Capítulo Treinta y cuatro.

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6 de abril, 2016.

Escuché dos toques en la puerta, fruncí el ceño y levanté mi mirada antes de dar la autorización para que entraran, la cabellera corta de Molly apareció, entró y cerró detrás de ella, agrandó su sonrisa a más no poder. Estoy segura de que tendrá calambres en las mejillas si no deja de sonreír de esa manera.

— Llegó un rumor a diseño... — enarqué una ceja. Sabía sobre qué rumor hablaba, no era la primera en tocar la puerta de mi oficina hoy.

— Voy a poner un anuncio en el periódico, quizás así no me interrumpan cada cinco minutos. — contesté recostándome al respaldar de la silla. Los ojos de la chica se abrieron hasta casi salirse de sus orbitas.

— ¡Entonces sí es verdad! — chilló y se acercó rápidamente a mi escritorio. — ¿Por qué no me habías dicho nada? — se cruzó de brazos indignada.

— Realmente no lo hemos divulgado. — me encogí de hombros. — Mike se enteró porque mi madre llamó a Matt llorando a contarle, Mike le dijo a Joshua y Joshua a Hillary... — ella me interrumpió.

— Y de ahí todos supimos. — reír y asentí.

No digo que Hillary sea chismosa, sino... la emoción la sobrepasó y pues, todo el vecindario se enteró. He recibido unas diez cestas con comida y cartas felicitándonos, visitas de personas que no recordaba y de otras que no tengo la menor idea de quién se trata. Aunque no me quejo, tengo comida para los próximos dos meses.

— ¿Ya tienen la fecha? — tosí al atragantarme con mi propia saliva, tomé la botella de agua que tenía a un lado y le di un sorbo. — Tomaré eso como un no. — la chica frente a mí rió a carcajadas.

— No hemos hablado de eso. — se encogí de hombros. — Creo que intenta no espantarme.

— Es un chico listo. — asintió riendo. — De verdad estoy feliz por ti, Alex es genial y se nota a kilómetros que perdió su cabeza por ti. No lo dejes ir.

Miré la hora y abrí mis ojos sorprendida por lo rápido que había pasado la hora desde la última vez que lo había mirado. Comencé a recoger mis cosas, guardé los papeles y apagué la computadora; la mirada confundida de Molly seguía todos y cada uno de mis movimientos, me levanté, colgué mi bolso de mi hombro y caminé hacia la puerta de mi oficina.

— Esta es la manera más complicada en la que me han echado de alguna parte. — reí y negué con mi cabeza.

— Quedé en tomar café con Elena y voy tarde. — me excusé. — Haremos una cena en la casa de los Jones este fin de semana con la intensión de dar la noticia, así que estás invitada y debes sorprenderte cuando lo digamos, Alex está completamente convencido de que solo mi madre, mi hermana, Hannah y sus padres saben.

La vi hacer una mueca y salió de la oficina para dejarme cerrar la puerta, guardé la llave en el bolso y comencé a caminar hacia el elevador.

— Pobre iluso.

***

Caminé entre las mesas y sillas abriéndome espacio para llegar a la mesa en la que Elena se había sentado; hice una mueca de dolor y maldije en voz baja cuando choqué mi cadera con el respaldar de una silla. Dejé mi bolso a un lado y se acerqué a saludarla, rápidamente se levantó para recibirme con un abrazo. Me alejé un par de pasos para entrecerrar mis ojos hacia ella, Elena frunció el ceño intentando comprender qué hacía.

— ¡Te hiciste algo! — la acusé, ella rió por lo bajo y asintió.

— ¡Cállate! — agitó sus manos como si eso me fuera a callar. — No me peiné. — susurró haciéndome reír a carcajadas.

Recuperando El Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora