Aparcó el coche.
Le miré.
Suspiré.
No se cuántas veces he podido repetir esa acción; pero desde luego que no era nada nuevo a estas alturas sentir ese escalofrío al hacer algo que no deberías...porque estaba claro que esta noche no acabaría nada bien.
— ¿Lista? — me volvió a preguntar, mirándome con ojos intrigantes, tratando de intuir la verdad en ellos.
— Sí — le contesté, evitando su mirada directa. Porque realmente tenía mil dudas sobre si esto era lo "correcto".
— Todo saldrá bien, confía en mí.
Según Harry, hoy Charlie estaría en las carreras, no sé cómo pudo deducir algo así, pero tampoco le iba a cuestionar demasiado. El plan era muy simple, hacerle una acorralada, yendo a más de un paso por encima de él ya que sabíamos toda la información gracias a las grabaciones, cosa que esperábamos que no supiese.
Pero tenía ese mal presentimiento, ya que siempre que iba a estas carreras pasaba algo desmesurado. Aunque realmente me sentía acostumbrada a ello, es decir, nunca te haces a una vida así, pero una vez que te toca pasar por momentos similares una y otra vez...algunos malos no lo parecen tanto.
— Estoy contigo, ¿vale? No lo olvides.
Dirigí mi mirada impetuosa hacia él, dándole las gracias una vez más a Dios que lo haya puesto en mi camino. Le sonreí y asentí, para rápidamente abrir la puerta y comenzar a caminar hacia dicho destino; porque sabía de sobra que cosas como esta no las podía pensar más de una vez.
No tardé mucho en oír los pasos apresurados de Harry acercándose a mí, mientras que cada vez se escuchaba más fuerte el ruido de las carreras. El cambio de luminosidad del extenso callejón a aquella llanura podía dejarte ciego, y aquel ruido, sordo; por no hablar de la taquicardia que sientes al dar el primer paso...podía dejarte con las defensas bajas en cuestión de segundos.
En un movimiento inconsciente, le agarré la mano a Harry y la apreté fuerte. No iba a dar rodeos, iba a ir directamente a buscar a Charlie e irme de ahí.
— Lo mejor es que nos separemos — hablé.
— Ni hablar — contestó al momento.
— Sí, hay demasiada gente, tardaremos una eternidad yendo juntos a todos lados. Tengo el móvil en la mano a todo momento, cualquier cosa nos llamamos — me acerqué a él para dale un beso rápido y correr hacia la caseta.
Había tanta gente que me sentí estúpida al creer que podría encontrar a mi tío entre tanto bullicio; y más tonta me sentí haber optado por separarme de Harry, pero era lo más lógico. Me escurría, literalmente, entre la gente haciendo el intento de mezclarme entre ella y poder llegar a un punto de aquel lugar en el cual pudiese tener una perspectiva más general. Pero la gente me empujaba de un lado hacia otro de una manera brusca, y cuando fui a darme cuenta ya me habían tirado al suelo.
Me sentí oprimida.
No podía moverme y notaba pisotones por todo mi cuerpo. Estiré bruscamente mis piernas intentando hacerme un hueco para poder incorporarme, pero me era imposible. Estuve al borde de pegar un fuerte grito, cuando noté cómo unas manos me agarraban desde los brazos y me elevaban hacia arriba sin apenas esfuerzo. Al girarme para dar las gracias, no me sorprendí.
— ¿Siempre tengo que sacarte de apuros o qué? — sonrió de oreja a oreja Travis.
— No dejo de meterme en ellos.
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Siete ® H.S
FanfictionMia Mayer aún no es consciente de que deberá de enfrentarse a Siete, ella ahora está centrada en ayudar a su madre a superar su caída en una fuerte depresión por la trágica muerte de su marido, James Mayer. Pero Mia tiene planes, planes que serán...