XI (2/3)

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"Y sé que tu amor no es real, porque esta no es la forma en que se siente."

: : C A P Í T U L O  O N C E | Nadie quiere abrazarte

(Kellin)

- Que conste que esto no significa nada, ¿eh? - su cálido aliento rozó mi hombro y el frío que habitaba este lugar remitió contra la gran masa de calor que tenía a mi lado. ¿Este era un gimnasio o era un refrigerador? Porque de verdad que parecía como si de un momento a otro este lugar se convertiría en un hielo.

- Claro, lo entiendo - murmuré intentando retroceder mi sonrisa burlona, acariciándole uno de sus brazos delicadamente. La sentí estremecer. Megan soltó un suspiro de satisfacción y se acurrucó mucho más cerca de mí. No podía evitar verla y recordarme a un gatito cachorro.

Dios, Kellin ya para con los pensamientos cursis.

- Tampoco me estoy lanzando a tus brazos. Eres solo la fuente de calor que me impide congelarme en este gimnasio - justificó cruzando un escaso brazo por mi espalda.

- Lo entiendo - asentí.

-Y... y... no creas que esto te da derecho a nada - continuó pasando su helada mano por debajo del jersey que me había vuelto a poner, por encima de mi delgada camisa de colegio.

Un escalofrío quiso presentarse, pero lo reprimí. Y no era exactamente un escalofrío de molestia.

- Soy todo tuyo, Megan - acerqué mi boca a su oído -. Toquetéame tooodo lo que quieras - ella lanzó un golpe contra mi costilla que me hizo perder el aliento.Que me jodan feo si esta mujer no debió haber sido jugador de Karate en una vida pasada.

Ella comenzó a tartamudear, su nariz arrugándose de forma compulsiva.

- No te estoy toqueteando - fue lo que dijo.

No detuve mi carcajada.

- Claaaro. Mira Megan, sé que en cualquier momento tirarás de mi brazo para abusar de mí, no nos engañemos porque no es necesario. No te detendré - negué con la cabeza.

- ¿Comenzaste con las jodidas idioteces? - exclamó alejándose para mirar mi rostro -. Yo jamás haría eso.

- Creo en todo lo que digas, princesa. Estoy a tu disposición - mi tono irónico marcando un ceño fruncido en su frente.

- ¿Algún día dejarás de ser tan ligón? - preguntó entre dientes. Su mandíbula estaba tan tensa que creo que podrían romperse sus dientes en cualquier momento.

- No exijas cosas cuando estás toqueteándome aquí y allá. Y no pongas esa cara que esto le ocurre a todos los hombres, tus novios no pudieron haberse quedado como una piedra después de tenerte encima de ellos, ¿verdad? Y si lo niegas, te dejarás como mentirosa.

Su cuerpo se tensó y justo en ese instante sus ojos se desviaron de forma rápida evitando los míos. Mi sonrisa perdió una escala de intensidad.

- ¿Megan?

No respondió, de hecho su respiración no era más que pequeñas inspiraciones aceleradas.

- Princesa, ¿qué pasó?

- .Yo... - susurró mientras su cara se convertía en un tomate -. Yo nunca...- con las mejillas ruborizadas y mordiéndose el labio inferior comenzó a apretar los puños -. Yo nunca he... - Capté al instante el mensaje, una idea cayendo pesado en mi cabeza. ¡Qué tierna!

- Tú nunca ¿qué? – pregunté alzando una ceja, haciéndome el desentendido.

- Tú sabes qué - gruñó.

If you can't hang ; kellin quinn [iych #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora