El inicio del final

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 Disclaimer: KHR!, no es mío. Sería bello y hermoso que sus personajes fueran míos, pero toda la propiedad y creación de personajes es trabajo y autoría de Akira Amano-sensei. Yo solo tomo prestados a los mencionados personajes para poder escribir el fic.

Notas de la autora: se suponía que este capítulo era para el 14 de febrero, pero un par de cosas se atravesaron en mi camino. Necesito ver Deadpool, es lo único que puede curar mi corazón después de ver el raw del segundo especial de Vampire Knight.

Agradecimientos: como siempre muchas gracias a todas la bellas personitas que leen esta historia. Cuando empecé con esta idea me dije, tiene cara de que este fic va para largo, pero incluso me sorprendo cuando veo que estamos cerca de los 60 capítulos.

Tiempo de actualización: el tiempo que me tardaba antes en actualizar era de una a dos semanas, y a lo mucho me puedo ir de parranda 3 meses (en caso de que desaparezca), de momento pasa al estatus "INDEFINIDO".

Advertencias: Perdonen mis errores de dedo como siempre y no podía faltar como siempre mi título (spoiler) del capítulo, sin más que decir a disfrutar el capítulo.

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Capítulo XLIX: El inicio del fin.

Kokuyo, 10 años en el futuro...

– ¿De qué huyes? –Se escuchó la voz de Tsuna–. Lo has hecho incontable cantidad de veces en los mundos paralelos, sé que no soy un genio. Pero... para desear iniciar desde el comienzo las cosas.

El líder de los anillos Mare comenzó a reír de forma frenética; los presentes se mantuvieron en mutismo sin apartar la mirada de aquel hombre. Sawada sintió un fuerte estremecimiento y de forma similar Yuni guardó una distancia prudente frente al Gesso. Los guardianes de Vongola miraban aquel gesto que rayaba al borde de la locura.

– Muy gracioso, Tsunayoshi-kun. Sin duda alguna siempre te las ingenias para decir algo así –opinó Gesso–. Tan propio de tú. El bueno para nada dame-Tsuna –canturreo mientras su mirada se tornaba herida–. Tsunayoshi lo vio con cierto miedo hasta la espina dorsal. El rostro del albino mostraba una clara sonrisa, no la típica sonrisa de felicidad o alegría, sin duda alguna si tuviera que describir aquella mueca tan serena y a su vez retorcida.

– Deja de meterte con Juudaime, maldito imbécil –espetó la tormenta–. Tú no lo conoces.

– Es cierto –objeto Lambo–. Tsuna es torpe, pero siempre termina haciendo lo correcto.

– No te atrevas a menospreciar a Tsuna –la mirada de Yamamoto se afilo–. El nunca haría nada tan malvado.

– En serio. Yo malvado –expresó mientras se llevaba la mano al pecho–. Muchas cosas pueden haber cambiado en diez años. Después de todo el difunto Sawada Tsunayoshi de esta época ya era el jefe de Vongola. En especial tu –señalo al beisbolista–. ¿En verdad crees que Tsunayoshi-kun sigue siendo tan noble?, hablas de la bondad que existe en la mafia. No podrías ser más idiota. Vongola está lleno de sangre, corrupción. Era lógico que para lograr ser la familia más fuerte pisoteo a todos lo que se le opusieron. El término "aliado" es tan hipócrita, nada de eso es requerido dentro de la mafia. El primer proclamado "primer cielo", "el cielo más fuerte de Vongola" huyó de sus propios actos. Tan atroces y perversos como los de un demonio. ¿Lo sabes?

Byakuran soltó aquella pregunta. Tsuna intuyo que el contrario le estaba preguntando. Internamente sintió el deseo de titubear, recordó la prueba de sucesión. Se sintió incapaz de increparle algo a Byakuran, estaban en el futuro; nunca se preguntó que tanto había cambiado en diez años. Recordó a su versión adulta, no era como si hubiera hablado con él, lo poco que sabía, la carta que su contraparte adulta le había dejado, no respondía nada.

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