capítulo 61

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Hey esto es súper express porque tenía que compartirlo con ustedes, ya que es un mini smut, ya se imaginan el resto, gracias.
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-¡Es hoy! ¡Es hoy!- gritó Normani del otro lado del teléfono móvil.
Las ventanas del cuarto seguían cerradas, la luz no entraba lo suficiente como para saber que era de día y seguía acurrucada junto a la mujer que amaba.

-Parece que se estás más emocionada que yo Maní...-le contesté y sentí un golpe en el abdomen. -Es broma Camz, también estoy emocionada- rodeó con su brazo mi abdomen y se acomodó en mi pecho.

-Ya no quiero que la veas- Dinah le quitó el teléfono a Normani y me bufó cuando terminó de decir eso.

-¿Qué? - le pregunté confundida.

-Llegamos en 15 y te voy a separar de Camila para que se vean hasta que todos estemos en la ceremonia y las dos vayan de blanco ¿Entendido?-me ordenó.

-Chicas no...- se escucharon movimientos.

-En 15 minutos Laurencio, adiós- y Normani colgó.

-¿De verdad vienen para acá?- me preguntó Camila con los ojos cerrados y cuando agaché mi mirada lo único que quería hacer era besarla.

-Creo que sí nena... ¿Quieres que nos bañemos juntas? - besé su frente y esperé su respuesta.

-Si adelante- al parecer se había despertado de muy buen humor pues se levantó dando saltitos y tomo mi mano para que la siguiera hasta el baño.

Bajo la tapa del escusado y me sentó en ella, a continuación se desvistió ante mi con una rapidez increíble y a pesar de que tenía el cabello un poco revoltoso eso la hacia verse incluso mejor. Se subió a horcajadas en mí y comenzó a besarme como si no existiera el mañana, primero pose mis manos en sus muslos y luego me dirigí a eso que tanto me volvía loca, lo apreté y amasé a mi manera, mientras Camila hundía su lengua en mi cavidad bucal con una sensualidad impresionante. Pasé una de mis manos a su pecho y comencé a amasarlo, su pezón se marcó ante el contacto de mis manos y sentí a Camila removerse ante mí.

-Seré tuya por siempre Lauren- me dijo cuando se separó de mí y de nuevo arremetió contra mi boca.

Me levanté con ella enredada en mi cintura y baje los pantalones de la pijama, ella me seguía besando y sus manos estaban sobre mis hombros, se detuvo un poco para voltear hacia en gran espejo que teníamos del lado derecho. Ella desnuda colgada en mí, yo con los ojos verdes radiantes, las pupilas dilatadas y el cabello alborotado.

-Hazme tuya- me dijo al oído y se bajó para quitarme la blusa y el brasiere de una buena vez, me deshice de la pantaleta y ví como se giró para abrir la regadera.

La jale de las caderas contra mí y la pegué a mi cuerpo para volver a vernos en el espejo, piel con piel, éramos perfectas juntas, su color moreno y el mío combinaban a la perfección, los cabellos alborotados se veían perfectos y nuestros ojos penetraban con una pasión que al mirarnos solo queríamos comernos vivas.

-¿Te acuerdas de ese baño?- ella se sonrojó.

-¿La primera vez...?- me preguntó.

-Si nena... - la cargué en brazos y la metí a la regadera para estamparla contra la pared. Nos besamos y lentamente metí mi rodilla entre sus muslos para separarlos un poco, tomé sus manos en una mis y las alcé, el agua caía a chorros sobre nosotras y ambas gemimos en un momento determinado. Sin pensarlo mi mano libre entró en su cavidad haciendo que Camila gimiese contra mi boca, comencé lento estimulando su clítoris, besándola y penetrándola duro de vez en cuando, Camila se estaba retorciendo ante mi a los pocos minutos.

El agua que caía sobre mi espalda estaba tibia, y así estuve con Camila unos minutos hasta que se volvió a subir en mi haciendo que hundiera más profundo mis dedos, nos seguimos besando mientras la penetraba lentamente para subir de velocidad, me arrodille con ella Ariba de mí y después la deposité en el piso, besandola y entrando en ella una y otra vez, el agua caía sobre mi espalda y Camila enterraba sus manos en mi cabello, ambas estábamos empapadas y nuestros gemidos se mantenían al unisono en muchas ocasiones, la bese en el cuello, y me araño la espalda, me ardió al instante junto con el agua un poco caliente que se deslizaba sobre mi espalda, pero eso no me impidió bajar más mis besos hacia sus pechos, dónde succione uno en cada boca , mi mano seguía estimulando su clítoris y Camila se estaba retorciendo mirando hacia otro lado, besé su abdomen con calma y succione de él, en la noche nos esperaba un hotel en Italia junto a la orilla del mar dónde haría mía a Camila cientos de veces, la idea de verla en lencería me prendió de nuevo y mi lengua arremetió contra su cavidad .

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