Capítulo Cincuenta y dos.

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18 de junio, 2016.

Me acerqué al mesón de la cocina para tomar el tazón con ensalada fría, antes de poder tomar el recipiente de vidrio sentí dos brazos rodeándome las piernas; cambié la dirección de mis manos hacia el mesón para poder mantener el equilibrio y no caer de frente. Escuché la carcajada infantil antes de alejarse un poco para darme el espacio suficiente para equilibrarme.

— ¡Pequeña! — Lucy levantó su mirada y agrandó su sonrisa dejando ver los hoyuelos en su mejilla.

— ¡Mira, mira! — chillo abriendo su boquita para mostrar sus dientes de leche perfectamente en línea. Reí al ver uno de los dientes delanteros forrado en metal, me agaché para quedar cerca de ella.

— ¡Te ves hermosa, princesa! — ella asintió con su cabeza, levantó la mirada y sus ojos se abrieron más. Seguí su mirada con la mía y negué con mi cabeza al reconocer qué quería. — Después de almorzar. — su labio inferior sobresaltó y su ceño se frunció, en un notable puchero. — No, pequeña; tienes que comer comida sana antes de atiborrarte en chocolates. — su entrecejo se arrugó más y sus bracitos se cruzaron sobre su pequeño pecho.

Negué con mi cabeza para estirar mis manos y tomarla en brazos, levanté con Lucy enrollada en mi cintura y sus brazos en mi cuello, aunque estaba lo suficientemente apartada de mí para verme y seguir con su puchero. Vi al castaño que engendró a esta criatura entrar a la cocina con su mirada distraída en la pantalla del celular, detuvo su paso y miró rápidamente en la habitación hasta dar un asentimiento al ver a su hija asfixiándome.

— ¿Por qué tienes cara de estreñimiento? — le preguntó imitando la mueca de la pequeña haciéndola reír.

— ¡Chocolate! — chilló señalando la caja de chocolates que estaban sobre el mesón. Kyle negó con su cabeza logrando que la mueca de mala gana de Lucy volviera a aparecer. — ¡Papá! — gritó haciendo un berrinche.

Kyle repitió su acción pasada, se estiró para tomar la ensalada y dio media vuelta para salir por donde había entrado; dejándome con una niña berrinchuda intentando ahorcarme para obtener su chocolate.

Lanen, — enarqué mi ceja hacia la pequeña. — quiero chocolate.

Asentí con mi cabeza, ganándome la atención de ella.

— Después de almorzar. — besé su mejilla y me incliné para dejarla de nuevo en el suelo, aunque su agarre en mi cintura se fortaleció. — ¡Lucy!

Ella negó con su cabeza, con su sonrisa divertida. Me incorporé de nuevo con la pequeña colgando de mi cuerpo sin ayuda o apoyo de mi parte, como una monita.

— Luciana, ¿qué intentas hacer? — escuché esa voz familiar. Lo busqué con la mirada para verlo entrar a la cocina con Naomi detrás de él.

— Está poniéndola a practicar. — completó Naomi; vi la mirada de Alex cambiar, como si le hubiera clavado una estaca en el corazón. Pasé mi mirada a la rubia que estaba distraída terminando de sacar la comida de la nevera; se incorporó con un tazón entre sus manos y me dio una sonrisa agrandada. — ¿Cierto, querida?

Ladeé mi sonrisa y asentí.

— Está asegurándose de que sea capaz. — sentí el brazo de Alex posarse en mi cadera, debajo de las piernas de Lucy.

Naomi dejó el tazón en el mesón y se acercó a mí para tomar a Lucy; la pequeña se aferró a mi cuerpo como si su vida dependiera de eso. Su abuela rió por lo bajo y negó con su cabeza, sin quitar su típica sonrisa.

Recuperando El Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora