KOKUYO SCHOOL

76.

Disclaimer: KHR!, no es de mi propiedad. Los personajes son producto, imaginación y creación de Akira Amano-sensei.

Paring: 6927

Notas de la autora: lo se tenía un tiempo sin dar señales de vida. Solo puedo decir que en el 2017 pasaron muchas cosas y me agarre un hiatus indefinido.

Agradecimientos: muchas gracias a todas las personas que siguen este humilde fic.

Advertencias: pues ya a estas alturas creo que ninguna.

Tiempo de actualización: INDEFINIDO a lo mucho me puedo ir de parranda 3 meses.

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Capítulo 76.

Con todo lo ocurrido durante el festival cultural su mente era un caos. Por las noches continuaban las pesadillas. Y entonces se quedaba despierto e incapaz de volver a conciliar el sueño, pensando en el futuro lo cual comenzaba a causarle ansiedad. Recordó a Mukuro quien comenzó a comportarse más arisco que de costumbre era como si el ilusionista huyera de su presencia de forma más vehemente.

– Dame-Tsuna –irrumpió la voz de Reborn, el adulto miraba al castaño desde el marco de la puerta–. Otra vez despertaste.

El semblante del hitman rara vez dejaba ver algo más aparte de esa faceta llena de confianza.

– Yo... es solo. Nada olvídalo –contesto Sawada.

– Como carajo lo voy a olvidar si es la tercera vez en la semana –farfulló molesto el adulto.

– No importa. Estoy bien –musitó intentando restarle importancia al asunto.

– Habla de una buena vez –gruño el hombre de patillas rizadas.

– Son sueños. Solo se esto, estoy rodeado por los guardianes y en el centro me encuentro sosteniendo una pistola. Es como si el arma la hubiera sostenido infinidad de veces. Una de las seis personas se acerca arrastrando un bulto o eso creo al principio, pero no es así es un hombre completamente mallugado y cubierto de sangre. "Traje al invitado de honor", la voz era de un hombre y le parecía sumamente familiar. Escucho el estruendo del cuerpo al desplomarse de forma violenta, y esa persona comenzaba a implorar de por su vida, hablaba acerca de sus hijos, de su familia, que él no había traicionado a la Fagmilia, suplicaba y lloraba, pero yo no escuchaba sus ruegos. Y ahí estaba el arma, jalo el gatillo. Y hablo al ver el cadáver –En la mafia la traición se paga con la vida–. Despues de eso despierto. Y tengo miedo.

– Levántate Tsuna, quedarte solo pensándolo mucho no solucionará nada.

– ¿Eh?

– Vamos.

– ¿Ir a dónde?, son las tres de la mañana –señalo el castaño mientras miraba su despertador.

– Y es precisamente porque son las tres de la mañana que saldremos.

Tsuna dio un suspiro de resignación no tenía caso oponerse al hombre cuando le entraba alguna de sus locas ideas.

Después de una carrera en auto de aproximadamente media hora descendieron del vehículo. Tsuna miro el lugar, asombrado por el inmenso bosque que se mostraba frente a sus ojos, no importaba cuantas veces fuera a ese sitio siempre lo maravillaba aquel lugar. Reborn miró de reojo a su alumno.

– Oe dame-Tsuna. ¿Por qué no mencionaste que tienes problemas para controlar tu llama? –cuestiono. Ciertamente al hitman rara vez se le podía escapar algún detalle, es más era casi imposible que Reborn no supiera algo con antelación.