VIII

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"No puedo mirarte y decir: cuando él abra sus brazos y te abracen esta noche, no se sentirá bien porque yo puedo amarte más que eso"

: : C A P Í T U L O  O C H O | Y cuando Kellin habla siempre lo echa a perder

Barrios bajos de California, Moonshine.

Día anterior.

(Kellin)

Estaba cabreado.

Muy cabreado.

—Vamos, Diablo, sé que tú quieres —había persuadid la muchacha, restregando una mano en mi brazo. Su cabello haciendo cosquillas en mi cuello. Era morena. Una buenas curvas y un vestido ajustado. Recordaba poco más.

Mi humor no tenía una buena forma esa noche. Ni siquiera mi bar preferido, con la mejor bebida y las mejores mujeres me animaban.

Ver a Megan defendiendo el puesto de Vic como si su vida dependiera de ello hizo que mi ánimo cayera en picada al infierno. Me insultó como quiso y luego de tirarme toda su mierda la vi reír muy contenta con el moreno durante todos estos últimos días. Cuando se sentaba a mi lado, siquiera volvía la cara a mirarme.

Siplemente dejé de existir.

Y no estaba cabreado porque estuviera celoso. Pffff, claro que no, solo me preguntaba, ¿para qué volvió a mi vida? Me irritaba la familiaridad de Vic y ella. Como unos novios de lo más románticos, Vic era mi mejor amigo, con el que contaba de verdad, y ella me lo estaba quitando.

Y no solo era eso.

Ese color sonrosado que adquirían las mejillas de ella cada vez que hablaba con Vic. Tres condenados días sin hablarle. Ley del hielo.

Esto... era nuevo para mí. Digamos que no estaba acostumbrado a ser rechazado, incluso cuando le dije zorra sentí el impulso de arrodillarme y pedirle perdón. Pero me resistí, además, sí se lo merecía. No estoy tratando de excusarme, pero en serio, ¿por qué razón me odiaba así?

Había tomado un sorbo de cerveza, de mi cuarta botella. En momentos como esos, pensé que extrañaba a mi amiga Stacy. Ella siempre tenía una palabra para describir los malos momentos de la vida. Este claramente seria un "mes de porquería" o "semana del culo". Sí, eso es lo que era; incluso me daban ganas de llamarla.

No lo haría, pero estaba la intención.

Ella siempre sabía que decirme en una situación así. Qué lástima tener que dejar de tener contacto por una simple tontería como: "estoy enamorada de ti". Ella no me quería, sólo era el hombre que la conocía mejor y ya.

Pero en su cabeza eso no caía.

"Bastardo" se repetió una y otra vez las agrias palabras en mi cabeza. Bueno al fin y al cabo Megan tenía razón. ¿Eso era lo que yo era, no? Un bastardo no deseado que ni su propia madre quiere, y aun dudo que tenga padre y la única persona que amaba se murió. "Eres un Bastardo". Sí, eso es lo que soy. Un bastardo alcohólico.

Y no pensé dejar de beber hasta caer de borracho.

Me había girado a ver a la chica de mi lado que hacía lo imposible por llamar mi atención.

— ¿Sabes, bonita? No estoy de ánimos. ¿Por qué no le vas a ofrecer a otro? Aquí no encontrarás nada — luego volteé nuevamente para dar por terminada la conversación.

— ¿Qué pasó, Diablo? —se había quejado ella—. No, ya sé. Tu novia te dejó por otro ¿me equivoco? — se burló acercándome hasta susurrarme en la oreja —. Miénteme, porque se nota en toda tu cara. Sólo déjame decirte que esa novia es una idiota por haberte dejado. Pero se lo agradezco, porque ahora eres mío, ya olvídate de ella y...

If you can't hang ; kellin quinn [iych #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora