Capitulo 55

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Perdónenme, la verdad se me fue el tiempo volando y salí de la escuela y todo eso 😋 aquí está un mini mini, para saber masomenos por dónde vamos y así.
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Lauren's POV

Cuando abrí los ojos, no parecía el mismo lugar donde dormimos, ahora la habitación estaba llena de luz .
   Abrí lentamente un ojo y observé cómo ella se levantó en silencio para entrar al baño.

   Mi celular decía que eran las 6 de la mañana. Tres de marzo, el cumpleaños de Camila.

   Ella empezó a tardarse y me desesperé. Me enfundé mi pantalón y me puse un bra negro, salí de la cama y entre sin avisar al baño.

Estaba de espaldas a la puerta, el vapor salía a chorros por todos lados, causando una inundación de calor. Miré su cabello, manos, espalda, el agua corría por todo su cuerpo, me di cuenta de que amaba a Camila.

   Ella se giró y gritó;

-Lauren!- sus ojos se sobresaltaron y enrojeció.

-Perdona yo... Te vi entrar, pero no pensé que te estuvieras bañando.

-¿qué más puedes hacer en el baño? - inmediatamente enarqué una ceja por que ella misma sabía la respuesta.

-Tú ya sabes qué...- mi voz salió más ronca de lo que esperaba y elevé una leve sonrisa, sabía que eran de las cosas que volvían loca a Camila.

-Ven aquí- salió de la regadera y con todo y ropa me metió dentro del agua que caía a chorros.

   Besar a Camila, era de las cosas que más me gustaban y se me daba hacer, parecíamos como si estuviéramos sincronizadas. La manera en que su cuerpo se acomodaba al mío... era perfecta.

   Cuando mi ropa estuvo empapada Camila me empujó levemente, haciendo que saliese de la regadera.

-¿En serio? - pregunté

-¿Qué? - cerró la puerta de cristal transparente y siguió bañándose.

-Genial, estoy escurriendo...- solté.

-¿Dónde están nuestras cosas? ¿La maleta? - me preguntó.

-Quizá en nuestro coche...- pensé en el bebé que traíamos como automóvil.

   Mi celular retumbó desde la otra sala. Camila tomó una toalla, se enrolló en ella y salió por la puerta del baño a contestar mi teléfono.

-¿Bueno?-  escuché mientras caminaba fuera del baño a buscar mi camisa tirada cerca del sillón, con el pantalón escurriendo dejé un leve rastro de agua hasta la camisa.

-Gracias Stephan, bajaremos en 10, ¿sabes si...?- preguntó a
medias- Gracias, los espero- en eso se escuchó un pequeño timbre.

   Camila estaba en toalla. No podía salir así. No me importó que mi cabello escurría a chorros, crucé lo que restaba de la habitación.

-Ni se te ocurra abrir- le dije y ella se detuvo.- Entra al baño-

-Es nuestra maleta- dijo Camila mientras caminaba hacia el baño.

   Me coloqué la camisa y abrí la puerta. Un chico de ojos azules muy guapo estaba detrás de la maleta.

-Wow yo...- dijo y yo sonreí- ¿Señorita Jauregui? - preguntó.

-La misma- repliqué.

-Su maleta- sonrió y ambos al querer tomarla al mismo tiempo rozamos con las manos.

-Gracias...- dejé las palabras en el aire y el sonrío.

-George- me guiñó un ojo- Para servirle-

  Lo miré unos segundos.

-Gracias- y cerré de un portazo.

   Me giré mirando hacia el baño. ¿Acababa de coquetearme ese chico mientras yo le daba entrada? Agité la cabeza, esto no podía estar pasando.

   Camila entreabrió la puerta.

-¿Todo bien amor?- preguntó.

-Sí, yo...- y no dije nada.

   Ella salió y tomó la maleta, la puso sobre la cama mientras deslizaba el cierre para abrirla, lo primero que tomó fue un vestido rojo y lo sacó extendiéndolo en la orilla de la cama. Me dejó mi conjunto a un lado y entro con el suyo al baño.

   Se escuchó abrirse la regadera de nuevo y esta vez había escuchado el cerrar del pestillo.

   Me senté a un lado del conjunto, pensando en lo que acababa de suceder. Agité la cabeza de lado al lado. Y decidí cambiarme.

   Una vez lista Camila, salió con su vestido rojo puesto, entallado a su figura, moldeado perfectamente a ella.

   Crucé la habitación, enredé mis manos en su cabello y la besé, de manera ávida y rápida.

-¿Qué pasa?-preguntó.

-Te quiero- susurré en sus labios.

-Y yo a ti- respondió.

   Después de tomar una ducha, bajamos tomadas de la mano. El lugar ya parecía de nuevo otro antro y la gente estaba a reventar en el lugar.

   Pasé a Camila delante de mí y la abracé por la cintura, así fue como encontramos a los chicos, quienes estaban ya tomados, sus pupilas estaban dilatadas y cada quien tenía su copa en la mano.

One Love ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora