Jonathan:
Estaba echando humo por las orejas en el momento en que Brad me dijo que Gracie, Eda y Simon no estaban. Obviamente ella acudió a Simon porque sabia que él era el único que iba a sacarla de aquí. ¡Mierda! cuando le ponga las manos encima juro que lo asesinaré por huir con mi novia.
—¿Sabes dónde podrían haber ido? —le pregunta Will a Candice, seguramente Eda le dijo algo o le dio algún indicio que nos pueda servir para encontrarlos.
—No tengo idea, Eda no me dijo nada, la vi algo extraña y Gracie parecía haber estado llorando, pero dijo que no había pasado nada. —se que Candice dice la verdad, además Eda es astuta y sabe que con tan solo presionar un poco a Candice ella dirá la verdad.
—No entiendo porque huyó. —pregunta Wanda cruzándose de brazos y con una gran preocupación en su rostro. Will se tensó, pude notarlo, odia mentirle a mi madre.
—Mamá, Eda no estaba de acuerdo con que lleváramos a Gracie a una casa hogar, discutió con todos nosotros y anteriormente conmigo, por eso huyó con la niña. Y acudió a Simon porque sabia que era el único imbécil que podría ayudarla. —maldigo el momento en que discutí con Eda, pero esa mujer es imposible y no acepta un no como respuesta.
—Dios mío, ¿Y por qué quieren deshacerse de Gracie? Es una niña adorable y se nota que Eda siente mucho cariño por ella, ¿Qué es lo que sucede con ustedes? —era obvio que mi madre también iba a estar en contra. Su ceño fruncido y su tono de voz decía todo.
—Mamá, es una niña no es un cachorro, es mucha responsabilidad y yo —pasé una de mis manos por mi nuca muy estresado.
—Vale, déjenme todos a solas con Jonathan. —fruncí el ceño y miré a todos que tenían cara de confusión, pero todos terminaron por irse, saben como es Wanda cuando se enoja.
Cuando nos quedamos solos me apuntó el sofá frente a ella para que me siente. Soltando un muy audible bufido lo hice: —Si vas a darme un sermón maternal —ella me interrumpe.
—¿Por qué crees que Eda hizo esto? —me pregunta sin más. Yo la miro sin decir nada muy pensativo, ¿A qué va esta pregunta?— Responde.
—Conozco a Eda, se que lo hizo porque después de todo lo que le pasó se sentiría muy culpable abandonando a Gracie en una casa hogar. —suspiro— Pero esto no le concierne a ella, mamá. No puede decidir quedarse con la niña solo porque sí.
—¿Y por qué no?
—¡Porque se que está asustada y solamente lo hace por eso! —casi grito.
—¿Estás seguro de que la asustada es ella? ¿O eres tú? Yo creo que Eda está decidida en que se enamoró de esa niña, pero el que está asustado aquí eres tú y no quieres admitirlo ni decir el por qué. —suelta. Yo la miro sin decir una sola palabra, pero aparto la mirada al instante— Y te enoja el hecho de que ella prefirió huir con Gracie y pedirle ayuda a Simon antes que confrontarte otra vez. —no dije nada nuevamente— ¿Estoy equivocada?
Bajo mi cabeza. Joder, soy un cobarde, no tengo el coraje ni de enfrentar a mi madre y decirle que sí, que está en lo correcto en todo lo que dice, pero me asusta decir que tengo miedo de perder a Eda en todo esto, de saber que Gracie entrará en nuestras vidas y todo será diferente y nuestra relación será diferente. Ella es el amor de mi vida y no quiero volver a perderla, ya la perdí una vez y fue lo peor que me pudo haber pasado. La llegada de Gracie cambió y cambiará todo en nuestras vidas que ya bastante complicadas son. Mi problema no es Gracie porque es una hermosa niña y se que puedo enamorarme de ella, mi problema es todo lo demás que viene con una gran responsabilidad y ser perfecto, pero no soy perfecto.
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Santa Mónica. - Libro 1.
RomanceUna joya. Sí, ella era una joya para él, pero no se trataba de eso. Él se enamoró como nunca imaginó, descubrió lo que es sacrificarse por alguien más, alguien a quien amas. Ella creyó en él, sintió y lo amó como nunca había hecho, como nunca había...