuna, miraba todo con incredulidad, el hombre de patillas rizadas le inspiraba miedo, no sabía exactamente como describirlo, pero sin duda alguna le aterraba sobre todo cuando el hombre de fedora sonreía de manera amistosa, recordó un refrán "palabras melosas, son siempre engañosas"; y de cierta forma aquellas palabras le quedaban a la perfección a la sonrisa de Reborn.

Una vez que terminaron de comer, Tsuna se disponía a ir a su habitación, la cual por cierto a pesar de la mudanza seguía siendo un perfecto caos y desorden total. Cajas de cartón y ropa y un total desorden reinaban en aquella habitación, además de que la nueva habitación era más grande que la anterior, justo cuando el castaño se iba a acostar sobre la cama, la puerta de su habitación se abrió con una patada, y por ella se encontraba Reborn.

— ¡No es tiempo de dormir dame-Tsuna¡ —dijo Reborn al ver las intenciones de su alumno.

— Reborn, ¿Qué haces en mi habitación? —protesto el castaño.

— Ya te lo dije, soy tu tutor.

— Pensé que eras un mafioso —se quejo el menor.

— ¿Y? ¿Acaso tienes alguna objeción? Además es obvio que me encargare de vigilar y hacer que mejores en tus materias, investigue tus antecedentes académicos, y debo decir que dejan mucho que desear. —Dijo el hitman, mientras le mostraba al castaño un par de exámenes, — debo agregar que esperaba que te fuera mal en otras materias, pero ir mal en tu lengua materna eres un total dame, como es posible que no puedas ni con tu propio idioma.

— Reborn, ¿Cómo obtuviste mis exámenes? —dijo el castaño.

— Dame-Tsuna, es obvio que te investigue antes de venir a este lugar.

Y de esa manera comenzaron los locas enseñanzas de Reborn, la cuales aparte de ser raras y extrovertidas eran completamente peligrosas y desafiaban las normas que se establecían en el sistema de educación de la cuidad de Kokuyo. Mejor bien dicho las tutorías de Reborn, desafiaban y rompían muchos de los lineamientos de educación a nivel mundial.

En la primera tutoría bajo la supervisión de aquel hitman, el susodicho hombre de la fedora lo había atado en la silla junto con peligrosos explosivos, y los detonaba cada vez que Tsuna se equivocaba, y eso solo era el principio de las tutorías de Reborn, ciertamente si Sawada Tsunayoshi no moría a causa de la secundaria de Kokuyo, sin duda sería obra de su loco y sádico tutor.

Justo cuando Tsuna pensaba que iba a morir, nunca pensó en oír palabras tan dulces, provenientes de su madre, la mujer había tocado a la puerta de la habitación de Tsuna y dijo: — Reborn-san, Tsu-kun es hora de cenar, no olviden lavarse las manos.

La cena paso de manera tranquila y afable, al terminar tomaron un poco de té verde, y sin más después de que Tsuna levantara los platos de la mesa y lavara los platos cada quien se dispuso a ir a su respectiva habitación.

A la mañana siguiente Tsuna ni siquiera tuvo la oportunidad de escuchar la alarma del despertador, ya que lo único que pudo sentir fue como alguien lo pateaba fuera de su cama, Tsuna cayó al piso, el despertar del castaño fue brusco, internamente el menor pensó y se asustó ante la idea de un temblor, pero rápidamente fue desengañado de aquellos pensamientos cuando escucho la voz burlona de Reborn.

— Tsuna, es hora de que despiertes. —Tsuna abrió los ojos de golpe y frente a él se encontró con Reborn, quien tenía el descaro de sonreír.

— ¡Hiiiiiiiiiiiiiiii¡ ¿Por qué me despiertas así? —fue lo único que articulo el castaña, antes de sentir como una bala pasaba muy cerca de su rostro.

— No iba a esperar a que el despertador sonara, y lo ignoraras. —Dijo calmadamente el hombre mientras enroscaba una de sus patillas rizadas con sus dedos.

— ¿Pero? ¡estás loco Reborn!, apenas son las cinco de la mañana. —Dijo el rubio mientras miraba la hora en su despertador.

— ¿Y? Si tienes otra protesta o queja, te lleno de plomo. —Dijo el hitman con voz de ultratumba.

— No... Para nada... —Respondió nervioso el castaño.

El tutor, ante los ojos de Tsuna, era un sádico, le encantaba hacer sufrir a Tsuna, y eso que apenas llevaban un día de conocerse, y ante la llegada de aquel tutor mafioso, prefería un millón de veces más asistir a Kokuyo.

KOKUYO SCHOOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora