Capitulo 60

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Lauren's POV

-Estamos a un mes, ¡a un mes!- grité mientras llegaba al sofá a tirarme. Normani me vió con cara de perro y se empezó a reír.

-Cálmate, no estes nerviosa, tú ni siquiera has hecho nada- me dijo.

-Es que... ¿si me involucro con algo y lo arruino? ¿Que va a pensar Camila de mi? - le pregunté y me aventó una botella de agua que cogió de la mesa.

-A ver a ver, Camila te ama por cómo eres no simplemente por el hecho de que le organices todas sus juntas y sus papeles ¿de acuerdo?- me imploró.

   Asentí como tonta y me recosté en el sofá haciéndome bolita.

-Solo quiero que salga todo perfecto...

-¿perfecto qué...?- preguntó Dinah desde atrás de mi, veníamos llegando de ver los arreglos y las últimas cosas de la boda. El restaurante que Camila había construido en Miami estaba listo para ser ocupado dentro de un mes por nosotras.

Camila sería oficialmente mi esposa y más nerviosa no podía estar.

-No nada...- le dije.

-Está nerviosa por la boda- le explicó Normani.

-¿Lauren está nerviosa? - entró Camila preguntando y era la que menos quería que supiera que lo estaba.

-Gracias normani, sé a quién contarle un secreto- dije sarcásticamente.

-Oh amor... no pasa nada, tranquila- me levante para que Camila se sentase en mi regazo y juro que al verla encima de mi se me movían muchísimas cosas.

    Pasó sus manos por mi cuello y la rodee con un brazo por la cintura, me besó lentamente y metió su lengua en mí. Me removí en el asiento porque Camila sabía cómo prenderme en un abrir y cerrar de ojos.

-Dios, váyanse al cuarto..- bufó Dinah.

-¿pueden ordenar pizza? Bajamos en 40- Camila se levantó y abrí los ojos como platos.

¿De verdad subiríamos a tener sexo mientas esperábamos por la pizza ? Tenerla era una tortura porque la miraba y cada vez quería estamparla donde fuese para hacerla mía.

-Vas a pagar tu?- Dinah se deslizó por la mesa hasta estar frente a Normani.

-Wacala, no griten por favor- reprochó Normani.

-Claro, toma la tarjeta roja de mi bolso-le dijo y me tomo de la mano para jalarme y que la siguiera hasta nuestro dormitorio.

Una vez cerrada la puerta me beso con tanta pasión que se subió a horcajadas en mi.

-Vamos, ¿por qué tienes tantas ganas?- pregunté.

-Me encanta como se te ve esa blusa- me dijo.

   Y eso fue todo lo que tenía que decir para que arremetiera contra ella y la hiciera mía una vez más, empecé lento, pero terminé siendo un poco salvaje por decirlo así, mi espalda quedó toda rasguñada por sus uñas.

   Bajamos después de 1 hora y la pizza ya estaba a la mitad, Hanna apareció con unos platos y nos sirvió a nosotras dos junto con un vaso de refresco.

-¿Todo bien señorita Cabello?- preguntó.

-Si Han, toma un pedazo si quieres- Camila ofrecía todo lo que  podía a sus trabajadores y eso la seguía haciendo noble, lo cual me encantaba de ella. Las chicas se despidieron y por fin nos quedamos solas.

-¿De verdad estás nerviosa por la boda?- me preguntó mientras se cambiaba a su pijama de jirafas.

-Si, creo que un poco- le confesé.

-Todo saldrá bien lo- me tranquilizó.

-Me hubiera gustado que estuvieran conmigo...- Camila sabía que me refería a mis padres.

-Lo sé, igual me hubiera gustado ver a mi padre- las cosas ya estaban hechas y sólo quedaba afrontarlo.

-Ven aquí...- me recosté y espere a que se acomodara a mi lado para pasarle un brazo por la cintura y acomodar su cabeza en mi cuello.

-Te quiero- me soltó.

-Te amo y siempre te voy a cuidar- le dije y seguido besé su frente.

-Gracias por estar conmigo- y ambas quedamos dormidas en un abrir y cerrar de ojos.

   En mi sueño no podía correr, intentaba, pero no lo lograba, la imagen de mi madre recostada en la playa estaba una y otra vez en mi mente, pronto empezaba a desesperarme porque no podía correr, empezaba a jadear y lo siguiente que veía era su cuerpo subir a la ambulancia cubierto por una manta blanca.

-Lauren!- escuché que gritaron y abrí los ojos de golpe.

-¿Que que?- grité.

-Te estabas moviendo demasiado y estás sudando, me golpeaste en la nariz dos veces...- Volteé a verla y tenía un tapón de papel en su orificio derecho.

-Por dios, perdóname ¿necesitas algo?- pregunté incorporándome para acariciarle el rostro.

-No pasa nada, ¿qué soñabas?-me preguntó.

-Tuve una pesadilla con lo de mi mamá, hace mucho que no soñaba eso.

-Ven Lauren- nos abrazamos por un minuto y después me besó dulcemente.- Vamos a desayunar para irnos a la empresa ¿si?

-Si- asentí y me levante de la cama para ir a ducharme y bajar después a desayunar con Camila a mi lado.

   Cómo era de esperarse Hanna tenía todo listo y preparado para nosotros.

  

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