El prefacio del cielo

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Capítulo XXXIII: Prefacio del cielo

Hoy todo terminaría, eso era un hecho. La última batalla de los anillos, Tsuna se encontraba mirando la mitad del anillo mientras suspiraba, se había despertado temprano a pesar de haber dormido muy poco por los hechos previos, el Noveno en verdad apreciaba a su hijo aunque no fuera su consanguíneo, "¿porque no era Xanxus capaz de comprender algo tan simple?".

Reborn entró como siempre a su habitación, sin pudor alguno.

— Reborn, toca la puerta —dijo Tsuna a pesar de saber que el mayor siempre lo ignoraba cuando se quejaba.

— Si sabes que no te haré caso, porque siempre te quejas —sonrió el hitman.

— Reborn, no puedes ir por la vida entrando a cuartos sin permiso.

— Siempre lo he hecho, no hay muchas cosas que sean capaces de dejarme sin palabras. Tsuna, pase lo que pase, tanto el Noveno como yo sabemos que no puedes perder.

— Xanxus, ¿que tan fuerte es?

— Es fuerte, pero le falta liderazgo —afirmó el mayor—. Toda tu familia estará ahí para tí, por cierto Hibari, acaba de despertarse al parecer quiso salir caminando y los doctores tuvieron que amordazar.

— ¿Que tanto hablabas con Mukuro? —Inquirió Reborn fingiendo que no sabía nada.

— Lo normal.

— ¿Que opinas de él? —preguntó el hitman.

— Yo... bueno él es, como decirlo... amable...

Reborn tenía instintos asesinos, como era posible que Tsuna fuera tan denso.

— Tienes tres minutos aún no hemos terminado tu entrenamiento —dijo el hitman mientras le apuntaba con León convertido en una pistola.

.-.-.-.-.-.-.-.

Diez minutos antes de la medianoche, torre de la batalla del cielo. El lugar parecía completamente abandonado, y sin embargo al mismos tiempo parecía nuevo.

Gokudera estaba dispuesto a encender un cigarro cuando se lo quitó el idiota del beisbol, en verdad qué clase de manía había agarrado con su persona, si casi nunca hablaban.

— No molestes —gruño el de cabellos plateados.

— Vamos, Gokudera no es bueno que fumes tanto.

— No sonrias con esa cara de imbécil.

— Ma, solo te estoy cuidando —aseguró el beisbolista mientras sonreía.

— Tsk... eres un fastidio —Gokudera le lanzó una mirada de odio al moreno.

— Parece un lugar nuevo —comentó Lambo mirando de reojo.

— Parece que la batalla de Sawada será extrema.

De pronto escucharon voces conocidas, Reconocieron la voz de Belphegor, quien venía caminando al lado de Xanxus.

— ¿Dónde está la basura que tienen por líder? —gruño Xanxus.

— Tsk.. MALDITO, ¿Como te atreves a hablar así de Juudaime?

— Ushishi —río Bel—, deberías ser consciente de a quién te diriges —el rubio le lanzó a Gokudera uno de sus anillos en señal de amenaza.

— Ma... calmense —sonrió Yamamoto mientras cambia su mirada serena a una completamente hostil—. Tsuna no perderá contra tu patético remedo de líder.

Miradas por parte de los guardianes de Tsuna, y por parte de Varia el ambiente se había tornado bastante hostil con tintes bélicos.

Los Varia, estaban incompletos. Solo estaban presentes Xanxu y Belphegor.

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