NARRA Azu. M.
-Me toca. ¿A dónde, por qué, para qué y con quién saliste hoy?- pregunta
-Son muchas preguntas, yo solo hice una.- me excuso
-Bien... Entonces dime... ¿Que hiciste exactamente hoy cuando saliste?
Detective genio. Tendría que decirle todo de igual manera.
Pero no. El podría hacerme desistir de mi plan. Y no quiero revelarselo tampoco.
No hay de otra que distraerlo. Si es que lo logro y el no me hace decir la verdad antes.
-Pensar en ti- susurro y me acerco a el para besarlo. No pone resistencia y devuelve el beso casi con la misma intensidad que yo.
Ahora que recuerdo... Ryuk ya no está. Creo que al fin estamos solos.
Subo las manos a su cabello.
Al fin estamos solos de verdad, sin shinigamis molestos ni Light.
Me atrae de la cintura a el y pasa una mano por la blusa que después de unos minutos de besos quita.
Hay que ser justos.
Le intento quitar la camiseta y el se incorpora, dándome una pequeña ayuda se la quita el solo, y luego vuelve a mi lado. Recordó con mis dedos su piel suave y perfecta. Casi con envidia. Es hermoso.
Une sus labios con los mios.
Quizá no haya verdaderos motivos para ponerme celosa. Quiza me paso de precavida...
Sube una mano por mis piernas y desabrocha mi falda. Luego da tirones pequeños para bajarla.
Quizá si sea muy precavida...
O el busca alejarme de mi plan. De alguna manera.
Paso una pierna por su cintura acercándolo aún mas a mi. Y de pronto siento algo frío en mi muñeca derecha y L se queda inmóvil. Me mira, y logro identificar diversión en sus ojos.
-¿Que?- pregunto
L da una sonrisa ladeada.
-Quiero que me expliques que hiciste hoy.
Me aparta, y de las esposas que me puso en una mano pasa el otro extremo por el poste de la cama. De forma inesperada me encadena la otra mano y no puedo escapar.
-¿Tienes algún fetiche sadomasoquista?- pregunto enfadada.
-Tal vez.- me mira pensativo,y una timidez extraña me invade cuando recuerdo que estoy en ropa interior.- Tengo una mejor idea.
Comienza a besarme hasta que apenas puedo respirar. Y luego se aparta dejandome con ganas.
-¿Ya me dices?- pregunta en tono neutro
-No- murmuro
Se pone encima de mi sin tocarme y de una bolsa de su pantalón saca una bolsita con azúcar. La esparce por mi estómago y mi cuello. Luego se ls come lentamente dando suaves besos y uno que otro mordisco.
-¿Ya me dices?- pregunta
-No- consigo susurrar apenas consciente por su extraña y deliciosa forma de torturar.
-Bien- comenta molesto- Entonces ponte cómoda.
-¿Que harás ahora?- pregunto ansiosamente
-Irme- murmura
¿Que?
-No. No me puedes dejar así... L no puedes...
Se levanta de la cama y se pone su camisa lentamente justo enfrente de mi.
-Si me hubieras dicho, pudiera haber continuado- murmura- Ahora, descansa.
-Pero... ¡L! ¡Vuelve!- grito
Me ignora.
-¡Al menos desencadéname!- le grito
¿Y si le digo mi plan? No. No puedo.
Me cubre con la colcha.
-Buenas noches- dice. Me da un beso suave en el cuello.
¿Le digo? ¡Le digo!
¡No! ¡No puedo!
Rogando a mi orgullo muerdo mi lengua mientras se va. Cierra la puerta lentamente.
Veo su mano por ultimo y su cabello negro y despeinado que me encanta. Luego finalmente el sonido de la puerta al cerrarse.
-Lawliet, me las pagaras- murmuro
Dormir encadenada no es cómodo. Y menos quedarme con las ganas de un poco más de L.
No es justo.
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Mi salvadora -L
FanfictionYo he buscado por años a mi amigo L que esta a cargo del caso Kira. Hace tiempo mi madre adoptiva y yo nos mudamos a Japón. Fue cuando obtuve la primer pista del paradero de L.