31 de diciembre, 2015.
Escuché la puerta de la habitación abrirse, pero no me levanté, estaba bastante cómoda y no hacía falta ver de quién se trataba. La cama a mi lado se hundió y un brazo pasó por mi cintura, pegó su pecho a mi espalda y dejó un beso en mi hombro.
– ¿Cómo te fue con la broma? – pregunté sin abrir mis ojos, lo escuché reír por lo bajo.
– Tiene el sueño bastante pesado.
Asentí levemente.
– ¿Y Hannah? – volví a interrogar. Esta vez la risa de Alex resonó un poco más.
– Hannah va a lograr un infarto con esa broma. – besó de nuevo mi hombro. – Descansa, amor.
Volví a asentir y sin mucha lucha volví a caer en un sueño pesado.
Sentí que había pasado un minuto cuando escuché un golpe en la cocina haciendo que me despertara de un salto, vi a Alex entrar a la habitación con el ceño fruncido y sus manos en su cabello.
– ¿Qué pasa? – pregunté poniéndome de pie.
– ¿Le abriste la puerta a los perros? – devolvió la pregunta, fruncí el ceño y negué con mi cabeza. – La puerta está abierta y no están.
Sentí mi piel enfriarse y puedo asegurar que quedé pálida. Tomé mi abrigo y me lo coloqué, ignoré a Alex y salí de la habitación. Clarie y Hannah estaban afuera de la casa gritando los nombres de los perros.
– ¡Leia! – grité ganándome la atención de las chicas. – ¡Visto! – volví a gritar exasperada.
La carcajada estruendosa resonó en todo el vecindario, fruncí aún más mi ceño y volteé mi mirada en la dirección en la que venía la risa, las chicas estaban riendo por lo bajo, Alex tenía su sonrisa ladeada y al lado de ellos estaba Hillary con Leia en sus brazos.
No sé en qué momento di las zancadas y acorté las distancias que nos separaban, Hill retrocedió un par de pasos.
– ¡Eres una maldita! – le arrebaté a Leia de los brazos y busqué a Visto con la mirada, ya estaba entrando a la casa.
Los ignoré y entré detrás del cachorro quien se echó inmediatamente en la alfombra de la sala. Dejé a Leia en mi cama y me senté a su lado, ella no dudó en atacarme a besos. La puerta se volvió a abrir dejando ver la cabellera castaña de mi novio.
– No... – lo interrumpí.
– No me hables. – rodé mis ojos y él rió por lo bajo. Lo vi acercarse con su sonrisa divertida en sus labios, se inclinó hasta quedar muy cerca de mí, bajé la mirada hacia la cachorrita en mi regazo.
– No te vas a enojar el último día del año conmigo. – enarqué una ceja, aunque sabía que no me podía ver. – Lauren, es una broma.
– Y tú la ayudaste. – respondí seca.
– No creí que te fueras a asustar tanto, no sabía que quisieras a los perros. – levanté la mirada indignada por el comentario. – Pero ¿quién quiere a los perritos? – pellizcó mis mejillas y habló con la típica voz que se usa para dirigirse a los bebés. Rodé mis ojos de nuevo y lo próximo fue una presión en mis labios, dejó su mano en mi mejilla.
Me fue recostando en la cama hasta quedar sobre mí con sus brazos a ambos lados de mi cabeza cargando su peso, enredé mis manos en su cabello para acercarlo aún más. Sentí un lengüetazo en mi mejilla y abrí mis ojos en ese segundo, miré asqueada a Alex, él solo se levantó y comenzó a reír a carcajadas.
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Recuperando El Pasado.
General FictionUn pasado intenso. Un presente comprometedor. Un futuro sorpresa. Un individuo inesperado. Una reacción confusa. Una explicación nueva. Conoce la mitad de la verdad escondida, vive el misterio y descubre el secreto completo. +++...