Capítulo 63. Impostora.

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Tomé una fuerte respiración al llegar a la casa. A la nueva mansión mejor dicho. Estaba estaba más apartada que la otra y mucho más custodiada. Pude ver que Wanda se esmero con la decoración porque todo está preocioso y por lo que veo seguramente les salió fortuna.

Pero como siempre no es algo que no puedan pagar.

Gracie contemplaba todo atentamente y seguramente está emocionada por ver su nueva habitación. Amelie nos recibió con los brazos abiertos no sin antes darle un fuerte abrazo a Gracie, luego abrazó a Candice y Jonathan.

—Bienvenida señorita, Eda. —me abraza muy fuerte. Si, también la eché de menos.

—Gracias, Amelie. —le sonrío sincera.

Ella y Chip (uno de los hombres de Will) llevaron nuestro equipaje a nuestros nuevos cuartos.

—¡Panda! —el grito de Troy me hizo saltar del susto. Me abrazó muy fuerte cuando llegó hacia mi y besó mi mejilla.— Bienvenida a tu nuevo hogar.

—Gracias, Troy. —sonrío.

Pero eso no fue todo. Simon, Kevin y Brad salieron de una habitación y corrieron hacia nosotros, tomaron a Gracie entre sus brazos y Brad la puso sobre su hombro. Luego vinieron a darme un fuerte abrazo y besos de bienvenida. Estoy en casa.

¿Estás segura de eso?

Brad y Candice comenzaron a demostrarse su amor en medio de la sala mientras todos reíamos por lo melosos que se veían.

Luego de la hermosa bienvenida de todos Wanda corrió a enseñarle su nueva habitación a Gracie. Ahora no se despegaria de ella.

Amelie me estaba enseñando toda la mansión, ya no acabábamos más ya que este lugar es enorme, mucho más grande que el anterior, pero me gusta.
Caminábamos tranquilamente cuando sonó el teléfono por lo que Amelie tuvo que correr a atender.
Seguí caminando hasta que me encontré con unas grandes puertas de madera de roble, estaban medio abiertas y desde dentro se oían las voces de todos y de una persona en especial.

—Dianora mandó a esos hombres a matarnos, los oí hablando de que la señorita Giovanni les cortaría la cabeza si no mataban a Eda y Gracie. —mis ojos se abrieron como platos al oir la voz de Jonathan decir eso. El me dijo que no logró oir.

¿Por qué no me lo dijo? ¿A caso la quería cubrir?

—Jonathan, ¿Qué es lo que está sucediendo? —esa es la voz de Kevin.

—Me encontré con Dianora de casualidad en Italia. —contesta Jonathan.

—¿Estás seguro que de casualidad? ¿Crees que no sabía ella que tú estabas allí y que fuiste a buscar a su hermana? — cubro mi boca con mis manos para evitar jadear ante las preguntas de Simon. ¿Qué mierda pasa aquí?

—¿Y la has encontrado? —escucho a Troy, creo.

—Joder, no lo se. —lo oigo suspirar— Si, si la encontré. Pero Dianora me amenazó con que le contaría todo a Eda.

Ya no podía soportar más. Entré a esa habitación y por lo que noté es la oficina de Will, pero él no está aquí.
Todos se quedaron horrorizados al verme, menos Jonathan quien simplemente estaba serio mirándome.

—Lárguense. —dije sin quitar mi mirada de él. Todos sin decir una palabra salieron de la oficina mientras cerraban la puerta caminé hacia a él y lo primero que hice fue golpear su mejilla con mi palma. Jonathan hizo a un lado su cabeza endureciendo su mandíbula y cerrando sus ojos.— Eres un jodido mentiroso.

—Eda. —habló pero esta vez mi mano empujando su pecho para que se aleje.

—No te atreves a inventar ninguna excusa, Jonathan, oí todo, pero te lo preguntaré una sola vez olvidando lo de Dianora porque eso ya lo sabía. —él me miró extraño seguramente preguntándose cómo pero yo proseguí— ¿A qué has ido a Italia?

Santa Mónica. - Libro 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora