Capítulo 12. Más como Celia.

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Al despertar sentí un extraño agarre en mi cintura, pero me tranquilice cuando recordé donde estaba. Jonathan aún dormía muy tranquilo.
Decidí tomar su camisa y buscar mi ropa interior. No sabía a donde la había arrojado Jonathan, hasta que al fin la hallé. Me la puse y me coloqué su camiseta negra que creo que es su favorita y bajé las escaleras.

En el camino sentí unas risas provenientes de la cocina. Me asomé un poco y pude ver a una mujer en ropa interior riendo como una foca mientras Simon acariciaba su pierna. Creo que sentí nauseas.

Quise salir corriendo de allí pero choqué con un pecho, era una persona. Miré hacia arriba y los ojos de Jonathan me miraban algo extrañados.

—Hey ¿Estás bien?

Pero antes de que pueda decir algo Simon y la tipa salieron de la cocina.
Él me miró detenidamente de la cabeza a los pies mientras que la mujer miraba a Jonathan con una estúpida sonrisa.
Simon tenía sus ojos pegados en mis piernas y realmente me sentia incómoda.

—Simon, será mejor que quites tus ojos de Eda antes de que te golpee frente a ellas.— gruñe Jonathan.

Él sube su mirada a la de él y sonríe.

—¿Quién es ella? —escupe antes de que Simon pueda decir algo.

La mujer muerde su labio y se acerca a Jonathan sin importar que yo esté allí.

—Soy Celia, un gusto. —se acerca a él y le da un lento beso en la mejilla— Tú debes ser Jonathan.

Yo gruño molesta y ella me mira con una sonrisa maliciosa.

—Será mejor que te mantengas tu distancia, cariño. —le digo venenosa.

Esa no es la Eda O'Brien que conozco.

¡Pero me gusta!

—¿Perdona? —cambia de posición y ahora está frente a mi. Es un poco más alta que yo y debo admitir que tiene un cuerpo de la puta madre, pero no me importa, esta zorra no va a pasarme por encima.

¡Bien Ed, defiende lo que es tuyo, nena!

¿Lo que es mío? ¿A caso Justin es mío?

—¿A caso es tu novia? —le pregunto a Simon ignorándola por completo. Primero le regalo una mirada de asco a ella y luego miro a él quien se encoje de hombros y niega con la cabeza.

Claro que no, sólo es una zorra con la que se revolcó.

La zo... Quiero decir, Celia me miró de arriba hacia abajo y sonrió, pero cuando intentó acercarse a Jonathan pero me interpuse.

—No creo que quieras hacer eso, tia. — veneno. Veneno era lo que salía de mi boca. Entrecierro mis ojos y la miro desafiante.

—¿A caso es tu novia? —intentó imitar mi voz y miró a Jonathan.

No quise ni siquiera voltear, temía a lo que pudiera decir Justin. Pero él me tomó de la cintura y me atrajo más cerca de él.

—Si. —besó mi frente— Lo es.

No pude evitar sonreír como una idiota, pero bajé mi cabeza para que la zorrona no pudiera verme. Cuando la levanté vi la sonrisa de Simon y la cara de odio de Celia.

Ella tomó la mano de Simon y se lo llevó fuera de allí.

Intento alejarme de Jonathan para subir a cambiarme. Ya no quería verle la cara a la tipa, pero él no me soltó.

Santa Mónica. - Libro 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora