If you can't hang ; kellin quinn [iych #1]

III

"Fui hecho para mantener tu cuerpo caliente, pero soy frío como el viento que sopla, así que sostenme en tus brazos."

: : C A P Í T U L O   T R E S | Para navidad quiero mi Death note personal

Campus, Collage diamond royal. Cerca de la oficina del director.

(Megan)

 ¿Has sentido ese instinto de salir corriendo al momento de encontrarte con todo lo que odias en la vida? Pues me encontré con el conjunto de todo lo que más detestaba en el universo.

Todo. Lo que desde pequeña me enseñaron a aborrecer, lo que de grande aprendí a repugnar.

Eso exacto era él.

Cuando te dicen que debes tener en cuenta las posibilidades... no saben cuánto me arrepiento de no haber escuchado.

 Su cabello negro con gracia caían mechones por su frente. Su piel clara, interrumpida y profanada por tatuajes que recorrían su cuerpo de una forma tan abstracta y a la vez artística.

La perfecta definición de "chico caliente". Y vaya que él lo sabía y lo usaba a su favor.

El sueño de toda adolescente saludable y con hormonas en revolución, el que no te miraba a menos que siguieras los patrones de sus reglas. El que tenía un imborrable olor a perdición impregnando su presencia.

El chico que no te llevaba a nada bueno.

Encajaba tan bien en el papel que daba miedo.

 Él era singular de una forma bastante extraña y... atractivo.

Él era como el agua saludable para un sediento, el alcohol para un alcohólico. Mirarlo era ciertamente adictivo. La actitud de él era como... era tan parecido a...

 Suspiré internamente.

 Él era idéntico a Miles.

 Él había saludado y coqueteado con cuanta chica se le cruzó por frente, igual que hubiese hecho Miles incluso aún de novio conmigo. Era seductor, conquistador.

Mujeriego.  

 Y recordaba claramente esa noche luego de gastar todos los pañuelos de mi caja con lágrimas y mocos derramadas el por qué no me gustaban los hombres como él.

Por qué luego de tener los ojos hinchados y el corazón doliendo como el infierno que me prometí no cruzarme con alguien así.

El por qué jamás volvería a involucrarme siquiera en una conversación con personas que no valían la pena.

 Porque yo odio a los mujeriegos. Odio todo su coqueteo. Odio toda la falsedad de su sonrisa.

La fantasía de fidelidad.

El cuento de un amor pasional y aventurero.

No me malinterpreten, no estoy despechada, es sólo que he aprendido a base de caídas.

Y yo sabía que Kellin Quinn era de la misma especie de Miles.

 No sé si era su apariencia o su penetrante mirada helada, o esos labios tentadores, o simplemente la fiereza con que se paró delante de mí reclamando su puesto, sólo lo sabía. Y desde ese momento mi corazón no había vuelto a su pulso normal. No, creo que no volvería nunca de este loco frenesí por el que estaba pasando.

Y eso era peligroso, él era peligro seguro, no me gustaba el peligro de ese tipo. Él detonaba la alarma "idéntico a Miles" tan fuente que mis oídos y mente dolían.