LXIII

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"Voy a ser la sombra de tu puerta, voy a ser la polilla en tu luz, porque tú te mereces mucho más."

: : C A P Í T U L O  S E S E N T A  Y  T R E S | No te atrevas a salir por esa puerta

10:45 p.m. Mansión Menser.

(Megan)

 ¿Conoces esos momentos donde sientes como si una ola gigantesca de problemas se avecina a ti arrastrando todo lo malo a su paso para envestir tu cuerpo con furia? Sí, llegando toda la apestosa porquería a tu boca. Y por si fuera poco, no tienes escapatoria. Como si trataras de surgir de esa gran ola, tratando de recuperar aunque sea un poco oxigeno y nada, no puedes arrancar de ese lugar porque tus pies y tu mente están obstinadamente clavados ahí. Esos infernales momentos.

 ¿Los conoces?

 Pues así es exacto como me sentí cuando Kellin me dijo sobre su secreto.

 Había estado esperando algo como esto, pero aunque lo dijera igual sus palabras habían congelado cada molécula de mi cuerpo.

 —Oh, Dios mío, ¿qué? —susurré sin poder aun comprenderlo, con voz de la mas retrasada mental del universo que pude haber utilizado. Estaba sin aliento, yo no podía dejar de apretar el puente de mi nariz para evitar que la información me diera aun más dolor de cabeza.

 Él tomó un sorbo de su bebida alcohólica.

 —Sí —él miró la botella vacía de cerveza —. Es todo una basura.

Querido bebé de las gomitas de oso.

 —Una jodida basura.

 —Mi bebida se ha acabado —respiró pesado. Colisioné violentamente mis ojos con los suyos.

 — ¿Qué?

 —Es una jodida basura que mi cerveza se ha acabado y ya no queda nada —movió la inservible botella delante de su cara y me miró por si no le había entendido. Mi mandíbula sufrió un leve enamoramiento por el suelo cuando cayó ahí. Arrebaté la botella de vacía de su mano para que me prestase atención.

 — ¡¿En serio?! —grité furiosa levantándome de mi lugar. Kellin rodó los ojos.

 —Sí, se acabo. Pero no armes este escándalo. Podemos ir a comprar más.

 No sé si lo sabía pero ya era medianoche y solo una estación gasolinera de 24hrs estaría abierta. Y estaba haciendo un frío del demonio como para salir.

 — ¿Te preocupas por tu puñetera bebida? —dije alterada.

 —Vamos, Megan. ¿Estamos siquiera hablando de lo mismo?

 No, definitivamente no. Solté un gemido rendido y me tendí a su lado. Mis emociones se habían alterado que no sabía si quería gritar, reír o llorar. Este tipo era un imbécil.

 Un imbécil que amaba, y un imbécil que estaba sufriendo.

 Sí, creo que imbécil es mi palabra favorita

 Respiré hondo, él se comportaba como un retrasado mental solo porque había bebido... había bebido para olvidar a su padre.

Kellin se inclinó hasta pegar su cabeza a mi hombro y acariciar mi cabello distraídamente.

 —No es tan grave, Megan —dijo volviendo al tema —. Esperaba que tú solo aceptaras la respuesta y luego no habláramos más de esto. Quería volver liviana la tensión pero veo que no me lo pondrás fácil.

If you can't hang ; kellin quinn [iych #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora