El amor no es un juego

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L sale de la cocina caminando normal mientras yo me quedo ahí, pensando en como siempre termino arruinando todo.

El sonido de las puertas del elevador me saca de mi trance y salgo corriendo. El entra y presiona un boton para subir.

Corro hacia el y cuando se van a cerrar las puertas lanzo un zapato que se queda atorado. Luego se vuelven a abrir.

Miro agitada su rostro impasible.

Luego pienso que he hecho mucho escandalo y vuelvo la vista a lo que es el equipo. Ya no estan. El piso tiene las computadoras apagadas y de las luces solo la de la cocina y elevador.

-Se fueron a dormir- dice L leyendo mis pensamientos. -Yo también intentaré descansar un poco.

¿Cuánto tiempo me habré quedado sin hacer nada en esa clase de shock?

-Cuatro horas- comenta el - Sin que hicieras nada más que quedarte estática.

-L...

Niega con la cabeza

-No hace falta que digas nada. Puedes irte. No voy a traerte de vuelta esta vez.- levanta una mano para presionar los botones de nuevo. - Pero tampoco intentes volver. No le he mencionado nada a Watari. No te preocupes. El no te molestará.

-¡Alto!- digo. Va en contra de todo mi plan. Incluso de mi autocontrol. Pero ya no puedo soportarlo.

Me quito el otro zapato y me acerco a el dando largos pasos.

-Estoy cansada de que no te des cuenta...- digo y llego a su lado. Sin pensarlo demasiado le doy una bofetada un poco fuerte que le voltea la cara. Se queda inmóvil. - ¡Maldita sea, L! ¡Te amo!

Me mira de reojo sorprendido.

-Te amo. ¡Te amo, te amo! ¡Estoy enamorada de ti...!

De pronto me siento aprisionada entre la pared del elevador y el. Me besa con desesperación.

-Dilo de nuevo...- susurra mientras me da un beso en mi hombro y me quita la chaqueta.

Le tomo la cara con ambas manos. Tiene los ojos llorosos y los labios separados. Me abraza como si en cualquier momento fuese a irme.

-L. Estoy enamorada de ti. De nadie más. Te amo.- susurro mirandolo firmemente a los ojos. Quiero que sepa que es verdad.

Vuelve a besarme y presiona tres botones del elevador sin soltarme, con la misma desesperación que antes y con fuerza.

El elevador comienza a subir rápidamente y se detiene en el piso 50.

Me levanta sin dejar de besarme y enrollo las piernas en su cintura. Salimos y fuera de este elevador está una pared junto con una puerta metálica. El pone su mano en un panel de lectura digital. Luego hay un escaneo de pupila. Dice unas palabras solo para reconocer que es él, y la puerta se abre.

Entramos. Con una mano me sostiene mientras le doy besos en el cuello y con otra cierra la puerta y prende una luz tenue de la habitacion.

Está totalmente vacia excepto por la alfombra negra que cubre el suelo y una cama en el centro color blanco con colcha negra. La pared de enfrente está totalmente cubierta de pantallas con las camaras y las demás son de un limpio color blanco.

-Mi habitación- murmura él

-Es muy linda, L- susurro

El vacio de aquí es como un abismo de paz. Donde lo unico que exista sería él.

Y yo.

-Dime mi nombre. Nadie lo sabrá...

Me baja y comienza a besarme de nuevo. Pero la desesperación se ha ido. Parece un beso cargado de emociones y dolor.

Mi salvadora -LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora