Capítulo 38

3.7K 187 5
                                    


   Lauren's POV

Mi mano estaba chorreando sangre, y yo seguía sin sentir nada. Los gritos de Taylor inundaron mi cabeza.

-Lauren! Te cortaste de nuevo! ¿QUÉ SUCEDE CONTIGO!?- preguntó gritando. Mis ojos se posaron en ella mientras movía mi mano hasta el fregadero.

   Mierda, era la tercera vez que me cortaba desde que mi padre había fallecido. Cerré la mandíbula apretando mis dientes lo más fuerte que podía para retener el impulso de gritar.  Taylor llegó hasta mí con el botiquín preparado. Lavó mi herida mientras yo la miraba. En estos últimos días ella había traído las riendas del asunto, mientras que yo me retenía a alejarme de los que querían ayudarme, encerrándome en mi propio mundo como solía hacerlo cuando tenía la edad de ella.

   Tanto Chris como mi mamá sólo salían de su habitación para comer y apenas interactuaban con nosotros. Yo me quedaba escuchando música en la sala o simplemente salía a caminar por el vecindario, sin rumbo, llegando a altas horas de la noche. 

   Aún no podía creer que mi padre había fallecido. Taylor terminó y cerré los puños.

-No hagas fuerza, te volverás a lastimar- dijo seria mientras guardaba los utensilios de nuevo en el botiquín. Me giré para volver a tomar el cuchillo - Ah, ah, ah, tú no vuelves a tocar el cuchillo Jauregui. Necesitas centrarte. ¿Dónde está Camila? Ella es la que te hace entrar en razón- tomó el cuchillo con calma y yo la veía con los ojos muy abiertos.

   Camila.

La extrañaba más que a nada. Quería besarla, esconderme en ella, contarle lo que sentía, abrazarla, incluso cuidarla.
Necesitaba a Camila porque a pesar de llevar una relación, antes habíamos sido mejores amigas y ella era la mejor persona con la que podías contar.

Pero simplemente no podía hablar con ella.

   Todo se veía borroso en cuanto a mi situación con Camila. Cada vez que pensaba en ella, mi mente se bloqueaba, y venían tantos recuerdos a la mente que no me dejaban siquiera centrarme en uno para pensar en mi siguiente movimiento. Todo se quedaba estancado allí, estorbando mi visión. 

  Era Martes, faltaría a la escuela toda la semana, si era necesario y al trabajo también.

-Voy a salir- le dije a Taylor, tomé las llaves y abrí la puerta. -¿Necesitas algo?- alcé la voz para que ella me oyera.

-No, todo está bien, gracias- dijo.

   No era verdad, nada estaba bien. Una cosa era acostumbrarnos a que mi padre no estuviera en casa y otra era el que había fallecido y teníamos que afrontar eso, hacernos la idea de que jamás volveríamos a verlo. Cerré los puños y salí de la casa.

   Caminé un rato sin rumbo, traía los audífonos puestos y el volumen a tope. Robbers de The 1975 inundaba mis oídos, iba cruzando una calle cuando una camioneta salió de la nada de la calle y se freno para sólo pegarme en los pies y tambalearme un poco.

   Agité la cabeza, antes de ver al conductor. Era Camila.

   Abrió los ojos como platos y se bajó corriendo, dejando abierta la puerta de la camioneta y todo el tráfico detrás de ella.

-Lauren!- miró mi mano y se alarmó más- llegó hasta mí, iba a abrazarme pero se detuvo y me miró a los ojos preocupada.

   Me lancé a sus brazos, las lágrimas empezaron a recorrer mi rostro. Camila sacaba lo mejor y lo peor de mí,  mis brazos de enredaron alrededor se su cintuta y la apreté contra mí para enterrar el rostro en su cuello. El sonido de los coches pitando empezaba a hacerse presente pero a ninguna de las dos nos importó. Me quité los audífonos y la vi con lágrimas en los ojos.

-No sé qué pasa Camila, no me siento yo...- logré decir y ella asintió.

-Lo sé... Sé bien como te sientes, ya desayunaste?- negué con la cabeza -Vamos.

   Me tomó con cuidado de la mano que no estaba mala y me acompañó hasta abrir la puerta del copiloto, esperó a que entrara y la cerró. Rodeó el coche y entró ella también, arrancó sin esperar el verde.

-¿Para dónde ibas?- pregunté.

-Para la empresa. ¿Tú?- mierda, la empresa, había vuelto a ser la asistente de Camila y no estaba al tanto.

-Sólo estaba caminando- giró la cabeza hacia mí mientras estábamos en alto.

   Llegamos hasta el Heatman, nuestro restaurante favorito. Incluso tenían una mesa reservada para nosotros. Subimos las escaleras y ya nos encontrábamos pidiendo comida del elegante menú.

-Lauren, sé cómo debes sentirte ahora, ni siquiera estás centrada en lo que estás haciendo. Y no vas a poder salir adelante si sigues evitándome, tú sabes que antes de nuestra relación, éramos mejores amigas, no quiero que eso cambie, tú puedes confiar en mí, para lo que necesites y eso lo sabes. Quizá tengas rencor hacia mí porque por mi culpa tu padre estaba en la cárcel, quizá sientas que por mi culpa está muerto. Pero él tomó esa decisión desde que planeó la muerte del mío. Todo esto me duele, como no tienes idea, pero lo hecho, hecho está y no podemos hacer nada al respecto, más que seguir adelante- las lágrimas recorrían mis ojos. Camila siempre era directa, y eso me gustaba, pero esto dolía de verdad.

   La miré sin saber qué decir. El mesero nos trajo el desayuno y ambas empezamos. Después de masticar un rato, decidí hablar.

-Quizás sienta rencor hacia ti, por lo que dijiste. Por eso no podía verte, en el funeral si lo hacía me entraba enojo, rabia. Ése es el motivo por el cual te evitaba. Pero tú sabes que eres mi primer apoyo, fue entonces cuando me cerraba, no quería que nadie me viera mal....-sollocé y ella posó una mano en la mía.

-Estoy aquí, para ti Lauren, y entiendo eso, es una de las razones por las cuales no insistí en verte,  sabía que necesitabas tomarte un tiempo. Sé que no puedes con todo esto sola... Nadie- dijo segura. Me acordé de Taylor, ella estaba llevando todas las riendas del asunto y apenas tenía 16 años.

---------------------------------------------------chicos! Ayúdenme a difundir la historia. Compartan, denle like y comenten, de verdad me ayudan sus comentarios, lo prometido es deuda y subiré más seguido, perdonen el drama, prometo estabilizarlo. ✌🏻😬

One Love ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora