Capitulo 26

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Abrí mis ojos como platos, y apreté mi mandíbula para que no se me cayese al suelo. ¿Esto era enserio? Odié admitirlo, pero aquello me hizo sentir una estúpida. Dolió un poco.

Entonces, todo lo que nos había pasado... ¿por qué lo había hecho? ¿Acaso era como una reserva? Esto me pasaba por darle importancia a personas a las que no conocía demasiado, como me pasó con Gina. Noté un pequeño vacío dentro de mí que subió hasta el pecho, tuve la sensación de no tener a nadie.

El ruido de los coches hizo que, dejando de un lado todo en lo que estaba pensado, mirase a la carretera con el corazón aplacado en la garganta. El coche de Harry iba por delante del de Travis, a pesar de que sólo era por unos centímetros. La chica se subió nuevamente a la barrera y comenzó a gritar: "¡Ya llegan!" y todos los espectadores comenzaron a aclamarlos y a rehacer todo el bullicio de antes. Por un momento pensé que el coche de Travis acabaría por adelantarlo, prácticamente lo tenía pegado a la parte de atrás de su coche; pero la línea de meta estaba muy próxima a él y Harry consiguió atravesarla primero. La gente rompió en aplausos y voces de victoria.

Harry salió del coche de un salto con una sonrisa enorme y alzó sus brazos de forma triunfante mientras echaba su cabeza hacia arriba y cerraba sus manos en forma de puño, al bajar sus ojos me miraron. No pude sonreírle de vuelta después de lo que había oído. La chica de mi lado saltó la valla y corrió hasta él, tirándose prácticamente a sus brazos y entonces le besó. Para Harry fue algo inesperado al parecer, ya que apenas le dio tiempo a devolverle el beso. Tuve que apartar la vista y ver a Travis, quien bajaba de su auto hecho una furia, metió las manos en sus bolsillos sin no antes cerrar la puerta de un fuerte portazo. Dirigió su mirada al público, como si estuviese buscando a alguien de importancia entre todos. De repente, sus ojos chocaron con los míos y apretó su mandíbula de tal manera que parecía que se partiría en cachos. Fingí una sonrisa y le saludé con la mano, se fue de ahí en forma de respuesta.

Antes de regresar e introducirme entre toda aquella muchedumbre, volví a mirar a Harry, la chica estaba aferrada a su brazo y este mientras estrechaba manos con un par de hombres. Me quedé quieta por unos segundos, hasta que vi como volvía a mirarme, no quise hacer más el ridículo de cómo lo había hecho hace unos minutos, así que me giré y me metí entre la gente queriendo, de verdad, desaparecer.

Una vez fuera, anduve rápida en dirección a la caseta porque realmente no tenía a otro sitio al que ir. Pero entonces paré en seco cuando noté como me tomaban de la muñeca con fuerza, tomé aire antes de girarme y ver quien era.

— Te dije que no vinieses.

Travis.

Me deshice de su agarre de un fuerte tirón y le sonreí. Realmente era por él por el que yo estaba ahí aquella noche. Me crucé de brazos y alcé mis hombros.

— Y yo te respondí, no iba parar hasta saberlo todo — le contesté lo más segura posible. Él frunció sus labios y miró hacia otro lado, luego echó su vista hacia abajo. Comenzó a mover su pie de forma rápida — ¿Se puede saber qué te pasa?

Su comportamiento estaba fuera de lo normal estas últimas veces en las que habíamos hablado, parecía que le costaba mirarme y pensaba mucho lo que me iba a decir antes de hablar.

— Nos van a ver — dijo para luego echar un vistazo hacia atrás y volver a mirarme. Lamió sus labios y dejó caer un suspiro — Mia, confía en mí, ¿vale? — mi ceño se frunció y le miré atónita.

— ¿A qué viene todo esto? — de un paso se acercó mucho a mí. Era mucho más alto que yo, al menos me sacaba una cabeza, sus ojos grises me miraban de tal manera que parecía que quería acabar conmigo en aquel momento. Si los ojos reflejan el alma, no encontraba la suya en aquellos momentos. Travis sabía cómo intimidar a alguien, como hacerle sentir pequeño y vulnerable; y conmigo lo conseguía de cajón.

— Tienes que irte antes de las diez y cuarto, ¿me has oído? — miré mi reloj de reojo, eran las diez menos diez. Volví a mirarle — Vete a cualquier sitio, pero no estés aquí.

Y entonces, se echó a un lado y siguió andando como si no hubiese ocurrido nada. Me quedé sin palabras, ahí parada como una estatua; sin poder moverme. Ahora entré en una gran pelea en mí, tenía dos opciones: a) seguirle y pedirle una explicación, o b) buscar a Ben y largarme de aquí.

Me di media vuelta, y comencé a pensar donde se habría metido Ben, comencé a andar hacia la zona de carreras ya que a lo largo de la noche se hacían múltiples de estas. Ya tendría tiempo de hablar con Travis, ahora había conseguido preocuparme incluso sin saber si realmente era cierto.

Di alrededor de dos vueltas entorno al gran círculo de gente, buscando una cabellera marró junto a la de una pelirroja. Le había mandado miles de mensaje y le había llamado, a ambos, pero nada daba resultado. Pero me era muy difícil, había mucha densidad de gente allí acumulada y además yo era algo bajita, por lo que esto me resultaba el doble de complicado. Miré mi reloj de forma angustiosa, las diez y diez. Sólo faltaban cinco minutos, los nervios me aplacaban aún más y hacía que el 60% del tiempo estuviese mirando hacia el callejón.

Cuatro minutos.

— Mia — una mano se posicionó sobre mi hombro, me giré rezando porque fuese Ben. Pero no lo era, en cambio era la persona con la que no me quería topar en toda la noche — Me hubieses dicho que venías a verme, te hubiese dedicado mi victoria — sonriente, posicionó sus brazos sobre mis hombros mientras que en su otra mano tenía una lata de cerveza.

— Suéltame, Harry— le dije sin ganas, ¿cómo podía tener tan poca vergüenza?

— ¿Te pasa algo? — me miró extrañado.

— Como si no lo supieses, no te hagas el tonto — me giré y seguía andando buscando a Ben, el tiempo se me estaba agotando.

— Si no me lo dices no podremos hablar de ello — me contestó siguiéndome.

Tres minutos.

— ¿Acaso no tienes novia? — le pregunté mientras seguía buscándolos.

— ¿Te refieres a Lisa? — rió — Ella no es mi novia.

— Pues bien que te ha besado frente a todos...— le contesté obvia.

— ¿Acaso estás celosa?

— No, Harry. Pero si te pones a insinuarme y encima tienes novia, es que eres un tremendo imbécil — me giré a verle completamente seria — Y encima intentaste besarme la otra vez que estuve aquí. No me vengas con idioteces, tengo que encontrar a Ben.

— No sé cómo te las apañas para siempre perderle de vista.

— A ti no te importa, así que vete — llevaba un tiempo buscándole aquí, por lo que decidí ir a buscarlo a la caseta.

Dos minutos.

— Vamos Mia, no te enfades por algo que te estoy desmintiendo — siguió insistiendo, pero le ignoré para ver si así de una vez por todas conseguía que se fuese. No quería hablar con él — Háblame — me tomó del brazo parándome en seco, tomé aire para tranquilizarme y darme la vuelta. Volví a mirar mi reloj.

Un minuto.

No iba a encontrar a Ben; miré a Harry con coraje, no me quedaba otra.

— Harry, necesito salir de aquí.

— ¿Por qué?

— Vámonos, confía en mí, por favor.

El chico me miró dudoso por unos segundos, pero luego asintió y me tomó de la mano para llevarme hasta su coche, que se encontraba estacionado cerca de la meta de salida. 

Siete ® H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora