Capítulo Veinticinco.

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13 de febrero, 2016.

Tomé los platos ya servidos y los dejé en la mesa, me devolví para pasar los vasos con el hielo. Mamá terminó de arreglar la ensalada para dejarla sobre la mesa, se sentó y a su lado estaba Clarie, me senté frente a ellas. Hannah había salido con Nathan a celebrar el día más comercial del año, ya que mañana ella no podría.

– ¿Tienen planes para mañana? – hice una mueca y metí un poco de lechuga a mi boca.

– Sí. – comencé a toser, tomé un sorbo del refresco y miré a Clarie con el ceño fruncido. – Veré películas jodidamente cursis en mi habitación junto Visto y Leia.

Di un suspiro de alivio haciendo que mi hermana comenzara a reír a carcajadas. La idea de Clarissa con novio no es algo que me agrade. Mamá negaba con su cabeza, aunque terminó dándome una mirada expectante.

– No me mires así. Ni siquiera me gusta esa fecha.

– ¿Cómo no? – rodé mis ojos. Ahora iniciará su discurso de la importancia de las fechas como esa. – Es un día para...

Concentré mi atención en mi comida, el pollo asado es realmente interesante cuando no quieres escuchar las palabras de tu madre.

– ¿Me escuchaste, Elizabeth? – asentí con mi sonrisa inocente. Ella dio un bufido y siguió comiendo en silencio.

– ¿Puedo preguntarte algo, madre? – Jane levantó la mirada y asintió con su cabeza. – ¿Nunca recibiste cartas de papá después de la que te enviaron dándote la noticia?

– Qué pregunta más tonta, niña. – tomó su vaso y le dio un sorbo al refresco. – Claro que no, la carta informaba que había muerto, es obvio que no iba a recibir nada más.

Asentí sin comentar nada más. Terminamos de comer en silencio, después de mi pregunta todo se volvió algo incómodo y por mi parte, seguía pensando en las cartas que tenía en el fondo de mi armario. Ayudé a mi hermana a recoger los platos y las cosas que usamos.

Jane se acercó con su bolso colgando de su hombro y su sonrisa ladeada. Fruncí el ceño al entender que se estaba despidiendo, normalmente se queda en la habitación de Clarie y mi hermana duerme conmigo.

– Debo terminar de revisar unas cartas que Matt me envió. – se encogió de hombros.

Tomé las llaves de mi auto y el abrigo. Clarie entendió lo que estaba haciendo y se colocó su abrigo. Abrí la puerta y caminé hacia el auto, las dos me siguieron, mi hermana con su sonrisa agrandada y mi madre con su mirada confusa.

– ¿Qué hacen? – preguntó mientras se subía al asiento del acompañante.

– Vamos a dejarte. Es tarde para que te vayas en taxi. – me encogí de hombros y puse el auto en marcha.

***

Terminé de colocarme la blusa gris sobre el top blanco, amarré los cordones de mis tenis y até mi cabello en una coleta.

– ¿Por qué le preguntaste eso a mamá? – me sobresalté al escuchar la voz de Clarie tras de mí, me volteé inmediatamente.

– Curiosidad. – me encogí de hombros. Entrecerré mis ojos hacia ella y enarqué una ceja.

– ¿Por qué estás vestida así? – señalé su atuendo.

– Voy a salir. – esta vez fue ella la que se encogió de hombros. Fruncí aún más mi ceño. – Saldré con unas amigas de la universidad.

Asentí no muy convencida. Se arregló mucho como salir con amigas, digo, Clarie no es de usar blusas con escote o pantalones ajustados y hoy lo está haciendo.

Recuperando El Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora