10:30 am
Hace ya dos días que llegó Charlie, fue algo realmente satisfactorio. La alegría que me causó verle al fin fue inexplicable, sobre todo al saber la ayuda que me aportaría con todo lo que estaba sucediendo. Le dimos la habitación de invitados y una vez que se instaló, se sentó al lado de mi madre en su correspondiente habitación y me pidió que le dejáramos a solas. Por supuesto, me quedé tras la puerta intentando escuchar algo. Lo único que oí fue "Debes superar esto por las personas que están aquí, vivas. No debes hundirte por los que ya no están. Hazlo por tu hija, Adela".
En estos dos días hice más lazos con mi tío, era agradable hablar con alguien en casa al fin. Y aunque no tenía ningún tipo de parentesco con mi padre, Charlie me recordó mucho a él. Puede que sea por el simple hecho de que era un hombre en casa o que extrañaba a mi padre, probablemente sea por la última opción.
Hoy era la supuesta fiesta de Travis y todos en el instituto habían estado hablado de ella como si fuese la cosa más extraordinaria de todo el año, incluso Charlie me había aconsejado ir. Supuse que así, con mi tío en casa, estaría más tranquila por mi madre.
— ¿Nerviosa por la fiesta? — una voz femenina se escuchó detrás de mí, me giré y vi a Gina con una enorme sonrisa en el rostro. Ella me había pedido que la acompañase a un par de tiendas de ropa, ya que quería comprarse algo para la fiesta.
— No tanto — admití.
— Pues yo sí, bastante al decir verdad. Sólo gente del último curso de bachiller, mucha música... creo que las fiestas es una de las cosas que más me emocionan — habló entusiasmada. Dejó caer un suspiro y me miró pícara.
— ¿En qué piensas? — le pregunté curiosa.
— En nada — dijo meneando su cabeza evitando el tema.
En estos días había estado muy apegada a Gina en el instituto, nos llevábamos muy bien y me parecía una buena chica.
Íbamos caminando en dirección a una cafetería, donde habíamos quedado con Ben para tomar algo. Esas mañanas había desayunado asombrosamente bien, como no había comido en mucho tiempo. Mi tío era de hacer montones de tortitas y preparar grandes y deliciosos desayunos ya que según él, era la comida más importante del día. Esa mañana había desayunado una gran macedonia, y estaba tan llena que apenas me apetecía comer. Pedí una Coca-Cola y miré a todo mí alrededor para encontrar a Ben, el cual se encontraba sentado en una de las mesas en la esquina, observando su bocadillo como si fuera algo completamente curioso. Me acerqué con rapidez a él y me senté en uno de los asientos a su lado.
— ¿Qué tiene de interesante ese alimento?
— Nada, sólo era aburrimiento — comentó desganado.
— ¿Te ocurre algo? — le pregunté preocupada.
— No, sólo es que estoy un poco cansado — fingió una sonrisa y me miró.
— ¿Preparada para la gran fiesta? — dijo con ironía, pensé que a Ben quizás no le haría mucha ilusión ir a la fiesta de Travis después de todo.
— Sí, ¿ya no quieres ir? — tomé un sorbo de mi bebida y miré como a mi lado se sentaba Gina con una excepcional sonrisa dibujada en su rostro.
— Hola — saludó animada, Ben la miró de reojo y elevó pobremente su cabeza en forma de saludo.
— Claro que quiero ir.
— De acuerdo... — di por finalizado ese tema.
Ben podía llegar a ser tan cerrado que era imposible hacerle cambiar de idea aunque le dieses en la cabeza con un martillo. Sabía que a veces sólo lo que quería era un poco de espacio, pero no lo veía excusa esa vez para que evite que me preocupe por él. Estaba de un muy mal humor, a pesar de que siempre intenta mantener una sonrisa a pesar de todo. Gina comía en silencio parecía que estaba incómoda por la situación, así que sin ningún tema que se me ocurriese posible charlas dije:
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Siete ® H.S
FanfictionMia Mayer aún no es consciente de que deberá de enfrentarse a Siete, ella ahora está centrada en ayudar a su madre a superar su caída en una fuerte depresión por la trágica muerte de su marido, James Mayer. Pero Mia tiene planes, planes que serán...