II

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"El lugar y fecha siempre en mi mente, tengo tanto que decir, pero estás tan lejos."

: : C A P Í T U L O   D O S | El increíble Dios del sexo es mi pesadilla


Barrios bajos de California, Meet Street. Complejo de edificios. Minutos antes.

(Kellin)

Dejé discretamente la nota en el velador justo abajo de la lámpara encendida y el reloj que marcaba las 7:20 de la mañana con un molesto parpadeo incontrolable a consecuencia de todos los años de historia que el artefacto tenía.

Joder, 7:20. Demasiado tarde para mi gusto. En realidad no me gustaba dejar notas diciendo las cosas que decía en las despedidas, como "fue increíble, eres deliciosa" aun cuando no lo sentía, pero es que esta situación particular era lo suficientemente incómoda para salir huyendo luego de hacerlo.

No quiero decir que el sexo no fue bueno o que no me corrí ni nada. Es sólo que... sentía una espinita clavándose contra mi consciencia que me hacía removerme incómodo ante esta situación en particular. Y en realidad no quería investigar mucho en el asunto de por qué el sexo casual me estaba haciendo dudar. 

Una voz suave interrumpió mi huida olímpica cuando pregunto temblorosa.

- ¿Kellin?

Apreté la mandíbula con fuerza. Demonios, ella despertó.

No respondí, pero sentí los músculos de mis hombros tensarse cuando la escuché removerse, las sábanas haciendo un sonido tan característico de piel desnuda contra el satén. 

-¿Ya te vas? - asentí con la cabeza, aún sin voltear a verle. ¿Y por qué es que ahora me sentía culpable por dejarle? Esto era lo que yo buscaba y ella también cuando llegamos. No es como si le hubiese prometido el cielo ni nada parecido antes de enterrarme en ella. ¿Qué me estaba pasando esta mañana? -. ¿Nos volveremos a ver, cierto? -preguntó con un tono tenso la rubia desde un extremo en la cama. Entendiendo por fin la atmósfera que nos rodeaba.

Revolví mi cabello mientras soltaba un cansado suspiro, guardé el paquete de cigarrillos que se encontraba en la mesita directamente en mi bolsillo con movimientos pausados, tratando de retrasar el instante de decir la dolorosa verdad. Sacudí la cabeza cuando decidí mirarla de frente. Aunque tendría que ganarme el premio al peor idiota del mundo porque sé que la respuesta a su pregunta no era otra que: "no, jamás volveremos a vernos".

No la volvería a ver, de hecho no estoy seguro de por qué lo hice en esta ocasión.

Es cierto, Grace era una chica hermosa. De eso no hay duda, aún si de entre millones de chicas Gracie no era la más linda... pero tenía ese aire angelical que te hacía querer mirarla durante horas, y horas, y horas... ¿Me explico? Joder, si incluso parecía un ser etéreo. Con el rostro ruborizado, los ojos color azul nublados.

Tenía mejillas suaves y cabellos dorados color cebada, corto hasta arriba de los hombros. Sedosa, brillante. Era una belleza, pero no era para mí. Yo lo había sabido desde el principio y aun así, entre una mezcla de alcohol, dolor y depresión había accedido a irme del bar con ella.

Qué idiota podía llegar a ser a veces.

Me incliné a recoger las llaves de mi casa que estaban en el suelo.

- Tengo que irme -murmuré, sin responderle a conciencia.

Sin compromisos.

Sin dolor.

If you can't hang ; kellin quinn [iych #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora