-¿Te vas?- pregunta L con su monótona voz detrás de mi, cuando dejo las llaves en su mesa. Son las 5 de la mañana, el está sentado frente a su computadora en su posición ordinaria.
-Si.- susurro
-Vaya. Pensé que jamás lo harías.
Paso saliva con dificultad. Tal vez... Solamente era cortesía que tenia conmigo y por eso me dejaba quedarme. Es increíble como todo puede terminar en un segundo.
Arrastro la bolsa grande de ropa a mi lado.
-Quiero que seas feliz, que te vaya bien, que resuelvas el caso y... Cuando- sentía que se me cortaba la voz. Pero no quería llorar. No iba a llorar. - Y cuando puedas, espero volverte a ver.
Camino a la salida sin voltearlo a ver.
Fueron tantos buenos y malos momentos... Los detalles, las pequeñas cosas... Son lo que invaden mi mente. Desearía regresar el tiempo. Saber en que me equivoqué... Abrazarlo, aunque sea solo una vez mas... Y nunca soltarlo.
Pero el la prefiere a ella. Si el es feliz así, no puedo intervenir en su relación, lo más sensato es irme o haría otra locura como la de la noche anterior. Pero comprendo que ahora el va estar al lado de ella. El así lo quiso.
Quizá no es suficiente ser bonita, ni inteligente. Ni amarlo.
Después de un momento, escucho sus suaves pisadas detrás de mi. Aprieto el botón del elevador. El se detiene.
-¿No te llevarás todo lo que queda en tu habitación?
-No. Es tuyo. Fue todo tuyo, desde el inicio.- contesto.
Igual que yo.
- Puedes hacer lo que quieras con eso. Romperlo... Quemarlo. Tirarlo a la basura... Lo que te de la gana.
Las puertas del elevador se abren.
Entro y volteo para presionar el botón de la planta baja.
-Lo guardaré, tenlo por seguro- dice mientras las puertas del elevador se cierran.- Por si decides volver.
Tres pisos abajo después caigo con las manos en mi rostro en lágrimas. Sus ultimas palabras me hicieron mucho daño.
Aun recuerdo sus besos, sus abrazos, su cabello. Sus palabras cuando de niña me dijo que no era un adiós. Pero tengo que entender que ya fue, ya fuimos. Ya fui.
Y ahora es ella.
Me recupero un piso antes de llegar a mi destino y salgo con normalidad. Camino con la cabeza gacha hacia el parque.
La policía llega después de veinte minutos de estar sentada en la misma banca donde encontré por primera vez a Namikawa.
No lo amo, y no me quiero casar con el. Es extraño tener a alguien mientras piensas en tu verdadero amor.
Me esposan las manos y me meten a la patrulla.
Veinte minutos en los que pude haber escapado. Pero había que aceptarlo. Ella ganó.
Soy Sugar Marshmellow. Le dejé evidencia completa ayer por la noche. Tomé uno de los cuchillos que le había lanzado y lo clavé en la mesa de su habitación con un malvavisco. Luego deje un puño de azúcar sobre el. ¿Qué otra prueba quería? Pero no es tan lista, así que le dejé mi ultima nota:
"Ganar a veces no es vencer al otro, solo hacerlo perder- SM"
Y aún así, tardó diez minutos en resolverlo. Tres en llamar a la policía, y otros siete en encontrarme después de haber despertado.
Me dejaron en una celda provisional, y llamaron a Rose, para que le hablara a un abogado. Pero no hay forma de que ganemos el caso. Yo me encargué de dejar la evidencia necesaria para que me encierren.
Estoy cansada de esto. De todo. Cansada de vivir.
*
TRES DÍAS DESPUÉS
-Tiene visita, señorita Murray- dice un guardia
Me incorporo de la cama de la celda un poco aturdida.
Cuando Rose, mi madre adoptiva, me llamó por segunda vez dijo que estaba muy decepcionada de mi. Que no quería saber más acerca de esto... Que si yo era culpable no quería saber mas de mi. Y que me buscara sola un abogado. Lo cual es absurdo, ni una llamada me dejan hacer por ordenes de Z.
Entonces... ¿Quien puede ser?
Light entra con su traje café y aires de profesionalismo. Se inca a mi lado.
-Esto será rápido- susurra
-Habla. - contesto
-Solo di que tu no eres Sugar Marshmellow y yo me encargo de lo demás- dice Light
¿Cómo es posible que el, con quien poco tiempo llevaba conociendo, viniera a defenderme?
-Yo…
¿Que hago? No puedo mentir. Ya quiero terminar con todo.
Light voltea a la salida.
-No digas nada. Me encargo en el juicio yo. Lo adelantamos a solo unas horas.
Se levanta, sacude su traje y camina hacia la salida.
-Light- lo llamo antes de que salga. Voltea. -¿Cómo esta? Se entero?
- Las cosas están bien. Ya tenemos a un sospechoso. En los dos días pasados investigamos a una empresa y Matsuda se encargo de probar que quien buscamos se encuentra entre ellos. Hoy llevaremos a cabo un plan para atraparlo... Y Ryuzaki me dio permiso de venir, me vigila en todo momento. El cree que no eres Sugar, pero ha decidido no intervenir.
Entonces se acerca y se arrodilla en el suelo, de modo que casi queda a mi altura de nuevo.
-No te preocupes. Todo va a estar bien.
Entonces con una mano toma mi mejilla e inclina mi cabeza. Me da un beso suave en la frente. Asiento.
Miro al suelo mientras Light sale y cierra la puerta. L ha decidido no intervenir. Creo que es lo mejor. No quiere mancharse las manos con algo como esto. No lo culpo.
Pero Light… ¿Por qué? Acaso quiere confundirme? Quiere que yo no le diga a todos que el antes era Kira? Quiere tener esto a cambio? Sin embargo… el beso…
Ignoro la creciente sensación de nervios que Light me da. Basta. Se muy bien que el es Kira.
Pero...
¿Y si por estar enamorada ciega y perdida por L yo lo vi como un plan malévolo? ¿Y si de verdad quería dejar de ser Kira? ¿Y si le dio la libreta a un humano fácil de atrapar para terminar con todo? ¿Y si la otra libreta la escondió para que nadie la encontrara?
Me llevo las dos manos a los ojos. ¿Y si Light es bueno? ¿Y si ha venido solo a rescatarme? ¿Y si a L jamas le importe?
L me dijo que confiara en el, una confianza ciega, como el amor que le tenia.
Light fue el único que se intereso por mi… Me había pedido hace tiempo una oportunidad...
Me recuesto en la cama de tablas esperando que me llamen para el juicio. Es en unas horas.
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Mi salvadora -L
FanfictionYo he buscado por años a mi amigo L que esta a cargo del caso Kira. Hace tiempo mi madre adoptiva y yo nos mudamos a Japón. Fue cuando obtuve la primer pista del paradero de L.