-¿Qué mierda haces aquí?- gruño. Apretando el manillar de la moto haciendo doler mis nudillos. Carter bajó su mirada, quizás avergonzado, no lo sé y no me importa. Él me lastimó, creí que era mi amigo, pero resultó ser un farsante.
-Sabía que estarías aquí y necesitaba hablar contigo. -dice cabizbajo. Estaba a punto de arrojar la moto y partirle la cara pero no pude y no era el momento, en realidad si, porque aquí las peleas son normales, pero de cierta forma es mi hermano.
El hermano que se enamoró de ti.
-No quiero hablar contigo, ahora si nos disculpas... -intento avanzar pero el se pone en mi camino.
Candice no decía nada, gracias al cielo.- Carter...-Eda, por favor, necesito hablar contigo. -lo miro a los ojos. Aún mantienen ese azul brillante de siempre, aunque ahora más tristes.
-Vale, ¿Qué quieres? -pregunto fría y haciendo como si me importara una mierda lo que va a decir.
-Mi padre bombardeó la mansión Romanoff.
-Lo sé, Carter. -tomo aire y lo mantengo un rato en mis pulmones para mantener la calma.
-Se que sobrevivieron. -lo miro- Tranquila, no le diré nada a mi padre. -se ataja- Pero quiero advertirte que tengas cuidado porque vendrá por ti.
-Eso no es nada nuevo.
-Lo se, Eda, lo se. -suspira pasando una de sus manos por su rubio casi blanco cabello- Pero ahora no es el único, mi hermana también lo está.
-¿De qué estás hablando? - frunzo el ceño.
-Hará lo que sea por tener a Justin. Mi hermana es ambiciosa, Eda, y cuando quiere algo lo tiene. -me explica- Debes tener cuidado, pero no es peligrosa, lo digo en otro sentido.
-¿Por qué me estás diciendo todo esto? -miro a Candice y ella está que no entiende nada- ¿Por qué querrías proteger mi relación con Justin?
-Porque a pesar de que lo nuestro es imposible no soy una persona egoísta y quiero que seas feliz. -hace una media sonrisa.
Lo miro un segundo. ¿Debería confiar en él? ¿O en su palabra siquiera?
-¿Por qué? -insisto en saber más.
-Porque estoy enamorado de ti y aunque tú no me correspondas no me gustaría verte sufrir. -se acerca a mi un poco pero yo no retrocedo.
-Eres un Giovanni, ¿Por qué debería creer en algo que dices?
-De la misma forma que tú, yo no fui criado por nuestro padre, Eda. -y puede que sea cierto, tenemos sangre Giovanni pero no tenemos la influencia de Pietro, o al menos yo- Se que no me crees, pero estoy aquí para que sepas que cuentas conmigo. No puedo impedir los planes de mi padre, pero puedo ayudarte en lo que necesites. -toma mi mano y la acaricia. Yo miro nuestras manos y trato de expulsar el aire acumulado y la presión en mi pecho que estoy sintiendo.
-Si me fallas...
-No voy a fallarte, lo prometo. -hace una pequeña sonrisa.
-Vale. -aparto mi mano, nerviosa y esperando no arrepentirme de esto- Ruega que no me arrepienta.
Ese brillo en sus ojos nuevamente. Entonces pienso en Justin y en que no le gustará nada esto, pero también pienso que él está lejos y que no volverá, al menos por un tiempo.
Y es odioso, lo es porque sigo esperándolo, sigo apretando el collar entre mis manos cada noche antes de irme a dormir preguntándome si él está pensando en mi, al menos. Sigo preguntándome si confío en él, y sí, confío, pero las dudas nunca se van de mi.
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Santa Mónica. - Libro 1.
RomanceUna joya. Sí, ella era una joya para él, pero no se trataba de eso. Él se enamoró como nunca imaginó, descubrió lo que es sacrificarse por alguien más, alguien a quien amas. Ella creyó en él, sintió y lo amó como nunca había hecho, como nunca había...