Capítulo Veintinueve.

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8 de marzo, 2016.

Dejé el bolígrafo rojo sobre la madera de mi escritorio, me recosté al respaldar de la silla giratoria y di un suspiro. Cerré mis ojos un par de segundos intentando limpiar mis ideas y salir del bloqueo mental en el que estaba.

Escuché la puerta abrirse de golpe haciendo que me sobresaltara por completo, abrí mis ojos y me tranquilicé al reconocer la cabellera castaña con rulos. Retrocedí en la silla y me incliné para estirar mis brazos hacia la pequeña que corría en mi dirección.

– ¿Qué hace la pequeña más hermosa en mi oficina? – pregunté alzándola y sentándola en mi regazo. Ella agrandó su sonrisa logrando que sus ojitos se achinaran y los hoyuelos en sus mejillas se notaran.

Vine a visitar a papá. – se encogió de hombros.

Levanté la mirada para encontrarme a Kyle recostado al umbral de la puerta con sus brazos cruzados sobre su pecho y la misma sonrisa que tenía Lucy dibujada en el rostro.

¿Quieres ir por un café con papá y Lucy? – agrandé mi sonrisa y besé sonoramente la mejilla de ella.

– Pero Lucy no debería tomar café... – dije dejándola en el suelo, ella llevó sus manos a su cadera y entrecerró sus ojitos.

Lucy no toma café, Lucy toma chocolate. – asentí divertida, tomé mi bolso y seguí a la pequeña hasta la puerta de la oficina.

Besé la mejilla de Kyle como saludo y nos dispusimos a salir de ahí. Vi a la pequeña adelantarse dando saltitos y tarareando una canción apenas audible. El castaño y yo bajamos en completo silencio, entramos a la cafetería del edificio y me dirigí a una de las mesas junto a Lucy.

Ella rápidamente comenzó a sacar dibujos de su pequeña mochila, me explicó de qué consistían cada uno y terminó regalándome uno, donde estábamos ella, Alex y yo; memorando el paseo al parque hace un par de meses.

– ¿Mucho trabajo? – Kyle llegó con un par de cafés y un vaso pequeño con chocolate caliente para Lucy, se sentó frente a mí y repartió las bebidas.

– Lo normal... – me encogí de hombros. – revisar manuscritos que se van a los extremos, o son terribles o son obras que realmente merecen la pena leerlas. – le di un sorbo a mi café. – ¿Qué tal tu trabajo? – devolví la pregunta.

– Me ascendieron. – abrí mis ojos a más no poder, él agrandó su sonrisa. – Siéntete especial, eres la primera que lo sabe.

– Le presumiré eso a Emma cuando la vea. – contesté siguiéndole el juego, él rió y asintió con su cabeza.

– Ahora tengo una oficina como la tuya en el piso más alto del edificio de administración. – hizo una mueca. – Sí, eso significa que tendré a Mike en mi oficina fastidiando, pero no me importa; ahora soy el jefe. – dijo orgulloso.

16 de marzo, 2016.

– ¡Lauren, trae más comida! – escuché el grito de Hannah desde la sala. Rodé mis ojos y serví más chucherías en un plato.

– ¿Desde cuándo les tengo que servir comida? – pregunté dejándome caer en el sillón individual.

– Desde que Clarie sale con un chico. – no pude evitar toser, golpeé un par de veces mi pecho como si eso fuera a enviar el pedazo de tortilla tostada por el camino correcto. Mi hermana golpeó a Hannah haciendo que ella se quejara.

– ¿Sales con un chico? – volví a preguntar aún con la tortillita atravesada en mi garganta.

Las mejillas de Clarie se sonrojaron por completo, se levantó y marchó molesta hasta tirar la puerta de su habitación. Hannah hizo una mueca.

Recuperando El Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora