Desperté al día siguiente con un horrible dolor de espalda por el sofá. Le he dicho mil veces a Candice que debemos cambiarlo. Todas las veces que he llegado borracha he venido a parar en este sofá, ya está viejo y no puede más.
Me levanté y me puse la bata rosa de Candice que estaba a un costado del sofá, pero tenía una nota en ella.
"Austin me invitó a almorzar, quiere explicarme todo lo que sucedió. Tranquila que no se la haré fácil, ya me conoces.
Por cierto, me debes contar todo lo sucedido.Te quiere, Candice."
Es cierto. Conozco muy bien a Candice y se que ella no se lo hará nada fácil. Tendrá que besar sus pies como mucho para que ella lo perdone.
Ella siempre ha sido igual y todos caían rendidos a sus pies. Yo siempre fui más de perfil bajo.Dejé la nota a un costado y entré a la cocina para preparar el desayuno, supongo que Jonathan salió temprano de aquí, no me sorprendería que fuese así.
Se que él no tiene por qué dar explicaciones sobre quien es Charlotte y por qué lo llama a esa hora de la noche e insinúa que soy una de las putas con las que seguro normalmente se acusa. No tiene por qué, porque no somos novios y no tengo ningún derecho de meterme en su vida. Aunque me está comiendo el cerebro la intriga de quién es. No me como esa de que es la asistente de el Sr. Romanoff.
Intenté dejar de lado mis pensamientos literalmente suicidas y me enfoqué en poner la radio. Shut up and dance de WALK THE MOON sonaba, no pude evitar subir el volumen y comenzar a bailar como una idiota mientras preparaba el desayuno. Moría de hambre.
Tú siempre mueres de hambre, no sería nada nuevo.
La comida es la única que no me decepciona.
Bailaba mientras ponía los huevos en la sartén y dejaba el pan en la tostadora. ¡Esta canción es lo más!
En eso escucho una pequeña risa y no pude evitar saltar del susto. Jonathan estaba sentado en uno de los bancos de la cocina mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.
—Joder. —pongo una mano en mi pecho que bajaba y subía por el susto— ¿Qué haces aquí?— no quise preguntárselo así, pero así fue como me salió.
Él frunce el ceño y responde: —No se si recuerdas pero dormí aquí.
—Lo sé, pero creí...—un ruidito salió de la tostadora. Ya que Jonathan también estaba debía poner dos tostadas más— Creí que te habías ido.
—No iría a ningún lado sin ti. —se acerca a mi, pero yo doy un paso hacia atrás— Eda. —dice al darse cuenta de lo que sucede, pero yo lo interrumpo.
—El desayuno ya casi está. —al decir eso me volteo para ver si mis huevos ya casi están, por suerte hice huevos revueltos. Luego puse el tocino y saqué la mermelada y la mantequilla del refrigerador.
El aún me estaba observando mientras hacía las cosas. Era algo incomodo porque el ambiente parecía estar alegre con la música pero ninguno de los dos decía nada. Justin tenia cara de pocos amigos mientras que yo estaba tratando de ignorarlo, no me preguntéis por qué.
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Santa Mónica. - Libro 1.
RomanceUna joya. Sí, ella era una joya para él, pero no se trataba de eso. Él se enamoró como nunca imaginó, descubrió lo que es sacrificarse por alguien más, alguien a quien amas. Ella creyó en él, sintió y lo amó como nunca había hecho, como nunca había...