¡Bienvenidos a Mafia Land! (Parte III)

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Capítulo XVIII: ¡Bienvenidos a Mafia Land! (Parte III)  

Los adolescentes comenzaron a caminar el silencio era terrible con un aire sepulcral. Tsuna suspiro, nunca se imaginó que terminaría en semejante situación, desde la llegada de Reborn su vida se había vuelto totalmente caótica y aunque el castaño lo negara a pesar de todas las pericias ocasionadas por el hitman también había momentos buenos. Había entablado amistad con Hayato-kun, Yamamoto-kun, Lambo. Aun no conocía muy bien a Ryohei pero parecía una persona sumamente alegre y deportiva. En cuanto a Mukuro y Hibari-san —atemorizantes—, era lo único que pensaba de ellos.

— Eh... Mukuro ¿Dónde está Ken? —pregunto el castaño.

— Debe estar por ahí —contesto indiferente Rokudo.

— ¿A dónde deberíamos ir a buscar a Ryohei? —pregunto el castaño.

— Odio las manadas de herbívoros —fue lo que contesto Hibari.

— ¡MALDITO! ¿Cómo te atreves a hablarle de esa manera a Juudaime? —gruño Gokudera.

— Hayato-kun, cálmate —hablo Tsuna en tono conciliador.

— Vongola, yo no voy a servir como niñera —dijo Mukuro.

— Juudaime, déjeme llenarlos de dinamita —pidió Gokudera.

— Cálmate Gokudera, será más fácil buscar a senpai si nos dividimos —sugirió Yamamoto.

— Tsk —chasqueo la lengua Gokudera—, si es lo que desea Juudaime.

— Lo mejor será que "ustedes se pierdan" —dijo Yamamoto cambiando su tono de voz poco amigable, mientras les dirigía una mirada fría a Hibari y Mukuro.

Tsuna y Hayato se quedaron mudos de la impresión, por lo general Yamamoto siempre se mostraba optimista y sumamente amable.

— ¡Bien dicho friki de beisbol! —apoyo Gokudera.

El ambiente se volvió frio, Tsuna se quedó sin palabras.

— Kamikorosu.

— Kufufu, así que quieres pelear.

— Solo estoy sugiriéndoles que se aparten —espeto Yamamoto.

— No se peleen —interrumpió Tsuna con voz firme—, Hayato, Reborn te dijo que no usaras dinamita. En cuanto a Hibari-san y Mukuro si lo desean pueden pasear por Mafia Land. Yo buscare a Ryohei. Yamamoto, gracias por intentar detenerlos.

— Oya, parece ser que el beisbolista no es el único con un lado oscuro Tsunayoshi-kun.

— Que insinúas cabeza de piña, Juudaime es demasiado noble —expreso Gokudera.

— Vamos a comer.

— No recibo ordenes tuyas Vongola/herbívoro —se quejaron simultáneamente Mukuro y Kyoya.

— Como quieran —Tsuna suspiro—, solo no causen problemas. Nosotros iremos a comer —dijo mientras jalaba a Yamamoto y Gokudera.

Por alguna razón Mukuro y Kyoya se sintieron molestos — ¿cómo se atrevía ese Vongola/herbívoro a ignorarlos?—.

— ¿A dónde vas Tsunayoshi-kun? —inquirió Mukuro.

— A comer —siseo fríamente.

Se escuchó la voz de Nana a distancia — Tsu-kun —, internamente Mukuro sonrió hasta que la castaña empezó a nombrar a los demás —oh, qué bien también están contigo Mu-kun, Kyo-kun, Haya-kun y Take-kun—. La castaña se acercó mientras a su lado caminaban Lambo, Ken y Chikusa.

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