Festival cultural (parte VIII)

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Disclaimer: KHR!, no es de mi propiedad. Los personajes son producto, imaginación y creación de Akira Amano-sensei.

Notas de la autora: de alguna forma me dije, antes de que los capítulos aumenten... me estoy dando a la tarea de darles una revisión para corregir los errores de los que no me percate en su momento.

Que más, oh es cierto amo "SOUL CONTRACT", un manwha/anime japonés donde a mi parecer hay mucho fanservice. Y si me preguntan a mí, Yang y Xi ya están más que casados *-* (desearía saber chino para poder leerlo, aunque viéndolo, es hermoso por si solo).

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Agradecimientos: muchas gracias a todas las personas que siguen este humilde fic.

Advertencias: pues ya a estas alturas creo que ninguna.

Tiempo de actualización: INDEFINIDO a lo mucho me puedo ir de parranda 3 meses.

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Capítulo 71. Festival cultural (parte VIII).

Era poco decir que Hibari Kyoya estaba enojado, la expresión del rostro del presidente del escuadrón disciplinario era completamente una combinación de odio e ira –kamikorosu–. Los golpeados por el guardián de la nube, aun no tenían las fuerzas suficientes para intentar ponerse de pie. Los que por el contrario prefirieron seguir en el anonimato reconocieron de inmediato al huraño joven como un digno poseedor de su atributo. Sin más tiempo que perder, Hibari Kyoya salió molesto del recinto con una sola meta: –morder al herbívoro con cabeza de piña–.

Mentalmente tanto Kakimoto como Joshima no sabían que pensar con respecto las acciones de su líder, pero al ver lo cabreado que lucia Hibari, daban por hecho que habría una afrenta entre ambos.

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Gokudera prácticamente tuvo que arrastrar a su hermana de vuelta al auditorio mientras mascullaba: –es mi deber como mano derecha protegerlo–. La tenacidad con la que las palabras fueron dichas hizo que la mujer enfocara su interés en conocer al joven Vongola. Por supuesto que Shamal también los acompañaba. Los tres llegaron al lugar cuando estaban subastando a los alumnos de segundo año, Gokudera se maldijo internamente.

– Debo encontrar a Juudaime –fue entonces cuando noto que en el lugar aún permanecían el idiota, el boxeador y la vaca. Sin dudarlo ni un segundo se acercó a ellos.

Yamamoto volteo de inmediato al sentir la presencia de la tormenta. Reconoció de inmediato a las personas que lo acompañaban, la mujer que gano la rifa y a Shamal.

– Gokudera –nombro.

El de cabello plateado solo miro a los tres. – ¿Donde esta Juudaime? –pregunto.

– Ahodera –respondió Lambo en un tono despreocupado.

– La subasta por Sawada se tornó extrema –aseguro Sasagawa–. Hibari mordió a los competidores a tonfazos, pero gano alguien que no conocíamos.

– Tsuna no salió –confirmo Yamamoto–. Es raro a lo mejor salieron por la puerta trasera del auditorio.

– Hayato no pierdas la paciencia –reprendió Bianchi.

A Yamamoto no le gusto para nada que la desconocida llamara a Gokudera por su primer nombre, después de todo en Japón llamar a alguien por su primer nombre era muestra de confianza y familiaridad.

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