[3] Capítulo 8

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ER... RAFFAELE
(Él... Raffaele)


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Hanna perdió la sonrisa y se quedó quieta al leer la mirada de Uriele... Él ni siquiera la recordaba. Se relamió los labios y miró a otro lado, sin saber qué hacer. Entonces escuchó:

-¡Erika!

La muchacha miró hacia la terraza y, aproximándose a ella, se encontró a...

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Raffaele sonrió, divertido, al ver a esa hermosa muchacha fruncir el ceño y abrir su boca ligeramente cuando miró a su... reflejo, a su hermano gemelo, yendo hacia ellos.

Rápidamente, ella regresó la mirada a Raffaele, luego a Uriele, luego nuevamente a Raffaele...

-Ya veo -las palabras le salieron solas a Raffaele. Siempre se había sentido cómodo con las mujeres, además, él ya no estaba en el juego: tenía años de matrimonio con Audrey-. Mi hermano no te dijo que tenía a un gemelo.

Finalmente ella sonrió -y aunque miraba a Uriele, Raffaele no pudo dejar de notar cuán hermosa era ella, sonriendo-.

-Te confundí con él -le hizo saber.

//

Hanna no estaba sonriendo porque fueran dos -Dios, ¡ellos se parecían tanto!-, sino porque... ¡él sí la recordaba y estaba acercándose a ella!

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Uriele asintió:

-Sí -murmuró. Raffaele notó que su hermano parecía algo agitado-. Nos parecemos un poco.

-¡Son idénticos! -sin dejar de sonreír, ella miró nuevamente a Raffaele, pero sólo por un segundo: su mirada, su atención, era de Uriele.

-Ah, no tanto -insinuó Raffaele, sacudiendo la cabeza, tendiéndole una mano y estudiando con atención sus maravillosos ojos...

-Uriele -lo llamó uno de los alemanes.

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Hanna tuvo la sensación de que Uriele estaba por decirle algo, cuando le hablaron; él miró sobre su hombro a la persona que lo llamaba y luego se centró nuevamente en ella, pero insistieron.

-Ve -le pidió su hermano.

Uriele se relamió los labios y, dejando escapar un suspiro de lo que a Hanna le pareció cansancio, acudió.

-Está disperso -comentó el gemelo de Uriele, a Hanna, en un suspiro.

Ella lo miró, atenta -había seguido a Uriele con la mirada-.

-Mi hermano -repitió él-, está algo disperso: va a casarse pronto y me está delegando el trabajo. Siempre ha sido algo neurótico y esto lo tiene tenso -lo disculpó.

... aunque a Hanna no le pareció eso.

Sabía leer a la gente -había aprendido a hacerlo sin pretenderlo, sin darse cuenta- y, debido al tono, por un momento, ella no comprendió el significado de sus pal... Perdió la expresión.

-¿Uriele va a casarse? -se escuchó preguntarlo, bajito.

Raffaele asintió.

-La próxima semana.

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Raffaele notó cuando ella se paralizó -sus palabras habían causado algo en el interior de la muchacha-. Fue apenas un segundo, luego agachó la cabeza, se relamió los labios y, cuando lo miró de nuevo... sonreía otra vez.

Ambrosía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora