If you can't hang ; kellin quinn [iych #1]

XXXIII

"No puedes comparar lo que tu corazón siente con lo que deseas que sienta, porque así como tu mente es libre, tus emociones son esclavas del amor."

: : C A P Í T U L O  T R E I N T A  Y  T R E S | #OPERACIÓN-NOVIAZGO: a tu ritmo, ¿bien?

Meet Street, 10: 12 a.m.

(Kellin)

Ella me miró fijamente sorprendida tras mi confesión. Si soy realmente honesto, parecía que no esperaba escuchar salir de mi boca que todavía amaba a Kate, pero no podía mentir en su cara como un canalla. Su ceño se frunció mientras leí un rastro de dolor en sus ojos.

- ¡Quinn! - rugió golpeando mi pecho con su puño firme. Sólo diré que me dolió hasta el alma -. Si la adoras tanto, ¿entonces cómo puedes mentir al decir que me amas? ¡Eso es una porquería! Conmigo no va a funcionar. ¡Vete con ella! No quiero, ni voy a ser la burla de nadie.

- Megan, en serio - repliqué acariciando su mejilla mientras contenía una risa, el pecho me ardía del brutal golpe que me había dado pero podía ver los celos impregnados en la cara de ella. Así que no le soy del todo indiferente, dijo mi ego haciendo un baile feliz encima de una mesa -. Con Kate no tienes que temer. Ella no es tu rival. Ella siempre estará en mi corazón pero lo que yo siento por ti es completamente diferente - la abracé por la cintura y susurré con suavidad en su oído -. Tú eres mía.

- Tuya un huevo - juró molesta -. Siempre tendrás la imagen de Kate mientras beses, mientras me abraces. Vic me dijo que siempre hacías pasar a tu amantes por Kate. Dime esto, ¿haces lo mismo conmigo?

- ¿Qué? - exclamé molesto, todo rastro de diversión se fue de mi cuerpo en un nanosegundo. Me retiré para poder ver su rostro de frente -. Nunca vuelvas a decir eso.

- ¿Por qué? Eso es lo que haces con todas.

- No, tú no eres todas - gruñí sintiendo mi sangre arder de solo pensar que esa idea se podía formar en la cabeza de Megan -. Jamás, en mi puñetera vida te compararía con Kate, no a ti. Tú eres mi princesa. Sería un estúpido si estando contigo me imaginara la cara de otra.

Dolió decir eso, porque aún si era verdad los ojos de Megan no me creyeron. Jamás en todas las veces que había besado y abrazado a Megan la cara de Kate jamás se había aparecido en mi mente. Simplemente era ella y yo desde el principio.

Nadie más que nosotros.

- ¿Aún seguirás poniendo excusas? - pregunté -. No Kate, no Matty, no nadie. Los dos.

Megan mordió sus labios con nerviosismo.

- ¿Y si no llego a amarte?

- Eso no pasará - afirmé, desechando al instante la sola idea -. Cariño, te haré amarme. Eso tenlo claro.

- Eres tan irritante - dijo con los ojos entrecerrados -. Siempre tan arrogante. ¿Sabes como odio eso de ti?

- Pero, nena, es lo que me da el estilo. - Reí al ver como bufaba molesta -. ¿Por qué siempre que te hablo te enfadas? Incluso si te digo que te amo.

- Quinn - protestó mirando en otra dirección tratando de evitarme.

- Creo que me estoy volviendo masoquista - vi un destello de brillo divertido en los ojos de Megan, pero aun así no me miró a los ojos.

- ¿Masoquista? ¿Cómo podría usar esa información en tu contra? - sonrió. Compuse una mueca en mi boca.

- Primero, vístete. Te llevaré a tu casa, ya se está haciendo tarde y yo tengo que salir.