Capítulo Diecinueve.

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16 de enero, 2015.

Para ser sincera, mi semana se pasó jodidamente rápido. Se podría decir que tuve que revisar un libro de quinientas páginas en cuatro días, juro que aún veo letras. No he visto a Alex, sí he hablado con él por llamada, pero como era de esperar tuvo que salir del país el día siguiente de mi crisis, por lo que no he podido verlo.

Las cosas en mi casa han cambiado notablemente, mi madre nos visita por lo menos dos veces a la semana, me llama una vez por día y me lleva cualquier tipo de postre. Clarie intenta que nada haya cambiado, realmente no me importa que sea mi media hermana, siempre la he visto como mi pequeña y el hecho de que su padre no sea mi padre no cambia absolutamente nada en ese concepto.

Hillary habló con Jay y como era de esperar... arreglaron el problema estúpido que habían hecho y siguen planeando la boda. Scar me llamó el día siguiente del pequeño desacuerdo que tuvimos, salimos a tomar café y le conté lo sucedido, ella explicó que no me veía como una cualquiera y que era necesario que yo dejara de pensar sobre mí de esa manera.

– Señorita Masson. – la puerta de la oficina se abrió un poco dejándome ver al castaño. Dejé el papel que estaba revisando sobre el escritorio.

– Dime, Lauren. – lo regañé. – Casi somos parientes y sigues diciéndome señorita, Dom. – las mejillas del chico se coloraron haciéndome reír por lo bajo. – ¿Qué sucede?

– La están buscando. – fruncí el ceño. La puerta se terminó de abrir para que el otro castaño pasara como si fuera su casa y se dejara caer en uno de los sillones. – Bueno, yo me retiro.

Dirigí mi mirada a Nathan y enarqué mi ceja hacia él. Se supone que hoy no debería estar trabajando, pero la revisión del libro me atrasó con otros informes por lo que debí venir hoy para poder entregar los documentos el lunes a primera hora en la oficina de Jay.

– ¿Qué diablos haces acá? – pregunté guardando el papel en la gaveta del escritorio.

– También me alegra verte, pequeña Eli. – se burló. Se levantó y se acercó hasta sentarse en la silla frente a mi escritorio. – Solo vine a visitarte. – se encogió de hombros.

– Nathan, nos vemos más de las veces que quisiera. – él rió por lo bajo. – Eres un niño chismoso, ¿te lo han dicho?

– Sí, es una de mis virtudes. – me dio una sonrisa egocéntrica, rodé mis ojos y me recosté en el respaldar de mi silla. – Así que... suelta la sopa.

– ¿Qué quieres saber? Esa parte de mi pasado parece no ser muy interesante, mi padre murió antes de que yo tuviera consciencia, mi madre me mintió... – me encogí de hombros restándole importancia.

Nat se incorporó hacia el frente y recostó sus codos sobre el escritorio, me dio una sonrisa divertida y se volvió a recostar al respaldar.

– Oh vamos, pequeña Eli. Ambos sabemos que mueres por saber cómo era él. – ladeé mi cabeza. – Yo estoy aburrido, así que tengo tiempo libre y podría comenzar una investigación para que conozcas a tu padre.

– Mi padre muerto. – corregí. Él rodó sus ojos y dio un bufido.

– Sí, sí, eso. – hizo un gesto con su mano. – ¿Entonces?

Di un suspiro cansado. En realidad, sí me interesa saber quién era mi padre, cómo era; es parte de mi pasado y tengo sus genes, por lo que me importaría saber que tanto hay de él en mí. Le di una mirada a Nat antes de asentir.

– Bueno. Busca quién era y fotografías. Pero nada de mencionarle esto a mi madre, bastante tiene ya.

Nathan me dio una sonrisa agrandada, se levantó y se dirigió a la salida de la oficina. Se despidió con la mano antes de salir y cerrar tras él. Volví mi atención al informe en el que estaba trabajando hacía un par de horas.

Recuperando El Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora