Prisionera

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Estoy atada de las manos con esposas y sentada en una silla incomoda. Tapada de los ojos con una tela azul que no me deja ver la luz. Es horrible.

-No te creo.- contesta

-Nunca me crees. ¿Sabes? Si en realidad fuera el segundo Kira, no estaría aquí, y tu estarías en un ataud. Pero no lo soy.

¿Por que no me cree? ¿En verdad piensa que soy Kira?

Siento un tirón en la parte posterior de mi cabeza y abro los ojos en cuanto me quita la tela. Miro a L. Está enfrente de mi, mordiendose un poco el dedo pulgar de una mano y con la otra sostiene la tela azul, está inclinado como siempre, y con ese cabello despeinado tan hermoso... Es la perfección.

-¿Como sabes mi nombre?- pregunta y se aleja un paso de mi.

-Tu me lo digiste. ¿Es que ya no te acuerdas? Lamento lo que hice la ultima vez L, pero no era para que me olvidaras.- digo.

Siento que algo va mal. Lawliet deberia de acordarse. Tiene una memoria fotografica y...

-¿Que hiciste?

¿Me quiere obligar a relatar la historia o en verdad no recuerda? Sus ojos expresan un poco de curiosidad, duda.

-L... ¿De verdad no recuerdas?- pregunto

Se queda en silencio mirándome fijamente y niega ligeramente con la cabeza.

-¡No puede ser que me hayas olvidado, tu no olvidas. No puedes olvidar. Eres demasiado inteligente para hacer eso y tienes una memoria sorprendente...!- reclamo. El no me pudo olvidar. No pudo. Yo lo busqué por mucho tiempo pero nunca lo encontré. Yo lo amo y no puedo creer que me haya olvidado. Así de fácil...

Toma mi cara en sus manos y me sorprende al juntar sus labios con los mios, se siente como un beso cargado de desesperación y duda. No como el que me dio antes. Se siente mal. Ademas esto no es correcto. Se supone que yo tengo ya a mi prometido y el ya a accedido a casarse conmigo...

Entonces se separa.

Me dejo caer en mi silla.No se que hacer. Pude haber continuado el beso de L, pero no. Estoy comprometida.

-Fin de las preguntas por hoy.- dice L

-¿Preguntas?

A mi me pareció un beso.

Sale de la habitación y cierra la puerta de metal. Suspiro. Todo es tan confuso...

El cuarto donde estoy es grande, iluminado por dos lamparas. La silla está en el centro de lo que parece ser la sala. También hay una ventana en un extremo, y otras dos puertas.

Me levanto y empiezo a explorar, en una de las puertas está la cocina, donde hay una estufa, horno, nevera, sillas, una mesa y anaqueles. Y en la otra puerta está un dormitorio. Tiene un armario vacío y grande de un lado, y una cama muy grande con unas siete almohadas y varias colchas. El suelo tiene una alfombra suave y blanca, las paredes son color crema. También hay un tocador.

En la habitación hay una puerta azul. Dentro es un baño muy completo. Tiene la taza, lavamanos y detrás de una pared corrediza de cristal grueso está la ducha y tina de otro lado, junto con todo lo necesario para un baño.

Abro la ducha y me quedo parada debajo del chorro de agua fría para pensar un poco. Puedo fingir ser el segundo Kira y quedarme con L el tiempo que quiera. O puedo volver con Namikawa. O puedo olvidar todo lo que pasó antes y quedarme con L y tratar de que se enamore de mi, reconquistarlo...

La tercera me agrada.

Tomo varias toallas con un poco de dificultad por mis manos esposadas, y las acomodo en la tina de baño. Me quito toda mi ropa mojada y me envuelvo en una toalla y me acuesto a dormir en el baño, como hacia antes. Mañana tendre un plan para reconquistar a L.

***

Despierto por una sacudida en mi hombro. Es como si estuviera en el cielo y un ángel me despertara. Pero es mejor, es L.

-Te enfermarás si sigues duchandote con agua fria- dice. Levanta un poco mi colcha con dos dedos.

-Claro.- contesto aun medio dormida

-Y también si sigues durmiendo en el baño sin ropa.

Abro los ojos de golpe y aviento su mano con la que sostiene mi toalla arriba lejos.

-¡Fuera de aquí!- grito

-Como sea. Tengo cámaras de seguridad en todo tu baño- suelta y se da la vuelta.

Camina a la salida y es cuando veo que mi ropa anterior no está.

-Pervertido. Te llevaste mi ropa- murmuro frustrada

-¿Pervertido? ¿Me dijiste pervertido?- dice y se detiene en seco junto a la puerta

-Si.- digo en un tono más alto y me levanto de la tina con una toalla enrollada a mi alrededor sosteniéndola con la manos. -Y no me arrepiento de decirlo...

Entonces siento un tirón en la cadena que une ambas manos y la pared queda en mi espalda. L se recarga en mi y levanta mis manos a la altura de mi cabeza. La toalla se sostiene con su cuerpo pegado al mio.

-Esto es ser un "poco" pervertido. Lo que yo hago es por que eres una potencial sospechosa de ser el segundo Kira. Simplemente te vigilo, no me interesas en absoluto.- murmura en mi oido. Me comienzan a temblar un poco las piernas por el hecho de estar tan cerca de el, pero sus palabras me duelen.

Me suelta y rápidamente me sostengo la toalla, pero no es tan necesario ya que el salió del baño sin mirar atrás.

-Hay ropa en tu armario- dice desde el otro lado. Luego escucho que se cierra la puerta gruesa, y como tres cerraduras aparte de la normal.

Despues de componer un poco mis animos, voy al armario. Está lleno de ropa gótica, oscura y fea. No es muy mi estilo. Prefiero estar cómoda. La ropa oscura de ayer la tenia porque iba a ver a B y me sentía de pésimo humor por Namikawa. Pero no es como si el color negro me agradara tanto, y menos la ropa gótica.

Termino poniéndome un vestido de toalla con buenos nudos, como una toga, y voy al baño a ver donde puso L sus camaras. Odio la vigilancia. Me hace sentir encerrada, lo cual es absurdo, ya que si estoy encerrada.

Hay tres en el techo y cuatro en cada pared. Supongo que también hay micrófonos.

Pongo en cada lente de la cámara papel de baño humedo para que se pegue al lente y no pueda observarse. Al menos que el baño sea un lugar sagrado, como en el segundo orfanato en el que estuve, donde conocí a Jamie.

Mi salvadora -LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora