Capítulo 52

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16:00 p.m.

— ¿A qué hora son las carreras, entonces?

— A las nueve, te lo he dicho ya tres veces — bufó Harry desde la otra línea del teléfono.

— Lo sé, pero como de repente te pones a hablar de otro tema pues se me olvida — le contesté mientras daba otra vuelta sobre la cama.

Me encontraba sobre la cama, muy, pero que muy aburrida. Estaba sola en casa, por lo que estaba completamente silenciosa y tranquila; lo que me daba un poco de escalofríos.

— Aprovecha y escucha más grabaciones — me aconsejó el chico — no creo que aguantes mucho más sin decírselo a tu tío y estando de estas maneras con él.

— Lo sé, me pondré a ello hasta que vengas a por mí...

— Luego te veo...un beso — se escuchó el sonido de un beso, literalmente, y me colgó. Dejándome con la palabra en la boca.

Exhausta y desesperada, volví a darme una vuelta en la cama mientras resoplaba. Cuatro horas y media me resultaban como una eternidad así de aburrida. Las paredes, pintadas de color gris claro, me oprimían cada vez más; y lo único que tenía por hacer era oír las grabaciones... Además, aquella casa al ser de mi tío, no paraba de recordarme a él y a todo lo que estaba oyendo sobre él en esas dichosas grabaciones que me llevaban de cabeza al infierno.

"No hay nada mejor que correr para desfogarte"

La sonrisa y voz de mi padre diciéndome aquellas palabras aparecieron en mi mente, aunque realmente parecía que me lo estaba diciendo él mismo en persona. Al ser la mejor idea, y también única, que tenía en ese momento no me detuve mucho en pensarlo, cogí un conjunto de deporte y unos cascos pequeños, y salí de aquella casa. Creo que esta actividad resultaba tan increíblemente satisfactoria porque todo tu cuerpo se encuentra en funcionamiento y constante movimiento, no sé si me he explicado bien. Pero bueno, el caso es que llegué a mi casa envuelta en una capa de sudor y mucho más relajada para oír las cintas.

"Día 15. Investigación 1994.

Mi equipo ha decidido que me vaya de la casa, ya que realmente no sucede nada que aporte una gran avance al caso y lo único que hace es restarme tiempo en la oficina. Además, he conseguido que Adela hable y entre en razón. Tuve que ser un "monstruo" con ella, decirle de todo para que al fin saliese un poco del trance en el que llevaba sumisa tantos meses...Un problema menos; aunque Mia sigue siendo el mayor de todos ellos.

Nos hemos centrado un poco en Ray, hemos ido a hablar con él y su banda para intentar que nos contase algo de relevancia. Se ha negado, pero antes de todo no dijo "No tengo nada que decirle a unos policías que lo único que quieren es acabar con Siete y realmente no les importa la muerte de James; sois unos cínicos. Para acabar con siete ya estamos nosotros". Como si no lo supiésemos, y como si tampoco supiésemos a lo que se dedica y como le pasamos la mano por la ayuda que nos ofreció en el pasado."

Mi tío sabía la localización de Ray. De la emoción pegué un pequeño salto y di un le ve grito; en cuanto terminase de oírlas iría a por mi tío, debía de decirme dónde se encontraba. Por lo visto, se dedica también a las drogas, lo ha dejado bastante claro, pero también a confirmado el aprecio que sentía por mi padre y que va a por Siete sin preámbulos. Ya adoraba a este hombre y aún no lo conocía.

"Día 19. Investigación 1994.

Nos hemos vuelto a centrar en encontrar a Siete de una vez por todas, nuestro infiltrado nos ha dicho que está al borde de la muerte y queremos atraparle antes de que la muerte lo aprese primero"

"Día 20. Investigación 1994.

Hemos estado muy cerca de él. No hemos llegado a saber dónde se esconde ahora, pero sí que le hemos perseguido en coche. Por lo visto iba solo, y salía del bosque.

Eso seguro que fue cuando ocurrió mi accidente con el taxista... El estómago se me encogió al recordar lo mal que lo pasé aquel día, al verme sola en aquella situación sin poder hacer nada...y estar cada minuto al borde del llanto y no poder hacerlo por ese puro miedo que superaba a cualquier otra cosa.

No le bastó con el estrés que le causó en el motel, sino que tiene que ir tras Mia hasta ese punto. A todos nos resultó muy extraño, Siete era más de dar grandes golpes en mucho tiempo, no en tan poco. Algo estaba ocurriendo, y nadie sabía que podía ser. Pero, desde luego no era nada bueno."

"Día 22. Investigación 1994.

Sigo con las horas largas en la madrugada en la oficina, intentando encontrar alguna pista que se me haya pasado algo. Pero no encuentro nada, estoy tan exhausto que no puedo mantener los ojos abiertos mas de 5 segundos...no sé que más hacer ni que papel revisar más. Tenemos que admitir que Siete nos ha ganado, y que siempre irá 4 pasos más delante de nosotros."

"Día 25..."

Pulsé el botón para adelantar esta parte, ya que no quería perder el tiempo.

"Día 35. Investigación 1994.

Siete ha muerto. La muerte se nos adelantó y lo atrapó antes."

Sentí como si me golpeasen con fuerza el pecho, no entendí bien en aquel momento por qué su muerte me dolió tanto. No en el sentido de querer llorar, sino porque no logré hacerle pagar por lo que le hizo sufrir a mi padre, y a mí. Aunque, poco a poco, cuando me dispuse a pensar en la parte positiva, un alivio me recorrió por completo y sonreí. Había acabado todo, de la manera que fuese y no me había hecho falta efectuar el plan que tanto había pensado. Podía volver a estudiar y hacer una vida normal, tanto como yo lo deseaba.

"Día 36. Investigación 1994.

La oficina es un caos. Todo el mundo está asustado, aunque no quieran confesarlo, de quién es el sucesor. Y, yo también estoy tremendamente muerto de miedo."

Entonces, todas aquellas ilusiones y expectativas desaparecieron de un golpetazo. Me quedé completamente en shock, congelada de arriba a bajo y notando un temblor de piernas estremecedor.

Hace menos de 20 segundos que creía que podía haber resuelto mi vida, y resulta que solo ha empeorado más; si es que eso podía ser posible. El temor de la policía me hacía pensar que esto se tornaría aún más negro de lo que ya era, a pesar de que no sabía como. Aunque, ¿qué necesidad tendría el próximo de acabar con la obsesión que mantenía Siete en todo lo que se refiriese mi padre? A lo mejor, se olvidaba de ello y se centraba en su oficio en sí. Per una gran parte de mí sabía que, por mucho que yo desease que todo esto pasase; no había acabado. No tenía un fin, por lo menos desde mi perspectiva no era capaz de verlo. Y, este pensamiento es lógico, porque mi padre había robado una millonada, y ni Siete ni cualquier otra persona que se ocupe de su cargo va a querer recuperarlo.

No tenía idea de cómo reaccionar ante ello, porque realmente no sabía qué era lo que iba a pasar. No había más grabaciones, esa era la última.

En lo único que pude pensar fue en llamar a Harry, rogarle que corriese hacia aquí y que me tranquilizase de la manera en la que sólo él sabe; porque hubiese puesto la mano en el fuego que estaba a punto de volverme completamente loca.

— Dime, ¿qué has descubierto?

— Ha muerto.

— ¿Enserio? — cuestionó atónito — Eso es bueno, ¿no?

— Hay otro, le llaman el sucesor.

— Voy para allá.

— Dateprisa, por favor    

Siete ® H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora