Capítulo 60. Cumpleaños feliz.

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—¡Eda! —el grito de Candice me despertó del trance y la linda conexión con los ojos avellana del hermoso hombre frente a mi —¡Feliz cumpleaños! — literalmente se tiró sobre mi abrazandome como un koala.

—Mierda, Candice. —gimo. Me estaba dejando sin aire esta mujer.

—No se cumplen veinte todos los días. —dice muy emocionada— Dime que se siente.

No puedo evitar reír hasta que veo a mi manada de perros guardianes corriendo hacia mi. Puse mis ojos en blanco en cuando Troy me alzó por el aire abrazandome seguido de Brad, Simon y Kevin. Ahora si me estaban asfixiando.

—¡Feliz cumpleaños! —grita Troy en mi oido aturdiendome.

—¡Ya, que no soy un oso! —grito mientras ellos me abrazan aún más fuerte. Malditos.

—Mejor, eres como un panda. — dice Simon. ¿Un panda? ¿No se le ha ocurrido nada mejor?

—¡Si! —gritan Troy y Brad al parecer muy de acuerdo con que soy un oso panda. Malditos.

—Ya, dejen a mi novia en paz. —dice Jonathan apartando a los chicos. Gracias a Dios.

Los chicos saludaron a Jonathan aún muy sorprendidos de que esté aquí, pero Simon y él se miraron extraños, no de una forma mala si no de otra que no pude entender.
Miré hacia mi alrededor y algunos se estaban preparando para la segunda carrera, por esa razón debíamos apartarnos. Fuimos hacia donde estabamos anteriormente y nos sentamos en los troncos mientras Brad y Candice buscaban algunas cervezas.

Estaba sentada en las piernas de Jonathan y el platicaba con los chicos. De pronto se me ocurre buscar a alguien con la mirada hasta que lo encuentro. Estaba sentado a unos metros con unas personas y al verme levanta su lata de cerveza con una sonrisa. Sabía lo que quería decir. Me estaba felicitando. Carter volteó y siguió platicando con algunas de las personas que estaban con él.

—¿Qué hace él aquí? —oigo el gruñido de Jonathan muy cerca mío. Volteo y veo que esta mirando en la dirección donde se encuentra Carter.
Miro a los chicos y veo que están hablando entre ellos sin prestarnos atención.

Suspiro. —El corre en estas carreras, Jonathan.

—¡Ya lo sé, Eda! —masculla feroz —¿Pero por qué mierda te sonrió?

—Él... —muerdo mi labio bajando mi cabeza.

—¿Él que? —veo que aprieta su mandíbula. Está tratando de no gritarme.

—El vino a pedirme disculpas y advertirme sobre... —no iba a decirle lo de Dianora, se como va a reaccionar—, sobre mi padre.

Bufa: —¿Lo has perdonado?

Simplemente asiento y lo oigo maldecir por lo bajo.

—¿A caso confías en él? —me pregunta algo cabreado.

—Jona, por favor. —cierro mis ojos inhalando y los vuelvo a abrir— No quiero pelear.

Se queda en silencio por un minuto y si mandíbula vuelve a marcarse. Se está contendiendo.
Hasta que asiente con la cabeza para luego verme a los ojos.

—Vale, tampoco quiero pelear en tu cumpleaños. —besa mi frente.

—Te eché mucho de menos, creí que no volverias hasta dentro de unas semanas. —acaricio su cabello despacio descendiendo por su mejilla hasta su mandíbula.

—No podía pasar más tiempo lejos de ti. —besa mi mejilla—, de Gracie. —besa mi mentón.

Sonrío. Nos extrañó.

Santa Mónica. - Libro 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora