Destino

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Narra L.

El equipo entero desconfía de ambos, pero no imaginaron la más pequeña oportunidad. El servicio a la habitación.

Poco después de que taparamos la cámara y presionaramos el botón de servicio de habitación mientras le decía otro plan sumamente complejo, tocaron a la puerta principal.

Abrieron los chicos y escuchamos los tacones de nuestros dos encargos a la habitación. Mientras se entretenían lidiando con ellas de si fueron solicitadas o no, abrimos la puerta y salimos evitando ser vistos.

Una mujer rubia de ojos azules nos mira, pero no hace nada, asiente y nos deja continuar nuestro camino como si supiera que es lo correcto. Luego simplemente hacemos un poco de defensa personal con un adulto y la mujer de ojos verdes para escapar y corremos escaleras abajo. Lo bueno, solo son tres pisos.

Una vez afuera, le comento lo siguiente a hacer.

-Vas a ir a la joyería por el pedido de Rue Ryuzaki. Ya está pagado. Te veo en el techo de este hotel - comento

El chico asiente y ambos vamos a nuestros destinos. Entro en mi edificio, burlando la seguridad tal y como hacia Azumi, evitando las cámaras que se exactamente donde estaban, y fui directo al helicóptero. Le quité los rastreadores, micrófonos y cámara. Luego cargué con cinco tanques de gasolina extra para pasar a través del Océano Pacífico y llegar hasta Los Ángeles donde se supone está. Al hacer esto infringiremos al menos siete leyes de seguridad, doce de nacionalidad, invadiriamos el estado Americano y tendríamos un pase a la cárcel.

Pero no me detengo. Enciendo el helicóptero y voy hacia el hotel. Veo al joven esperando en el techo con una bolsa blanca. Aterrizó y él sube.

-Pensé que ya no venias hombre- comenta ajustándose los cinturones. Me pasa la bolsa de joyería que coloco en medio y saca una laptop.

-No quiero ir a la cárcel sin verlos juntos- murmura y se pone a teclear

Supongo que debe estar pidiendo algún permiso o infiltrandonos ilegalmente en el espacio americano.

-¿No se sobre calentará el helicóptero?- pregunta

Imagino la ruta. Haremos una parada antes de cruzar el mar. Recargare el tanque. Luego cruzaremos el océano y haremos otra parada apenas al llegar. Recargar tanque de nuevo, dejar enfriar los motores unos minutos. Llegar a Los Ángeles.

-No- respondo

-No hablas mucho ¿Eh?- dice - Me caes bien, creo que alguien al fin me escuchará cuando le hable.

Intento bloquear su voz, pero me arrepiento casi al instante. Él parece ser un buen hombre. Quizá necesite un amigo...

Y yo intentándolo. No lo creo.

Finalmente escucho su vida en el orfanato y como se metió en problemas. Por una parte me ayuda a mantenerme despierto. Es entonces cuando ahora parece hablar como un loco con la nada.

Quizá no sea tan normal como llegue a pensar.

Se ríe solo y habla con algo llamado HuB. No tengo idea de lo que sea eso, pero supongo que puede ser tanto amigos imaginarios como shinigamis.


Narra Azu. M.

La noche la paso mirando al cielo, buscando alguna pista de lo que podría hacer.

Y entonces, cada vez que intentaba desviar mi mente, él siempre volvía a mis pensamientos.

Supongo que es culpa del destino. Las horas eran tan cortas cuando el estaba a mi lado, pero ahora son eternas.

Mi salvadora -LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora