—Te dije mil veces que era un gilipollas, Candice.— sabía que eso no era necesario que se lo diga, pero era la verdad. Mil veces le he dicho que Austin no era bueno para ella, pero nunca me hizo caso.
—Es que simplemente no lo creí capas, Eda.— me dice entre sollozos mientras me abraza empapando toda mi blusa, pero eso era lo que menos me importaba.
—¿Cómo lo descubriste?— muerdo mi labio mientras acaricio su espalda suavemente.
—Cuando dijiste que no beba demasiado le dije a Austin que sería mejor que me llevara a casa, pero él me dijo que nos quedáramos un rato más, le insistí que me trajera pero él me recordó que tenía el coche averiado y que me tomara un taxi. Discutimos muy fuerte y me fui corriendo al baño llorando. Luego de media hora salí en busca de él, pero cuando le pregunté a Jace donde estaba él me dijo que lo había visto subir al piso de arriba —cogió aire y trago saliva—, subí corriendo lo más que pude y lo vi revolcándose con Stassy.— sus lágrimas volvieron a salir.
—¡Voy a matar a esa zorra! —grito molesta. Candice me miró sorprendida y luego rió —¡Y al idiota de tu ex también!
—Exacto, ex. —suspira— Lo peor fue que Elliot Pierson tuvo que traerme a casa.
Ambas reímos.
—¿Son ciertos los rumores de que su coche huele a pies? —le pregunto entre risas.
—¡Es cierto! —ambas soltamos una sonora carcajada— Pero fue muy amable en traerme. —sonríe y seca sus lágrimas con los pañuelos que le traje— ¡Ahora cuéntame tú! —grita muy exaltada —¿Por qué Jonathan golpeó a Jace?
Aquí vamos.
—Jace me beso. —cierro mis ojos esperando el grito de Candice.
—¡Oh, por Dios! —y allí estaba— ¡Jace Nessman te beso! —pone sus ojos en blanco— ¿Y por eso Jonathan lo golpeó?
—Jonathan y yo habíamos peleado y acordado que no nos volveríamos a ver, pero de lo molestaba que estaba bebí un poco de más y una cosa llevó a la otra y cuando me di cuenta él estaba golpeando a Jace en el suelo. —muerdo mi labio recordando— Luego de eso me confesó que estaba celoso y que yo le gustaba.
—¡Lo sabía, joder! —se levanta y pega un gran salto como si tuviéramos quince años — ¡Lo sabía!
—Muy bien, Sherlok ahora cálmate.— digo riendo. Parecía una completa tonta.
—¿Y? Dime ¿Ahora son novios oficiales?— se veía muy emocionada.
Mi cara cambió por completo.
—A penas nos conocemos y —ni siquiera podía decirle la verdad, debía inventar algo. Candice no se puede enterar de que Jonathan es un... Ni siquiera puedo decirlo—, no hemos hablado de eso.— sonrío falsamente.
—¿Pero te gusta en serio?
El tema favorito de Candice se titula "La vida personal de Eda" es algo que siempre le gustó saber y hablar. Pero hablar de mi vida personal no es algo que me atraiga, pero Candice es mi mejor amiga desde que puedo recordarlo y prácticamente me conoce de los pies a la cabeza.
—Claro que me gusta, Candice. —muerdo mi labio— Aunque aún no entiendo como llegó a gustarme tan rápido. Al principio creí que era un jodido engreído, pero después me di cuenta que sólo era una fachada que utilizaba. Es gentil, tierno, comprensivo y joder, es tan sexy. —digo con una gran sonrisa en mi rostro.
—¡Dios! —grita— Hace mucho que no te oigo hablar así.— ríe.
—Lo sé. —río también— Siento que Jonathan es especial, me ha hecho sentir tantas cosas en tan poquito tiempo que ni yo entiendo.

ESTÁS LEYENDO
Santa Mónica. - Libro 1.
RomanceUna joya. Sí, ella era una joya para él, pero no se trataba de eso. Él se enamoró como nunca imaginó, descubrió lo que es sacrificarse por alguien más, alguien a quien amas. Ella creyó en él, sintió y lo amó como nunca había hecho, como nunca había...