If you can't hang ; kellin quinn [iych #1]

XLI

"Si lo que quieres es huir, camina; yo haré canciones para ver, si así consigo fuerzas para vivir."

: : C A P Í T U L O  C U A R E N T A  Y  U N O | PLAYA #7: Megan, yo soy problemas

(Megan)

 —A veces eres tan antipática  —dijo Kellin con una voz molesta, mientras se cruzaba de brazos, enojado. Íbamos caminando más atrás de los demás para que no lo escucharan quejarse como una viejita amargada, porque eso era lo que parecía en este mismo momento. Una viejita amargada.

 —Pues tú tampoco eres el tipo más divertido.

Sí, yo igual era una maldita infantil, e incluso peor que él.

Kellin me miro con los ojos entrecerrados.

 —Yo soy muy divertido.

 —No, no lo eres, eres aburrido como una piedra, e incluso podría decir que las piedras son más divertidas que tú. ¿Cómo es que siquiera eres amigo de un chico tan genial como Vic? No, mejor dicho ¿Cómo es que tienes a tantas chicas atrás de ti si eres así de aburrido?  —una ceja se alzó en su lindo rostro y me miro inquisitivo — Ah, y no vengas con mamadas como que en la cama eres divertido, porque...

Me tomo entre sus brazos, y me echo a su hombro. Nuevamente en el día.

 —Yo te mostrare cuan divertido puedo ser  —declaro mientras se encaminaba hacia el agua. No, no haría lo que creo que haría... ¿O sí?

 —¡Bájame ahora mismo, Kellin! No encuentro lo gracioso aquí  —grite mientras lo golpeaba en la espalda con mis puños, no me arriesgaria a descubrir que es lo que haría — Lo digo en serio. No estoy jugando, Quinn. Hazlo.

 —No me gusta que me digas Quinn, y... —soltó una risita – Por cierto, acabo de ver tu tatuaje. De verdad lo tenías en el glúteo.

Mi cara se pintó de un intenso color carmesí mientras sentía como lentamente me volvía como un tomate y patalee para que me soltara.

 — ¡No veas, idiota!

 —Yo veo lo que quiero y sólo quiero una cosa en este momento —apretó su agarre para que no me escapara  — Dime que te harás por mí también un tatuaje, aunque no sea en el trasero.

 — ¿Qué? No, estás loco, duelen mucho.

 —Te hiciste un tatuaje por ese profesor y ¿por mí no?  —pregunto con voz dolida. Ni ahora ni en un millón de años – Pero que mala novia eres.

 — ¡Estás loco si crees que de verdad lo haré!

 —Entonces no te bajo, te quedaras ahí por siempre  —dijo calculador. Zángano chantajista.

 — ¡Bájame ahora mismo!  —estábamos casi llegando al agua, y no dudaba que me lanzaría al agua si no le decía que sí.

 — Anda, Megan. Esta es tu ultima oportunidad, dime que sí.

 — No.

Me deslizo de su hombro hasta dejarme abrazada en su pecho sus ojos a la altura de los míos.

 — Di que sí.

 — No.

 — Ok, entonces cierra los ojos  —le hice caso, pero sin saber que lo que haría luego me dejaría sin aliento, me besó como nunca antes. Su boca devorando mis labios, mordió mi labio inferior fuerte.