Capítulo 22

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   Lauren's POV

Empecé a sentir algo de baba en el rostro y muchos lenguetazos, por lo cuál decidí abrír  los ojos lentamente cuando un pequeño Bulldog inglés color beige con tonos blancos volvió a darme dos lenguetazos, uno en la frente y otro en la nariz, la imagen de Camila a lo lejos era borrosa. Me froté los ojos antes de tomar al pequeño perro que apenas podía andar y colocarlo sobre mi regazo recargándome sobre la cabecera.

-Feliz cumpleaños amor...- me quedé boquiabierta al ver a Camila con un vestido arriba de la rodilla color negro ajustado completamente a toda la figura de Camila, su cabello alborotado, brillo en los labios, las pestañas rizadas y un ligero delineador en los ojos, hacían a la morena parecer una supermodelo.

   El pequeño perrito ladró, emitió un sonido agudo y muy bajo, lo cual me hizo girar la cabeza, notando un pequeño moño color lila que sobresalía del lado derecho de su orejita y que no había visto antes.

-Dios, quisiera que fuera diario mi cumpleaños para verte vestida así todos los días...- fue lo único que pude decir al volver la vista a la morena.

-¿Tienes hambre?- preguntó Camila. Eran las 6 de la mañana ¿De verdad  estaba preguntándome si tenía hambre?

Piensa rápido idiota. Sonreí.

-De comida no, de otra cosa- deje las palabras en el aire, Camila suspiró y rodó los ojos. Sentándose cerca de mí.

-¿de qué entonces...?- se mordió el labio y esa fue mi perdición.

   Tomé al pequeño perrito por los costados y baje junto con el de la cama, lo deposité con cuidado en el suelo, para girarme hacia donde estaba Camila y acercarme hasta ella.

-De ti. Ahora- mi voz sonó autoritaria y más grave de lo que esperaba. La imagen de Camila desnuda regresaba una y otra vez a mi mente.

   Ella se levantó e inmediatamente rodeó mi cintura con sus piernas, saltando sobre mí , enterrando su lengua en mi boca, besándome desesperadamente, no duramos mucho tiempo paradas por que la aventé contra la cama.

   Con una habilidad impresionante que me hizo sorprenderme de mí misma fue el haberme desecho de mi ropa en pocos segundos, dejándome solo con la ropa interior frente a Camila, por suerte ella sólo llevaba unos converse que deshizo con facilidad. Me subí a horcajadas en ella, chocando nuestros centros, haciéndola gemir al instante. Continúe depositando besos en su cuello y labios, hasta saciarme. Empecé a sentir muchísimo calor y quería tocar la piel de Camila, sin pensarlo rasgué su vestido, que en menos de 5 segundos yacía cortado en dos al lado del pequeño Bulldog ingles que dabe pequeños pasitos en círculos.

-¡Dios Lauren! ¡Acabas de romper mi vestido!- fueron las únicas palabras que escuché de su boca, porque lo demás eran sólo gemidos.

-Te comparé todos lo que quieras después- murmuré mientras me deshacía de mis bragas y el sujetador.

   Después de haber dejado el vestido en el suelo, me giré hacia Camila, besaba sus muslos, abdomen, pechos, ya que no llevaba ninguna ropa interior como había supuesto, me detuve a jugar con sus pechos entre mi boca mientras masajeaba su abdomen. Ella gemía y de vez en cuando enterraba sus manos en mi cabello, seguí el camino de besos hasta su intimidad donde estimulé su clitoris con la lengua, lo besaba como si fuera la boca de ella, la tenía gimiendo y minutos después Camila había tenido su primer orgasmo matinal en el día de mi cumpleaños.

   Cuando terminé, tres oleadas después, creí que ella no iba a poder levantarse, pero enseguida se subió a horcajadas sobre mí, haciendo de igual manera que nuestros centros chocaran, solté un pequeño gemido y mientras ella se agarraba de la cabecera para moverse, yo apretaba su cintura para obtener más fricción. Sin duda sabía cómo moverse, ella aumentó el ritmo, dejándome sin habla, sentí cómo todos mis musculos comenzaron a tensarse a causa de lo que la morena hacía, estaba en otro lugar, donde lo único que veía era ella. Y grité dejándome ir... Ella lo hizo segundos después y cayó sobre mí, enredé mis brazos por su cintura para pegarla un poco más a mi cuerpo, su cabello chocaba contra mi nariz, para que pudiera inhalar su dulce aroma.

Joder Lauren, estás enamorada.

Sonreí como estupida, Camila respiraba profundamente una y otra vez.

-Feliz Cumpleaños- volvió a decir.

-Muchas gracias Camz...- besé su cabeza y nos quedamos un rato en la cama, abrazadas.

*

-Tengo muchísimo sueño- Camila bostezó por tercera vez mientras caminábamos tomadas de la mano hacia  edificio. Era sábado y era la última vez que visitábamos la empresa en un fin de semana.

En la recepción Miranda tenía un par de globos con el letrero de "Happy Birthday" pegados a una pequeña canasta de color marrón, inmediatamente jalé a Camila contra mí para besarla en los labios.

-Eres increíble- susurré contra su oído antes de llegar frente a Miranda.

-No te enojes, pero yo no compré...- fue lo único que pudo decir por que Miranda la interrumpió.

-Feliz cumpleaños señorita Jauregui- tomó la canasta y rodeó el escritorio. Nunca la había visto de cintura para abajo por que siempre la había visto ahí en la recepción. Como siempre venía con una coleta alta, su saco y blusa, y esta vez logré ver su falda, ceñida a su cuerpo, era un poco más baja que yo, a pesar de que tenía tacones. Después de examinarla por un segundo más, levante la vista para verla a los ojos, inmediatamente ella los movió hacía otro lado y se sonrojó.

Joder, está nerviosa ¿ahora qué hice?

-Gracias Miranda- me dió la canasta, solté a Camila y me abrazó. Escuché cómo respiro profundamente, inhalando mi aroma. Terminé el abrazo. Y me giré a ver a Camila, quien la veía con un ceño fruncido. -¿Nos vamos Camz?- besé su mejilla, pero ella no dejaba de verla y yo no podía quitar la mirada de mí morena.

"Mi" mia de mí. De nadie más.

-Claro- reaccionó segundos después tomándome de la mano para llevarme hasta el ascensor.

-Buen día- escuché la voz de Miranda a mi espalda pero ni siquiera volteé.

   Entramos al ascensor, venía vacío y Camila seguía con el ceño fruncido.

-Vamos amor, deja de fruncir el ceño- susurré.

-Eres irresistible- pronunció.

-¿qué?- me giré para verla a los ojos.

   Se mordió el labio y retiró la mirada. Perfecto, ¿qué no podía ver a nadie a los ojos?

-Eres tan... Intimidante y sexy, que provocas cualquier efecto en cualquier chica que desees- lo dijo muy segura.

-¿Te molesta?- pregunté tratando de arreglar la situación.

-¡Dios Lauren sí! ¡En cualquier momento podrías serme infiel!- Camila alzó la voz, pero siguió viendo hacia el frente.

-Pero yo sólo tengo ojos para ti Camz- su humor me había puesto algo triste, ella sabe que la elegí. La quería a ella, de verdad.

-Perdón Lauren, pero el ver cómo te miraba, y cómo destrozaste a aquella chica con sólo tus ojos...- solté la canasta y arremetí contra ella estampándola en la pared del elevador, que se movió un poco.

-Por mí, te follo aquí y ahora- tenía una pierna entre las suyas rozando con su centro, mi boca estaba tan cerca de la suya que sentí su hálito. Y mis ojos eran presos de los suyos. Podía controlarme y no lo sabía.

  El ascensor se abrió, era nuestro piso, solté a Camila no sin antes besarla y levanté la canasta del suelo.

One Love ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora